En el constante mundo de las relaciones interpersonales, existen toda clase de personajes, unos amorosos, conscientes, cálidos, seguros de sí mismo que siempre están dispuestos a dar lo mejor de sí mismos, a apoyar a otros a volar, como en el libro de Juan Salvador Gaviota, sin esperar nada a cambio, solo por el privilegio de dar.
No obstante hay otros que sin tener una mayor conciencia se han convertido en una especie de vampiros energéticos que se alimentan de la energía de los demás, bien sea en el mundo laboral, la familia, la vida estudiantil, los amigos, en fin los círculos sociales.
Estos personajes no salen en la noche según el mito. Son aparentemente normales, están por todas partes y si observas a tu alrededor podrías identificar las señales que los distinguen entre la multitud. Estos individuos aparecen en algunas ocasiones con la máscara del jefe, amigo, novio, esposo(a) en fin sus roles son variados. Y a dónde quieran que van llevan un mensaje inconsciente.
Sin darse cuenta trasladan su falta de amor a los demás, con actos de inconsciencia que terminan por succionar la alegría, la autoestima ( para aquellos débiles que no están seguros de sí mismos) el entusiasmo, la fuerza interior de aquellos que se cruzan en su camino. En fin, todos los seres humanos nos hemos encontrado con un personaje con estas características, incluso pueden estar en nuestros círculos más cercanos.
No importa el tiempo que se comparta con estas personas, ni las veces que los tratemos, pues siempre nos sentiremos cansados y débiles tras esa interacción. Estas personas por lo general suelen orbitar alrededor de su ombligo. Viven centrados en sí mismos y en sus problemas y sus objetivos personales. Pocas veces, se dan cuenta de los grandes seres humanos que tienen a su alrededor. Son demandantes. Siempre hablan de lo mismo, a veces parecen una grabadora, siempre sacan su repertorio emocional. Incluso sin darse cuenta su mejor papel es el de víctima.
Así que al primero que se les cruza en su camino, le echan el cuento y terminan vendiéndole sus productos tóxicos. Así mismo suelen ser ligeros a la hora de cuestionar a los demás, hacer juicios, hablar mal del prójimo, pues les cuesta ver las cosas buenas que tienen los otros. Son hábiles manipuladores y si para lograr sus objetivos tienen que pegar un par de buenos gritos, por ejemplo a sus subalternos, no durarán en hacerlo, con tal de minar a los demás y hacerse sentir que tienen el poder.
Una vez, conocí a una mujer que aparentemente era poderosa y para aniquilar a los demás, sencillamente y de manera repentina, les pegaba sus buenos gritos. Era arrogante, y acelerada, un tanto desordenada, no leía nada de lo que le entregaban sus colaboradores, ella todo el día criticaba todo. Eso sí, ponía a todo el mundo a que le entregará informes que luego terminaban en el baúl de su carro, porque nunca los leía. Luego con total desfachatez, volvía y pedía una y otra vez, el mismo trabajo.
Haciendo pensar a los demás que ellos eran los desordenados. Sus actuaciones eran patéticas. Ella, era una persona llena de resentimientos y dolores emocionales. En realidad sentí compasión y le envíe mucha luz siempre.
Tampoco cumplía lo que decía, dejaba a la gente plantada. Llegaba tarde a todas las reuniones. En fin.. Adornaba su realidad con una buena capa de maquillaje. Con la máscara contraria a lo que era.
Pero en el fondo estaba llena de miedos, era insegura, aunque lo disimulaba muy bien. Hasta que hubo alguien que la miro desde su grandeza y le hizo caer en cuenta lo que estaba haciendo. Con esto no quiero decir que vayan por ahí, buscando cambiar a los demás.
Si quieres que los demás cambien, cambia tu. Pero sí que no permitas que los demás controlen tu vida y asume una una postura asertiva en todo, siendo responsable de tus actos.
Esto para contarles un ejemplo de las personas tóxicas que andan por ahí, robando ideas y contaminando a los demás. Lo más conmovedor de todo y sorprendente es como las personas se quedan calladas y se tragan la basura emocional de estos personajes. Por el miedo a perder el trabajo, miedo al qué dirán, miedo a la crítica y a los juicios de los demás. Miedo a hacer el ridículo, miedo al escarnio público.
