Antes de crear una empresa o antes de iniciar un negocio, un emprendedor debe sobre todo hacer una investigación muy juiciosa sobre el mercado al que intentará acceder. Es decir, deberá estar seguro de que el servicio que prestará o el producto que venderá tendrá una relación optima entre precio y calidad que permita materializar muchas ventas, tantas que permitan generar buenas utilidades.
Solo quienes han vivido la experiencia de iniciar un negocio (o empresa) saben el valor de tener un cliente, solo ellos conocen las dificultades y los esfuerzos que se deben realizar para mantenerlos y con ello sostener y hacer crecer la empresa.
Pero hay negocios (o empresas) en donde esos esfuerzos por mantener los clientes son mínimos o nulos, y la relación precio calidad no es la mejor para el cliente, pero sí, es la mejor relación para los dueños de esos negocios. Se trata de los monopolios (una sola empresa ofreciendo un bien o servicio).
La verdad es que en la gran mayoría de las ciudades del país existen monopolios, es decir existe una sola empresa vendiendo bienes o servicios. En la gran mayoría de ciudades existe una sola empresa prestando el servicio de agua, el de alcantarillado, el de aseo, el de alumbrado público, el de energía eléctrica o el de gas domiciliario. Vale la pena mencionar que estos servicios son regulados por la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA) y por la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG)
El objetivo de la regulación es que la empresa dueña del monopolio no abuse en precios y mantenga estándares de calidad óptimos del servicio monopólico que presta. Y en Colombia la encargada de fijar las metodologías tarifarias (o precios) en el servicio de acueducto, alcantarillado y aseo es la CRA.
Los invito a analizar el siguiente caso: Desde mayo de 2003, la Empresa (pública) de Acueducto y Alcantarillado de Yopal (EAAY) contrató el servicio de recolección de basuras y la operación del relleno sanitario con una empresa privada llamada Aseo Urbano S.A. E.S.P; y le entregó la suma nada despreciable de veintiocho mil (28.000) clientes aproximadamente. Cualquier emprendedor anhelaría tener este número de clientes, y esta empresa los tuvo de un momento a otro, solo por un acuerdo contractual que lideró el gerente de la EAAY de la época con la empresa Aseo Urbano S.A. E.S.P.
Esta empresa privada para el año 2008 facturaba al estrato 1 por el servicio de aseo la suma de $10.231 pesos, que a precios de 2013 significan $12.318 pesos. Se supone que este precio es regulado por la CRA, es decir que para la época era un precio óptimo que el regulador había establecido para que la empresa Aseo Urbano S.A. E.S.P. funcionara bien y para que por la condición de monopolio no permitiera precios desbordados a sus veintiocho mil clientes. Hoy, cinco años después y tras una puja por conseguir clientes, la empresa privada Aseo Urbano S.A. E.S.P. cobra a sus clientes estrato 1 la suma de $3.895 pesos, es decir, hoy en 2013 la tarifa es $8.423 pesos menos que hace cinco años.
Al hacer algunos cálculos aritméticos, la empresa privada habría facturado de más, unos 2.500 millones de pesos aproximadamente en cada uno de los años 2008, 2009, y 2010. En 2011 el monto sería menor debido a que la empresa pública EAAAY no renovó el contrato de recolección de basuras con la empresa privada y esta operó con contrato hasta el 30 de abril de 2011.
Surgen preguntas: ¿si la tarifa en servicio de aseo es regulada, por qué el precio de hace cinco años es tres veces mayor al de hoy? ¿Hubo fallas en los cálculos y metodologías regulatorias emitidas por la CRA? ¿Por qué ese sobre precio se lo ganó una empresa privada y no la empresa pública?
NOTA: si los ingresos brutos del negocio de las basuras en una ciudad como Yopal, con 150.000 habitantes, es cercano a los 3.500 millones de pesos anuales, se imaginan la dimensión de este negocio en una ciudad como Bogotá que tiene 8.000.000 de habitantes
Christian Rodrigo Pérez Gutiérrez
@rodrigo_perez83