En la cotidianidad el mundo de las emociones cobra vida en los diferentes roles del ser humano. A veces de manera inconsciente le ponemos drama a las cosas que nos suceden y sin darnos cuenta, somos los directores, guionistas, actores y libretistas de nuestra propia película.
Tal vez, pocos sepamos que el mundo de las emociones, es la senda que une el universo material con el espiritual. Las emociones, son nuestra conexión con la mente universal y el mundo al cual reconoce nuestros cinco sentidos. Así que de acuerdo a la emoción que elijamos el universo responderá y creará situaciones que garanticen las emociones que manejamos. Nos dará los motivos para ser fiel a ella.
Sin embargo, en el día a día poco nos observamos en nuestra manera de responder ante ciertas situaciones. Actuamos con cierta ligereza e impulsividad sin medir las consecuencias de nuestros actos. Es tal el contenido de irracionalidad de los individuos que eso se observa en el tráfico, donde un conductor quiere adelantar a otro a toda costa, así haya puesto las luces de cambio. O ser el primero en la fila del Transmilenio, pasando por encima de los demás. Culpando a los otros de los errores, etc…
En la puntualidad colombiana, en donde sin pena ni gloria se van dejando plantadas a las personas así se haya pactado una cita. No se tiene la menor delicadeza de avisar con tiempo que no se llegará, que se está en un trancón o se presentó una circunstancia de último momento. En los negocios también suceden otras ‘colombianadas’. La palabra se ha ido empeñado y poco se cumple lo que se pregona. La ley de que primero yo y lo que suceda con los demás no importa, hace carrera en una sociedad que se ha vuelto inconsciente con sus propias emociones y con las de los demás.
No obstante, en ese mundo inconsciente se van dejando heridas y dolores emocionales a otros y a nosotros mismos. No hay respeto por lo que suceda con los demás. “Yo tengo prisa y tengo que llegar primero, así que yo te adelantó y te cierro en la vía’ por ejemplo. También se ha perdido la confianza en sí mismo y en por ende en los otros.
La tolerancia y la solidaridad se han quedado atrás en un mundo que se embriaga los fines de semana para no tener conciencia del presente, ni de la realidad de que podemos construir un mejor mañana. Hoy por ejemplo Colombia adelanta un proceso de paz, pero lo más fácil ha sido criticar, en vez de soñar con un país libre y apoyar las buenas causas. Solo cuando se da el primer paso, se logran los demás. Lo más cómodo es ver los toros desde la barrera y seguir adoptando el papel de víctimas, pero como dicen por ahí, la paz empieza por ti mismo y tiene que ver con las emociones y la actitud ante la vida.
Las leyes del universo responden a lo que nosotros le damos a los demás. Si dejamos plantado a alguien, tal vez no le quites al otro, sino te quites a ti mismo. Si mientes, no es afuera, es contigo, si engañas, no es con el otro, también tiene que ver contigo. Pues todo se devolverá y multiplicado en dosis mayores.
La famosa frase de ‘que pena’, se ha puesto de moda, como sin con ella se espiara la responsabilidad. No la culpa sino la responsabilidad de nuestros actos. Nada nos importa, pasar por encima de los demás con tal de alcanzar los objetivos personales es la máxima. ¿Pero en realidad, vas ganando? ¿Eres un ganador y has alcanzado el éxito? ¿Qué te dice tu conciencia personal? .
Hoy quiero invitarlos a que cada día tomemos conciencia de que el tema es con nosotros no con los demás a mirar hacia adentro y abandonar el hábito de criticar y dejar el chisme que no permite que el país y la humanidad evolucione. A mirar la grandeza en nosotros mismos y en los demás a ponerle cualidades a los otros así no las veas.
A que empieces a tomar conciencia de ¿cuál es la emoción que te acompaña en el día?. Es de alegría, de crítica, de miedo, de tristeza, de pesimismo, derrota, frustración miedo o esperanza.