En realidad, en el universo existen dos emociones: el miedo o el amor. Cuando se está en el amor, los resultados son extraordinarios. Desde la postura del amor, se logrará siempre brillar.
A veces a la humanidad, se le olvida que Dios está más cerca de nosotros, de lo que lo imaginamos. Tal vez, solo basta con mirar hacia nuestros hombros para sentir su poder y su amor. Eso del miedo, lo he observado en muchos procesos y con esto no quiero decir, que todos los seres humanos tengamos derecho a sentir miedo. Pero ese miedo podría resultar ser nuestro mejor aliado, pues esa vocecita nos podría mover a la acción. Protegernos. En otro artículo realizaré un análisis más profundo del tema.
No obstante, tengo que mencionarlo, el miedo ronda a la humanidad. ¿Pero cómo sería nuestra vida si nos atreviéramos a amarnos a nosotros mismos y a confiar en nuestro poder? Tal vez habría mayor conciencia de que el poder está dentro de nosotros, mismos y que ninguna persona tiene poder sobre nosotros, tampoco ninguna situación.
Así que la fórmula secreta está en acudir a nuestra confianza interior, a nuestro amor por sí mismos para superar cada obstáculo que se nos presenta. Para decirle al mundo con valentía que acá estamos, que somos seres grandes, poderosos, amorosos, llenos de talentos y capaces de subir la cima más alta del mundo. Pasar la hoja y pintar nuestra vida en otra hoja llena de colores y de magia interior.
Dos tipos de vampiros energéticos.
En este planeta existen dos tipos de vampiros energéticos. En primera instancia se encuentran los personajes que acuden a nosotros para contar sus problemas. Andan como víctimas en el mundo. Aclaro y con esto no significa que no escuchemos con amor a las personas que necesitan de nosotros. Pues ‘no escuchar’ se convierte también en un acto de violencia.
Son personas que sin saberlo y quiero recalcar que a veces no son conscientes buscan que los demás sientan lastima por ellos. Obviamente que pese a los esfuerzos de sus seres cercanos, no asumen la responsabilidad de sus actos. (capacidad de responder ante la vida), tampoco hacen nada, para transformar sus hechos. Solo se limitan a echarle a otros la culpa de lo que les sucede. Así que esa es su mejor zona cómoda.
Podrían por ejemplo, comenzar a leer un libro sobre el despertar de conciencia, también dejar de quejarse por una vez en la vida. Ellos tienen como los demás seres humanos la posibilidad de crear una vida en armonía. Mi amigo Wyne Dyer dice que estar cansado también es una elección, y por lo mismo la victimez.
Estos personajes terminan convirtiéndose en una especie de agujeros negros como los que existen en el espacio, en donde se perdían los aviones en una época, en una zona denominada el triángulo de las Bermudas.
La segunda clase de vampiros energéticos, avasallan sin compasión, actuando con un permanente aire de superioridad. El juicio, la crítica y las descalificaciones son su deporte favorito. Nunca agradecen las propuestas e ideas de los demás. Tienen como dicen por ahí la sutileza de un ‘bulldozer’y la misma capacidad de destrucción, claro cuando los demás se lo permiten.
Pues no podrían acabar con nadie, si se encuentran con personas conectadas consigo mismo, seguras que saben en qué momento poner sus límites. Así sea el dueño de la empresa y el otro el empleado. Pues la seguridad en sí misma es una poderosa herramienta del liderazgo, que los demás perciben. Cuando se ponen límites los demás los respetan.
La mayoría de los seres humanos permiten que esta clase de personajes los asalten emocionalmente y drenen su energía. Tal vez en un momento se vean obligados a interactuar con esta clase de individuos. Así que lo interesante sería para los que tienen alguna persona con estas características a su lado, preguntarse. ¿Cuál sería la mejor manera de lograr poner en su sitio a estas personas sin salir perjudicados?
La mejor manera de salir avante de esta situación es decir no, como lo dice mi hermana la psicóloga Aida Fuentes, decir no, es la principal respuesta que debe aprender los niños desde pequeños. Esta es una respuesta milagrosa, que salva vidas.
