La comunicación humana, en su esencia, es compleja. No siempre resulta sencillo expresar lo que sentimos o pensamos, y muchas veces nuestras palabras son malinterpretadas. Esto puede ocurrir en cualquier contexto: en el trabajo, con la familia, con la pareja o en cualquier interacción social.  Al final comunicarse es todo un arte.

Los problemas de comunicación se agravan cuando a esta complejidad se le suma el chismorreo, que puede enredar aún más la situación. Además, está el componente emocional. Muchas veces actuamos de manera reactiva; las palabras de otra persona pueden activar, literalmente, nuestros «botones» emocionales, que están vinculados a creencias, paradigmas o heridas pasadas. Así, lo que podría haber sido una simple conversación termina en un enredo, alimentado por malentendidos y emociones desbordadas.

¿Por qué se enreda la comunicación?

Este tipo de conflictos surgen porque, en muchas ocasiones, las personas no están dispuestas a escuchar, sino que solo buscan tener la razón. Aunque tenemos dos oídos y una sola boca, en realidad escuchamos poco, ya que estamos más enfocados en responder rápidamente. Esto genera reactividad y, en ocasiones, puede llevar incluso a actos de violencia, ya sea de forma silenciosa o ruidosa.

Además, en muchos entornos, surgen los juicios y las críticas, lo que contribuye a un sistema en el que las personas se sienten alienadas o presionadas a mantener el status quo. Cuando alguien intenta hacer las cosas de manera diferente, aparecen los señalamientos y los cuestionamientos.

La importancia de entrenarnos para escuchar

Es fundamental entrenarnos para escuchar de manera activa y practicar la comunicación asertiva. En el ámbito empresarial, los directivos tienen la responsabilidad de fomentar estos hábitos y proporcionar entrenamientos que enseñen a escuchar, conversar y manejar esas conversaciones incómodas que suelen evitarse por miedo al rechazo, la crítica o la falta de aprobación social.

Comunicación asertiva 

La comunicación asertiva es uno de los pilares fundamentales en cualquier entorno laboral. Cuando la comunicación falla, las consecuencias pueden ser graves, afectando tanto el bienestar de los empleados como el rendimiento organizacional. La falta de una comunicación adecuada genera malentendidos, frustraciones y tensiones que pueden escalar rápidamente, creando un ambiente de trabajo tóxico.

¿Por qué la comunicación es clave?

La comunicación en el ámbito laboral no solo se refiere al intercambio de información, sino también a la forma en que los miembros de un equipo se conectan, colaboran y comprenden sus roles y responsabilidades. Una comunicación asertiva permite:

  1. Claridad en los objetivos: Un equipo bien comunicado sabe qué se espera de ellos y cómo alcanzar los objetivos establecidos.
  2. Resolución rápida de problemas: Cuando los miembros del equipo se comunican abiertamente, los problemas se identifican y resuelven de manera más eficaz.
  3. Fomento del trabajo en equipo: La comunicación constante entre los empleados facilita la colaboración y fortalece las relaciones interpersonales.
  4. Reducción de errores: Cuando la información es clara y compartida adecuadamente, los errores y malentendidos disminuyen.

Sin embargo, cuando la comunicación es deficiente o inexistente, surgen una serie de problemas que pueden generar tensiones en el lugar de trabajo:

1. Confusión y malentendidos

Cuando la información no se transmite de manera clara y precisa, los empleados pueden interpretar los mensajes de manera equivocada. Esto genera confusión sobre las tareas, los plazos, las responsabilidades y los objetivos. La falta de claridad puede llevar a que las personas trabajen en direcciones opuestas, generando frustración y desacuerdos.

2. Frustración y estrés

La falta de comunicación genera un ambiente de incertidumbre. Los empleados que no reciben suficiente información sobre los cambios en la empresa, las decisiones organizacionales o los resultados de su trabajo pueden sentirse excluidos o desinformados. Esto provoca frustración, estrés y ansiedad, ya que no entienden las razones detrás de las decisiones que los afectan.

3. Pérdida de confianza entre los empleados y la dirección

Cuando la comunicación entre los líderes y los empleados es deficiente, se pierde la confianza en la gestión. Los trabajadores pueden comenzar a cuestionar la capacidad de sus superiores para tomar decisiones informadas o manejar la empresa de manera efectiva. Esto puede generar un ambiente de desconfianza y desmotivación.

4. Disminución de la productividad

Si los empleados no entienden claramente sus tareas o los objetivos de la empresa, su rendimiento se ve comprometido. Además, la necesidad de corregir errores debido a malentendidos genera retrasos y reduce la eficiencia.

5. Conflictos interpersonales

Una comunicación deficiente puede generar fricciones entre los miembros del equipo. Cuando no se expresan adecuadamente las expectativas o preocupaciones, es más probable que surjan malentendidos y resentimientos. Esto puede resultar en conflictos interpersonales que afectan la dinámica del grupo y crean un ambiente de trabajo tenso.

Comunicación: Un Arte que Requiere Entrenamiento

Comunicarse es un arte. Es fundamental que todos nos entrenemos constantemente para escuchar, comprender y no engancharnos en los malentendidos. Cada persona actúa desde sus propias creencias, heridas emocionales y costumbres, y esto influye directamente en la forma en que interpretan las palabras de los demás.

Por eso, es importante practicar la empatía y la comunicación asertiva, evitando reacciones impulsivas. Cuando nos tomamos el tiempo para escuchar con atención y comprender el contexto de los demás, podemos prevenir muchas de las tensiones que surgen en el trabajo y en nuestras relaciones interpersonales.

En resumen, la clave para mejorar la comunicación y reducir las tensiones en cualquier entorno, especialmente en el trabajo, es entrenarse constantemente para escuchar, entender y manejar las conversaciones con asertividad. Al hacerlo, no solo mejoramos la relación con los demás, sino que también favorecemos un ambiente más productivo y armonioso para todos.