En la primera de cambio cedemos nuestro poder a la lluvia, al calor, al día gris, soleado, a la compañera (o) que nos gritó al jefe manipulador, al amigo, a los padres, a los hijos, a los hermanos, al correo en fin… el rosario es interminable.
Pero en realidad, poco nos detenemos a pensar que cada emoción está relacionada con los pensamientos y que cada pensamiento está dotado de capacidad creativa cuando están acompañados de emociones. Son estas las que tienen el poder de atraer y crear las experiencias que nos suceden en nuestra vida.
Bien lo decía mi amigo, el psicólogo Daniel Goleman, en su libro ‘inteligencia emocional’, puede ser fomentada y fortalecida en todos nosotros, y cómo la falta de la misma puede influir en el intelecto o arruinar una carrera.
“La inteligencia emocional nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo, acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social, que nos brindará mayores posibilidades de desarrollo personal”.
La libertad del ser humano está en el poder de manejar su mente y sus emociones con sapiencia. Con esto no quiero decir que no puedes habitar tus emociones. No se trata de reprimirlas, sino de actuar con sabiduría si vale la pena, gastarse toda una ‘pataleta’ como lo he observado en el mundo de los adultos para expresar tu punto de vista o defender una postura ideológica. Querer tener la razón solo te desgasta y te hace perder brillo.
La humanidad es adicta al sufrimiento como lo sustentan los estudiosos de la piscología social, por eso muchas veces, aunque se tome conciencia de un hecho, y sepamos que la película es del otro, nos convertimos en protagonistas del libreto de los demás. Así que optamos sabiendo a conciencia que nos podemos hacer daño, por aferramos a las emociones negativas. Es más cómodo cargarlas y vivir en el rol de víctimas.
Como en la historia de los dos monjes que por principio no pueden mirar las mujeres, sin embargo, cuando iban en el camino se encontraron con una mujer hermosa que se encontraba a la orilla del río, atemorizada pidiendo ayuda para cruzarlo. Uno de ellos, la tomo en sus brazos y la llevó hasta la otra orilla. Después de un rato, el otro monje mostró su molestia por el hecho y cuestionó su acción.
A lo cual el monje que cargo a la joven respondió: la diferencia entre tu y yo es que yo hace dos horas deje a la chica en la orilla, y tu todavía la estas cargando.
Luego, ni bueno ni malo, cada ser humano elige las emociones que vivirá en el día a día. Cada quien tiene la posibilidad de ser un mago negro o un mago blanco consigo mismo y los demás. ¿Cuál eliges?.
Cada emoción emite una sintonía vibratoria y su intensidad crea las distintas experiencias que suceden en la vida. Según como sean nuestras emociones atraeremos más de lo mismo. Personas, situaciones y experiencias que generan la misma clase de emoción. Si por ejemplo, una persona de manera inconsciente o consciente se comporta como víctima atraerá circunstancias para confirmar su victimez.
En el planeta la constante de la humanidad es una emoción de miedo, dado que el temor se convertido en un negocio rentable. ¿Pero lo seguirá siendo en el largo plazo? Las compañías también tienen emociones, los países manejan su peculiar emoción. Desde tu perspectiva personal ¿Cuál es la de Colombia?.
Las emociones de alta vibración como el amor, inspiración, libertad, gratitud, plenitud y felicidad, generan bienestar. No obstante, algunos caminan por la vida llenos de ira, dolor, rabia, odio en fin sin darse cuenta que con cada emoción de esas, vas acortando tu propia respiración.
Otros de manera inconsciente se han aferrado a la culpa. ¿Pero para qué culparse tanta veces por un hecho que ya sucedió? . Recrearse por años en lo mismo, sin poder cruzar un nuevo puente de reconciliación contigo mismo. Perdonarte. Abandonar el drama y dejar de recrear en tu vida los novelones mexicanos que por demás son buenísimos.
