En el escenario empresarial, escucho muy a menudo a los líderes, coordinadores y personas que tienen un cargo de responsabilidad que las cosas deben hacerse para ya, de inmediato y por ende que las personas deben pensar rápido y darle cabida a la acción. Aquel que no este en la órbita de esta dinámica del correr y de responder con premura, es observada como un ‘bicho raro’, que se etiqueta sin el menor arrojo.
En ese contexto se privilegia la rapidez y los resultados. Se ha llegado a un nivel de esquizofrenia por los resultados que incluso en algunos murales de las oficinas de los directivos, rezan mensajes del siguiente orden: no me traiga el problema, sino tráigame la solución. En ese horizonte se va creando una cultura de lo rápido, de la solución, del afán en donde lo inmediato deja de lado lo importante, la capacidad de análisis, de construir relaciones, de estimular la creatividad, el sentido de la imaginación y el asombro.
En esa elite de la fatiga y la rapidez, el precio que se paga en las organizaciones es demasiado alto, sin que hasta el momento, se tenga consciencia de ello. Esto es lo que el filósofo contemporáneo más influyente, Byung Chul Han, ha denominado ‘’la sociedad del cansancio’’ en donde el exceso de positividad nos está conduciendo a una sociedad llena de individuos agotados, frustrados y deprimidos.
En este nuevo escenario social, víctima y verdugo son la misma persona. Ya no hace falta una dictadura ni un tirano para someter a la población. Nos bastamos nosotros solos para explotarnos hasta la extenuación. Y paradójicamente vivimos bajo una falsa sensación de libertad.
De hecho, la Universidad de Glasgow realizó una investigación para evidenciar cómo la enfermedad de la prisa reducía los niveles de atención y memoria. Vivir apresurados nos convierte en seres olvidadizos que dejan de estar conectados con la vida de manera significativa y saludable.
En la actualidad, el síndrome de la vida ocupada no aparece en ningún manual de diagnóstico. No se considera un trastorno, pero sí un factor de riesgo para la salud psicológica. Comprendamos ahora cuál es la columna vertebral que sustenta esta condición tan desgastante: Más allá de las obligaciones laborales, están las presiones internas. Cuando tenemos tiempo para descansar, lo ocupamos con nuevos compromisos que, lejos de relajarnos, nos estresan más.
A veces, las personas sienten mentalmente que tienen la obligación de estar pendiente de todo y de asumir responsabilidades que no siempre nos corresponden.
Casi sin darnos cuenta, nuestras jornadas se llenan de objetivos y tareas que no siempre podemos cumplir por completo. Y esto eleva el estrés e incrementa el sentimiento de insuficiencia, de no estar haciendo las cosas bien, el critico interno, la voz en tu cabeza se alborota. Además, por andar de afán y a la carrera se ralentiza la productividad, pues se pasa por alto, el análisis y también la frase de que las mejores cosas toman tiempo.
La autoexigencia, sumada a la percepción de que la prisa no nos permite realizar nuestras responsabilidades de manera óptima, aumenta la angustia emocional.
El síndrome de la multitarea, se convierte en un rasgo del síndrome de la vida ocupada, en incluso algunos ejecutivos como si fuera un estatus de importancia, a flor de labios hablan de que no tienen tiempo, están ocupados y en esa prisa no escuchan lo esencial de la vida, se ha perdido la capacidad de asombro, de darse la oportunidad de escuchar al otro y para lo único que hay espacio en algunos casos es para el juicio. Cada ser humano, vive su propia historia, y sus propias situaciones.
Entonces la invitación es a vivir en el momento presente. A ralentizar, parar y detenernos, . Disfrutar del aquí y el ahora. Dejar de vivir corriendo e incluso transformar el vocabulario, dado que la gente no tiene mucha consciencia de que las palabras tienen poder y algunos cuando se les pregunta como estas? Responden: corriendo.
Es cierto que hay que dar resultados, no obstante, la vida se vive en el momento presente y en la medida en que aprendamos a enfocarnos las personas tendrán una mejor calidad de vida y por ende, esto se reflejará en la sociedad.
La pregunta del Coach: giovannafuentes@yahoo.com
¿En qué momentos sientes que tu vida esta de prisa?
¿Tienes alguna historia sobre el sindrome de que todo es para ya?