¿Cómo protegerse de los vampiros energéticos?
Lo primero que se debe hacer, es decir no, a la gente que absorbe nuestra energía. También observar que clase de relaciones y personas nos rodean. Preguntarnos ¿qué clase de relaciones queremos establecer con ellos? Siendo conscientes de que no vamos a cambiar su comportamiento, ni sus hábitos. Pues las personas cambian cuando deciden conscientemente hacerlo.
Por lo que en este escenario, lo más importante es aprender a poner límites, así sea nuestro querido jefe. Con esto no estoy diciendo que no hagamos nuestro trabajo haciendo lo mejor de lo mejor. Solo que pongamos límites.
Empezar a priorizar nuestras necesidades y respetar nuestro tiempo. No se trata de mirarlos como bichos raros, pero sí, estar conscientes de que estas personas afectan la salud emocional de los que están cerca.
Poner distancia cuando por ejemplo esta persona lance como el dragón, su llamarada de palabras cargadas de sus dolencias emocionales. Pues recuerda que sale de ellos, habita en ella, o él. Es como cuando exprimes un limón, sale jugo de limón. Así que no te lo puedes tomar personal, pues sí lo haces le estarás comprando su basura emocional.
Ignorar sus hábitos egocéntricos.
En la película del mago Merlín recuerdo una escena que me trajo un gran aprendizaje. Cuando el mago descubre cómo frenar la maldad de la hada Morgana,la bruja que le hacia la vida imposible al Rey Arturo su hermano.
Eso sucede cuando todos sus habitantes cansados de su maldad se ponen de acuerdo con el mago Merlín y le dan la espalda cuando ella precisamente creía que ya los tenía dominados. Ellos la ignoran. Nadie escucha sus gritos, hasta que desaparece.
Eso sucede con las personas tóxicas. Hay que ignorar sus vibraciones hasta que ellos mismos terminan cansados de sí mismos. Esto no justifica la conducta de estos personajes, pero para los que están cerca los apoya a ver las cosas desde otra perspectiva y da cabida a una respuesta más consciente y meditada en vez de la impulsiva reacción habitual, con la cual terminas agotado y con el corazón lastimado o decepcionados por el resultado de la interacción.
Es asombroso como al cambiar nuestra manera de responder interna y externamente ante los estímulos externos, los vampiros energéticos de manera inconsciente o consciente se vean abocados a actuar de forma diferente. “El objetivo es hacer de espejo para nuestro interlocutor, en vez de alimentar una conversación condenada a la esterilidad”.
Sabías que los vampiros energéticos pierden su control cada vez que la realidad no se adopta a sus expectativas y terminan convirtiéndose en esclavos de sus circunstancias, como el hada Morgana en Merlín. Es importante tomar conciencia de que sus actos, hábitos y palabras denotan un alto grado de inmadurez y falta de responsabilidad.
De ahí la importancia de preguntarnos qué podemos hacer nosotros para cambiar la dinámica de esa relación. Así que sí aspiramos a cambiar nuestras actitudes en la vida y el feedback que recibimos en nuestras relaciones tenemos que empezar por crear o transformar nuestra manera de comunicar. Siendo concretos, específicos, contundentes y claros en lo que deseamos. Aplicando la coherencia en lo que hacemos.
La comunicación entre los seres humanos debe estar en un espacio de equilibrio y armonía, en donde cada persona tenga derecho a expresar sus sentimientos, sus pensamientos y reflexiones, y también a escuchar y ser escuchado. Así que cuando creamos espacios de conversación armónica, responsable, con conciencia de nuestros actos y de las palabras que pronunciamos, los diálogos se vuelven constructivos y poderosos, además invitan siempre a lograr grandes resultados.
En los talleres corporativos que realizó sobre comunicación persuasiva o eficaz, realizó ejercicios para que las personas tomen conciencia de su manera de comunicarse con los demás, dado que cada persona hace sus interpretaciones de acuerdo a sus creencias, y forma de ver las cosas.
