“Con Triana aún estamos a tiempo”.

Por: Diego Camilo Triana Fuentes

De niño, crecí escuchando las voces de la guerra, unas voces que hablan de sufrimiento, fracaso, derrotismo, pobreza, desesperanza, inequidad y violencia, de un país dividido en dos Colombias: La rural y la urbana.  Mi madre, me contó que el día en que el terrorismo y los bombazos se apoderaron de Bogotá,  más exactamente el 30 de enero de 1993,  ella estuvo conmigo en sus brazos, unos minutos antes, en el lugar donde estalló una  de las bombas en el centro de la capital. La providencia nos salvó.  Ese día murieron muchos colombianos inocentes víctimas de la guerra y el narcotráfico.   En la medida en que fui creciendo  me hacía esas preguntas existenciales que todo el mundo se hace, sin encontrar respuestas sobre ¿por qué sucedían estas cosas? .

Entonces me prometí que cuando fuera grande, aportaría mi granito de arena por hacer de este lugar un país lleno de oportunidades.  Pero no solo he sido yo, el que ha soñado con ese cambio, sino han sido ustedes, los que hacemos parte de los 12 millones de jóvenes que deseamos reescribir la historia de nuestro país. Somos nosotros, la generación a la que le han apostado nuestros ‘antecesores’ para romper ese ciclo de violencia y desigualdad social. Somos los ciudadanos responsables del país, que heredaremos a los que aún no han ‘nacido y de nuestros hijos.  .

Porque algunos de nosotros, hoy, ya somos padres.  Cuando veo a mi hijo Jerónimo, sonreír, veo en su rostro, ese país del ‘Gran Cambio y la esperanza’, que soñamos.  La responsabilidad que tenemos como ciudadanos no es fácil.  Ya que  somos los llamados a pasar  de las palabras a los hechos.  A cerrar las brechas  sociales que vive nuestra Nación.

Vivimos en un país donde el 7% de las personas viven en la miseria.  Es verdad, que Colombia en los últimos 20 años ha crecido de una manera diversificada, sin embargo, hay un lastre que tenemos: vivimos en una sociedad inequitativa.

Es por ello, que necesitamos promover un cambio de mentalidad, para dirimir los conflictos sociales, políticos y económicos de una manera respetuosa cambiando las reglas para vivir en una Colombia efectiva y más prospera.

Si nosotros nos quedamos esperando solo que los Gobiernos  solucionen los problemas, seguiremos en ese círculo vicioso, depende de nosotros cambiar las circunstancias.  Nuestro mayor valor, es que somos un país joven y que el cambio que proponemos, es un cambio que no solamente tiene que ver con la firma de acuerdos y protocolos políticos, sino que debemos hacer un pacto por la modernidad.

La historia ha demostrado que el conflicto es un motor de progreso.  Pensar distinto no es un argumento de violencia, sino que se trata de construir a partir de la diferencia.  Así que nosotros los jóvenes vamos a tener que mirarnos al espejo como una sociedad y reconocer que debemos trabajar en los temas fundamentales para construir esa Colombia incluyente: del gran Cambio y la esperanza.

La historia ha sido generosa con nosotros y nos ha puesto en una posición privilegiada y es por ello, que el bien común y público debe primar sobre el bien personal.   Así que hoy, hago un llamado para que el país del ‘Gran Cambio y la esperanza”, encienda su luz, por un territorio de progreso social en todos los frentes y ese cambio tiene que ver  con cada uno de nosotros, dejemos de ser espectadores y pasemos a ser protagonistas a mover nuestros pensamientos, ideas, manos y pies, por una Colombia que reporte frutos en pos de la equidad social.  

‘En Colombia valemos todos’’

Hay retos. Tenemos que trabajar en esa frontera de las capacidades y el conocimiento.   Sabemos lo que pasó, ahora es el tiempo del Gran Cambio, y para ese gran Cambio, tenemos que volver a la Colombia de los valores, al país en donde los niños que hoy duermen en las calles y viven el drama del conflicto, tengan oportunidades dignas, techo, alimento, educación, padres y madres, conscientes de que ellos son el futuro y merecen todo el respeto y amor.

Dramas como el del video que de forma viral circula por las redes sociales, sobre una madre inconsciente que golpea a un niño, o el del niño, Omaran rescatado en Alepo, que se convirtió en un símbolo del horror en Siria, no debe suceder jamás en esta sociedad, que ha convertido a los inocentes en flanco de sus frustraciones.

Hay problemas, pero somos más lo que construimos esta Nación, nuestros padres han sido incansables trabajadores que han aportado en la Colombia diversificada.  Ahora somos los jóvenes los que impulsamos ese Gran cambio.  Estamos hechos de esperanza, somos ciudadanos trabajadores, somos una raza pujante y por eso “valemos todos”. .

Una de las lecciones de liderazgo, dice que para fomentar el trabajo en equipo, convivir con la coherencia, vivir en un país de equidad, e igualdad, se debe tener en cuenta 7 claves, que no solamente nos servirán en el escenario público, sino también en nuestra vida diaria: 

Estos claves son:  

  1. Valores   Para lograr el cambio hacia afuera, lo primero es lograr el cambio al interior de cada ciudadano.
  2. Para lograr un objetivo, lo primero que se debe hacer es construir una estrategia (esta debe estar encaminada a lograr un propósito)
  3. Tener claro el conjunto de acciones coherentes para lograr ese objetivo en un contexto dado.
  4. Estructura, cuando se trabaja en equipo es importante definir los roles, todos tenemos unos habilidades, entonces es clave saber ¿quién hace qué?
  5. Qué valores nos unen y en qué nos diferenciamos.
  6. Ejercer el liderazgo, entendido que hay un liderazgo situacional y que en cada momento, ese liderazgo, define la representación de los intereses comunes.
  7. Asumir un cambio de mentalidad, aprender a debatir, comprender que es lo que queremos y redefinir la palabra fracaso, por aprendizaje.

Ahora para terminar quiero dejarlos con esta frase.

“Si asumes que no hay esperanza, garantizas que no habrá esperanza, si asumes que hay un instinto hacia la libertad, que hay oportunidad para cambiar las cosas, entonces hay una opción de que puedes  contribuir a hacer un mundo mejor. Esta es tu alternativa”, esta frase de Noam Chosky, es una de las frases que nos alienta a dar el paso juntos, ciudadanos protagonistas del Gran Cambio y la esperanza.