Todo en la vida contiene una emoción. Los adultos sin saberlo, a veces actuamos como niños. Ese manejo de las relaciones con los demás algunas veces se pierde el control y se permite que los demás oprima los botones que se guardan en el subconsciente. Esos botones que te hablan de lo que no te gusta en ti mismo y que tanto aborreces.
Mi amigo Miguel Ruiz en su libro los cuatro acuerdos, lo explica didácticamente, ‘no suponer’ en vez de ello pregunta. Y no ‘te tomes nada personal’, no es tu película. Dos acuerdos que salvan vidas y que podríamos elegir adoptar.
La gente iría más relajada por la vida comprendiendo que cada ser humano lleva consigo su propio mapa mental, construido desde las creencias transmitidas por los adultos, o cuidadores desde su niñez y que se ha ido heredando de generación en generación.
El mundo emocional en el cual vive cada persona hoy es originado en nuestra infancia, de hecho al referirnos e intentar recuperar y sanar nuestro ser emocional lo hacemos desde la perspectiva de nuestro Niño Interior, quién básicamente tiene las emociones viscerales. Y el acceso a experimentar cambios reales en nuestro mundo emocional siempre da como inicio a la recuperación y reivindicación de nuestro Niño Interno.
Por eso, tal vez el viaje más importante de nuestra vida, sea el del reencuentro con nuestro niño (a) interior. Ese pequeño que está dolido y que pide a gritos que le pongas atención, que lo hagas sentir seguro de sí mismo.
Las emociones y el campo cuántico
Es importante también destacar que cada emoción que se experimenta en nuestra vida tiene su efecto en nuestra energía, por consecuencia en nuestros chakras y nuestro campo cuántico, si las emociones sonde alta vibración como ser gratitud, felicidad, pasión, amor, nuestro campo cuántico se expande y esto va relacionándose también con la expansión de nuestra consciencia, pero ese es tema que tocaremos más adelante cuando hablemos de cambios de conciencia. Mientras que cuando las emociones son de baja vibración como ser, miedo, rabia, impotencia, envidia, nuestro campo cuántico se contrae, como lo señala mi amiga Alejandra Plaza.
Te has preguntado alguna vez: ¿Pero por qué nada me sale bien? Obsérvate, ¿qué emoción predomina en ti? Personalmente en mi predomina la tranquilidad y la confianza movida por una fe superior de que todo está bien en mi mundo, a pesar de que sucedan cosas no tan fáciles. No obstante, sé con total certeza que todo saldrá bien. Dado que ninguna persona, situación o cosa tienen poder sobre mí y que siempre en cada instante de la vida me sucederán cosas maravillosas.
Esa es la fórmula que mejor me ha funcionado y con esto no quiero decir que no me de el permiso de habitar mis emociones y tramitarlas, que no sienta, que no me duela,etc.. soy humana y al igual que al resto de la humanidad vine a este planeta con la misión de aprobar las materias en esta escuela llamada vida.
Todo al final del día es una conversación interna o externa. Cada ser humano puede transformarla y mirar el mismo paisaje con la actitud que elija. Así que por que no confiar en nosotros y creer en mi ‘Yo superior’.
La pregunta del Coach
¿Cuál es la emoción que predomina en tu día día?
¿Qué tan consciente eres de que las emociones se quedan atrapadas en tu cuerpo?
¿De qué colores son tus emociones?
¿Cómo manejas el miedo y la ansiedad?
¿Qué capacidad tienes para manejar la frustración?
¿Eres consciente de tus pensamientos?
Tu Coach. giovannafuentes@yahoo.com.
Las sesiones de coaching pueden apoyarte evolucionar en el plano personal y por ende en las demás áreas de la rueda de la vida. Es el coachee el que tiene las respuestas poderosas. El Coach hace las preguntas poderosas. También te acompaña a descubrirlas. Nada cambia en un ser humano sin que una persona elija conscientemente transformar su vida. No pretendas cambiar a los demás, primero cambia tu. Un Coach se centra en la persona como un SER integral, cuerpo, mente, emociones y espíritu.