Durante años como Coach y periodista, trabajando en diferentes entidades gubernamentales y empresas he observado que uno de los activos más importantes de la empresa, es la cultura organizacional, de la cual en algunos ámbitos empresariales y gubernamentales es aún muy incipiente. Por eso, la mayoría de las personas que deciden irse tanto de una empresa como una entidad gubernamental se van por que no existe mucha conciencia de la cultura organizacional y las saludables interacciones laborales.
En algunas entidades la cultura y el clima laboral que debería convertirse en una prioridad de sus lideres y dirigentes, tiende a presentarse como un árido desierto, en donde la competencia y la lucha por el poder se convierten en un campo de batalla, donde no existe la más mínima consideración por las personas que trabajan en esos entornos. Por lo anterior, es primordial tomar conciencia de que la cultura organizacional y el clima laboral se convierte en uno de los activos más importante de las organizaciones en tiempos donde el capitalismo humano, es un estandarte para el crecimiento empresarial y organizacional.
Durante cuatro años, trabaje como Coach de equipos y ejecutiva en la construcción exitosa junto con un equipo de trabajo en la implementación de la cultura organizacional y el clima laboral en una importante entidad del distrito. Este trabajo termino siendo una de las apuestas más importante del Director de la entidad, quien como todo un visionario, concebió la idea de implementar procesos de coaching en la entidad para fortalecer la cultura organizacional y el clima laboral, labor que arrojó frutos de manera exitosa, ya que en todas las instancias el ambiente hostil se transformó por la concepción del trabajo en equipo, comunicación asertiva, liderazgo, empatía, colaboración, respeto, cuidado del otro en fin… Se trabajó en la toma de conciencia sobre la importancia de la cultura organizacional y el clima laboral y como ello, redunda en una positiva e incrementada productividad.
Es que la cultura organizacional es el tejido invisible que une a una empresa. Es ese conjunto de valores compartidos, normas, creencias y comportamientos que definen la identidad única de una organización. Al igual que el ADN en los seres vivos, la cultura organiza y dirige el funcionamiento interno de una empresa, influenciando la manera en que los coladores actúan y se desevuelven en su entorno profesional y laboral, así mismo incide en la toma de decisiones, la plenitud de las personas en su puesto de trabajo, las relaciones interpersonales con los compañeros, jefes y demás personas del equipo.
A veces, los empresarios piensan que lo más importante son las utilidades de la empresa, los activos, en fin, sin embargo, está comprobado por estudios de la Universidad de Harvard sobre la cultura de felicidad en el trabajo, que la cultura organizacional y el clima laboral, crean empresas donde la productividad y el sentido de pertenencia se eleva potencialmente.
¿Pero qué constituye la cultura Organizacional?
La cultura organizacional abarca una amplia gama de aspectos, desde la forma en que se comunican los empleados hasta la manera en que se celebra el éxito.
Entre los aspectos claves se destaca:
Valores Fundamentales: Son los principios rectores que guían el comportamiento y las decisiones de la empresa. Estos valores pueden incluir la integridad, la innovación, el trabajo en equipo o el compromiso con la excelencia.
Normas y Prácticas: Son las reglas no escritas que gobiernan el comportamiento de los empleados en el día a día. Pueden abarcar desde la puntualidad hasta la manera de resolver conflictos.
Clima Laboral: Es el ambiente emocional y psicológico en el lugar de trabajo. Un clima laboral positivo promueve la colaboración, la creatividad y el bienestar de los empleados.
Liderazgo: Los líderes de una organización tienen un papel crucial en la formación y promoción de la cultura. Sus acciones y decisiones reflejan y refuerzan los valores de la empresa.
Rituales y Tradiciones: Son las prácticas recurrentes que fortalecen la identidad y cohesión del equipo. Esto puede incluir desde reuniones semanales hasta eventos anuales de reconocimiento.
La Importancia de una Cultura Organizacional solida
Una cultura organizacional sólida puede ser un activo invaluable para una empresa:
Atracción y Retención de Talento: Una cultura positiva puede ayudar a atraer a los mejores talentos y retenerlos a largo plazo. Los empleados buscan más que un salario; valoran el sentido de pertenencia y propósito en su trabajo.
Productividad y Desempeño: Cuando los empleados se sienten valorados y motivados, tienden a ser más productivos y comprometidos con los objetivos de la empresa.
Innovación y Adaptabilidad: Una cultura que fomente la creatividad y el pensamiento crítico puede impulsar la innovación y la capacidad de adaptación de la empresa en un entorno empresarial en constante cambio.
Reputación de Marca: La cultura organizacional también influye en la percepción externa de una empresa. Una cultura positiva puede mejorar la reputación de la marca y generar lealtad entre los clientes y la comunidad.
Resiliencia y Superación de Obstáculos: En tiempos de crisis o desafíos, una cultura sólida puede ser el pegamento que mantiene unida a la empresa. Promueve la colaboración y la resolución de problemas en equipo.
Cómo Fortalecer la Cultura Organizacional
Construir y mantener una cultura organizacional sólida no es tarea fácil, pero existen algunas prácticas que pueden ayudar:
Clarificar los Valores: Definir claramente los valores fundamentales de la empresa y comunicarlos de manera consistente a todos los empleados.
Fomentar la Participación: Involucrar a los empleados en la creación y evolución de la cultura, permitiéndoles aportar ideas y sugerencias.
Reconocer y Celebrar: Reconocer y recompensar los comportamientos que reflejan los valores de la empresa, y celebrar los logros colectivos.
Promover la Diversidad e Inclusión: Valorar y respetar la diversidad de pensamiento, experiencia y origen cultural dentro de la organización.
Capacitar a los Líderes: Brindar a los líderes las habilidades y herramientas necesarias para ser modelos a seguir de la cultura organizacional.
En conclusión, la cultura organizacional es un activo estratégico que puede impulsar el éxito a largo plazo de una empresa. Al priorizar el desarrollo y el fortalecimiento de una cultura saludable, las organizaciones pueden crear un entorno de trabajo que inspire, motive y empodere a sus colaboradores y que se traduzca en un rendimiento superior y una mayor satisfacción tanto para el personal como para los clientes.