El impacto del software en las empresas ha evolucionado desde ser un apoyo en cálculos matemáticos, digitalizar procesos a través de sistemas de información en las diferentes áreas de la organización (ERPs, CRMs, SCMs, etc), a convertirse en apoyo para la toma de decisiones a través del análisis de datos.

Desde los inicios de la computación, el desarrollo de software y su evolución ha estado relacionado con la creación de herramientas y capacidades que facilitan la gestión empresarial mejorando el desempeño de las organizaciones.

En una primera etapa, los computadores eran utilizados como gigantescas calculadoras que apoyaban a las empresas a realizar cálculos o cualquier tipo de operación matemática para áreas productivas, de investigación, y de finanzas.

Posteriormente, el software empieza a ser utilizado para llevar registro de las diferentes transacciones que tiene la empresa con sus empleados, proveedores, clientes y cualquier otro “stakeholder”, nacen también los sistemas de información empresariales en sus diferentes sabores dependiendo del área en el cual especializan su labor de registro, control y gestión de los datos.

Con el surgimiento de internet, el software empieza a ser utilizado no solo para llevar un registro ordenado y estructurado de transacciones, sino que se empieza a utilizar para diseñar interacciones en los canales online, surgen páginas que permiten entregar y obtener información de los clientes, los portales e-commerce llegan para quedarse, e internet se convierte en un mundo de oportunidades para que la empresa interactúe generando y obteniendo data desde diferentes partes.

Con la masificación de la conectividad o la ubicuidad del acceso a internet, las personas están siempre conectadas, ya que es muy fácil conectarse a la red desde cualquier tipo de máquina, surge el internet de las cosas que facilita que cualquier máquina o persona este generando, obteniendo y entregando datos. Hoy, esta es la gran realidad, y con la inminente masificación de la tecnología 5G la conectividad es la norma.

Es así como la generación e intercambio de datos entre dispositivos es un estándar en esta realidad de alta conectividad y de alta creación de datos, las empresas pueden llegar a tener cientos, miles y hasta millones de puntos de contacto digitales, entendiendo estos como los puntos en la empresa donde se genera algún tipo de dato dentro de toda la cadena de valor de la organización.

Todos los puntos de contacto digitales pueden generar cantidades gigantescas de datos, y estos tipos de datos podríamos dividirlos en dos grandes grupos; datos de rendimiento del sistema y datos de negocio, los primeros donde tenemos los datos que muestran información sobre la salud de la infraestructura y el software sobre el cual corren los diferentes sistemas de información y plataformas de interacción entre la empresa y su entorno; los segundos son los datos correspondientes a cada transacción e interacción de negocio de la empresa.

Con toda esta cantidad inmensa de datos, es clave poder tener la capacidad de observar integralmente todo lo que está pasando en cada momento, pero sobre todo de ver dentro de todo lo que pasa, las variables clave, para tomar decisiones en tiempo real a partir de todos estos datos; la observabilidad es una capacidad empresarial que facilita el proceso de observar y analizar en tiempo real los datos de rendimiento de sistema y de negocio de una empresa con el fin de mejorar sus resultados y desempeño operacional y de negocio. Esta capacidad es una evolución de los conceptos de telemetría y monitoreo que estaban más dedicados a evaluar variables de rendimiento sin importar las correspondientes a negocio.

Con una plataforma orientada a observabilidad, las empresas pueden fácilmente pueden obtener el pulso de datos de cualquier punto digitalizado de información, logrando conseguir diferentes tipos de miradas en tiempo real de lo que está pasando por el sistema nervioso de la empresa y sobre estos datos eventualmente tomar decisiones en tiempo real, correlacionar datos y generar acciones automatizadas que cada vez más nos acercan al concepto de empresa autónomamente gestionada.