He observado en mi experiencia profesional como Coach y periodista que cuando una persona pierde su trabajo, una respuesta automática es que empieza a tambalear su autoestima, porque se prende esa voz interior o crítico interno que todos tenemos, ese comité de voces que le dice que no es suficiente, que algo hizo mal, que no vale, que tiene algún defecto, o que no logra encontrar un lugar donde sea valioso. Se pierde el arraigo, o sentido de pertenencia con la vida misma.

En los procesos de desvinculación laboral de las empresas en general, no existe un apoyo emocional a la persona que se va a despedir, pese a que esta persona durante años, por ejemplo, ha apoyado a construir la compañía, con sus ideas, trabajo, esfuerzo y horas de entregar lo mejor de sí mismo a la empresa o entidad.  Solo se le llama del departamento de talento humano, para anunciarle la noticia y chao.    E incluso en algunas, el  ramplonismo es tan perverso, que ni siquiera las gracias les dan, por el tiempo laborado.

Esa parte de la gestión emocional para acompañar el duelo de la perdida laboral, brilla por su ausencia en las organizaciones, cuando en realidad es el capital humano, el que se convierte en el principal factor de éxito y riqueza en el mundo laboral y el crecimiento económico de una Nación.

Así que hoy, en día en el mundo laboral las personas tienen que buscar con sus propios medios como superarse de una perdida laboral, para salir adelante y no caer en depresión. En un mercado laboral, rajado por la crisis de la pandemia, es fundamental que se creen mayores áreas de atención a la población desempleada, no solo brindando nuevas oportunidades laborales, sino creando más espacios para la atención y el fortalecimiento emocional.

Dado que ser despedido puede afectar no solo la dimensión económica, sino con ello, llevarse por delante la autoestima de un ser humano, al sentir frustrada la expresión de sus talentos como individuo, esa faceta de sentirse útil, digno al servir a la sociedad y por intermedio de ello, recibir una remuneración económica.  Todos los seres humanos, nacemos con misión de vida, con un propósito que se va expresando en la medida en que nos vas desenvolviendo en las experiencias de la vida.

Sin embargo, cuando una persona no puede expresar sus dones, sus talentos, aquello con lo que nació, llega ese sentimiento de impotencia, de angustia, de miedo, de rabia, o de agobio al no encontrar respuestas en el mundo externo.   Todo comienza a tambalear: dado que se inicia un diálogo interno muy fuerte, sobre su valía como ser humano.  Aparecen sentimientos de culpa, de rabia consigo mismo y con los demás, con la misma sociedad, en fin, que se ilustra en la película ‘En búsqueda de la felicidad’.

También aparece la ‘soledad’ una miedosa que habla de cosas negras, la vergüenza social, por pensar que algo no está bien consigo mismo, además porque las demás personas suelen ponerle una etiqueta de manera consciente o inconsciente´. Sin embargo, como Coach profesional de vida, y empresarial, he apoyado a muchas personas a salir de ese hueco oscuro, en donde también alguna vez he estado y logré superar gracias a hacer consciencia de que mi valor como ser humano, no puede depender de lo externo, sino del mundo espiritual, de construirme por dentro, para reflejarlo afuera.

A continuación algunos aspectos claves a tener en cuenta para cultivarte y superar la situación:

La pregunta del Coach giovannafuentes@yahoo.com

¿Qué emociones has atravesado cuando te sientes frustado?

¿Si pudieras ver que te dicen esas emociones más allá del miedo que respuestas encontrarías?