También hay que saber que existen diferentes estilos de personalidad y que esto no significa que no podamos construir relaciones armoniosas, sanas, equilibradas y respetuosas, con las personas que son diferentes. Siempre trabajo en el plano de adquirir conciencia, en donde veamos más allá de lo que sucede. Siento que una de mis misiones es apoyar a los demás a despertar conciencia y descubrir que todo está dentro de nosotros. Así que en todo lo que hago, le pongo mi pócima de amor.
También es importante tomar conciencia y preguntarse ¿Qué sucedería si nos encontramos al otro lado del espejo y descubrimos que somos nosotros los vampiros energéticos?.
Esta es una pregunta poderosa para reflexionar sobre lo que hacemos en el día a día, con nuestros hijos, padres, familiares, o tal vez, sean al contrario, nuestros hijos los que nos echan fuego por su boca.
Así que te invito a reflexionar sobre las señales que podrían identificarte como vampiro energético. ¿Nos ponen excusas para una cita? ¿Cuándo llamamos nos atienden con cariño? ¿O tal vez se escucha un ah como estas? ¿Nos cortan cuando hablamos? ¿Nos evitan porque si darnos cuenta tenemos la etiqueta de pesados? ¿Hablamos mal de nuestros familiares con otros? ¿Criticamos todo y a todos? ¿Te consideras perfecto? ¿vives dormido pensando que estas despierto? .
Así que podría ser el momento ideal para cambiar esa manera de ser. Construir relaciones sanas, equilibradas, armónicas. ¿Qué resultados obtenemos de nuestras interacciones? Ser honestos y darnos cuenta cómo actuamos con los demás? . Así que tal vez es la hora para enfrentarnos a nuestros propios demonios con el apoyo de un Coach.
Es honesto reconocer esos comportamientos nocivos. Admitir que somos humanos y podemos tener falencias, pero lo más importante es albergar en nuestro corazón, la firme intención de cambiar. De ser mejores seres humanos. La mejor forma de hacerlo es enfrentarnos y mirarnos al espejo. Atrevernos a observar el reflejo que nos devuelve. Pues quizás seas tu mayor enemigo.
Podremos optar por quedarnos en el mundo de las tinieblas y robar la energía de los demás e ir por la vida cargados de rencores, dolores e insatisfacciones o elegir vivir en un mundo lleno de paz, así afuera todo parezca enloquecer.
Convertirnos en personas que demostramos un genuino interés por los demás, prestos a escuchar y apoyarlos. Pues una voz de aliento a veces se convierte en un milagro para otro. Así que de ti depende construir relaciones empáticas. . No te prives de ser tu mismo.
La pregunta del Coach
¿Qué haces en el día a día para crear un nuevo hábito en tu día?
¿Eres de los que se queja por todo, sin valorar lo que tienes en la vida?
¿Valorar a las personas que están a tu alrededor?
¿Qué te dices a ti mismo todo el día?
¿Escuchas a los demás o estás más preocupado por hacer alarde de tu arrogancia y tu poder?
¿Te sientes víctima?
¿Asumes tu vida con responsabilidad?
¿Andas corriendo y con la excusa de que no tengo tiempo?
¿Haces algo por los demás?
¿Apoyas a los que no tienen las mismas posibilidades que tu?
Coaching: las conversaciones que se generan entre el Coach y el coachee o cliente, generan movimiento. Es el coachee el que dice al Coach cuál es el lugar a dónde quiere llegar.
La responsabilidad siempre está en el cliente. El Coach lo apoya a retar su vida, a cambiar hábitos, a descubrir respuestas poderosas. A llevar tu vida a otro nivel.
El coaching proporciona esa chispa de polvo mágico que
puede transformar su vida. Siempre bajo la premisa de que cada ser humano es responsable de sus actos.
Tu Coach, giovannafuentes@yahoo.com
Yo soy una mujer valiente, amorosa, poderosa y abundante, genuina, espontanéa, sincera, alegre, genial que lanza estrellas de mar, todos los días, haciendo realidad uno de mis poderosos sueños: SER una exitosa Coach.
Gracias a mis coachees, por esos fabulosos mensajes que me envían. Me da mucha alegría ver como mueven sus vidas. Y todo se transforma.