La mayoría de seres humanos, por estar inmersos en el mundo de la corriente, no perciben que nuestra vida, se desarrolla en un constante flujo de información y que las relaciones que tenemos, en el trabajo, ,la familia, padres, hermanos, los amigos, los compañeros, la pareja, y experiencias que vivimos simplemente responden a lo que proyectamos, como un espejo. Lo que vemos en el otro, no está en el otro, está en nosotros y tiene que ver con nuestras polaridades.
Nos hacemos preguntas de ¿por qué me sucedió esto o aquello?, desde una vibración energética baja, el miedo, o el victimismo (no significa que podamos sentirnos alguna vez así, pero no siempre) y nos quedamos con las lamentaciones, la queja, cuando tenemos la maravillosa oportunidad de descubrirnos a través de las experiencias vividas, la polaridad, que nos presenta la situación, o el otro, ¿cuáles son los paradigmas o creencias limitantes que guardamos en el subconsciente?
No obstante en la rueda del hámster (piloto automático) se pasa desapercibido que cada relación y cada persona que llega a nuestra vida, es una oportunidad para conocernos a nosotros mismos y descubrir cuáles son las polaridades que recrean nuestra vida.
La idea de la “polaridad” resume la situación que se produce cuando nos encontramos frente a opciones que consideramos excluyentes –o esto o aquello— al igual que sucede con los polos de un imán: la diferencia irreconciliable entre el signo (+) y el signo (-).
El principio de la polaridad describe que todo lo manifestado tiene dos aspectos, un par de opuestos con innumerables grados entre ambos extremos, como lo subraya en el Kybalión, ( un documento o del siglo XIX que resume las enseñanzas sobre las leyes del universo y como se comporta de manera energética, también conocido como leyes del hermetismo, conocidos como los siete principios del universo, cuyas enseñanzas se atribuyen a un alquimista místico, llamado Hermes Trismegisto, cuya existencia se estima antes de la época de los faraones) “Todo es dual; todo tiene polos; todo, su par de opuestos; los semejantes y distintos son los mismos; los opuestos son idénticos en naturaleza, difiriendo solo en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semiverdades, todas las paradojas pueden reconciliarse”. El maestro, Enric Corbera, Psicólogo catalán, creador del método de la Bioneuroemoción, explica que un claro ejemplo sobre las polaridades son las relaciones de pareja. ‘’Creemos que estamos separados del mundo y de las demás personas, pero no lo estamos. Todo se atrae en el mundo, todo está interrelacionado.
Las polaridades están unidas en una aparente separación. Una mujer no sabría que es mujer si no existiera el hombre. No tenemos ningún conflicto con nuestra pareja. La forma de saber el problema que tenemos, es explicar el problema que tiene el otro, nuestra polaridad. Todos los polos, aunque son opuestos, son en esencia lo mismo’’, explica.
Dentro de nuestra familia, en las relaciones sentimentales, el grupo de trabajo o con nuestros amigos todos manifestamos polaridades que han de equilibrarse en un proceso llamado homeostasis (es una propiedad de los organismos que consiste en su capacidad de mantener una condición interna estable compensando los cambios en su entorno mediante el intercambio regulado de materia y energía con el exterior), anota el experto.
Nuestro posicionamiento influye y determina el de los demás. Por ejemplo, tu grado de sometimiento influirá en el grado de dominación de quien te rodea, tu grado de responsabilidad podrá influir en la irresponsabilidad de otros, etc… Equilibrando tus polaridades puedes influir y alterar el posicionamiento del sistema, sostiene Corbera. El psicológo español, impartirá una serie de charlas, cursos y conferencias, en Buenos Aires Argentina, durante los primeros días de Marzo. Una de sus conferencias: El Viaje del Heróe.
https://www.enriccorberainstitute.com/
La pregunta del Coach: giovannafuentes@yahoo.com
¿Qué observas te ha enseñado tu pareja en los asuntos de la vida?
¿Qué te muestran las personas a tu alrededor de ti ?
¿De qué estás dispuesto a tomar conciencia?
¿Te atreverías a salirte de tu zona de confort y en vez de quejarte observar qué te enseña la vida en cada situación?