Con el auge de las consultas populares respecto a la minería se ha abierto el espacio para debatir sobre el rumbo que debería tomar el país frente a este tema, unos están pensando en el ambiente, otros dicen que el tema del ambiente está sobre dimensionado, que es exagerado, y se puede hacer minería responsable, estos últimos tratan de justificar su punto de vista con una lamentable visión de corto plazo sobre lo que la minería representa para el país y sin darse cuenta proponen ahondar uno de los problemas más grandes que tenemos los países del tercer mundo: la dependencia de las materias primas; como si esto no fuera suficiente, además sugieren que la explotación de recursos de nuestro país debe ser un mecanismo para atraer inversión extranjera, en mi concepto, no pueden estar más errados. Por ejemplo, el petróleo suelen “esgrimirlo” como prueba irrefutable de que la explotación de recursos es la opción adecuada para canalizar inversión extranjera en Colombia, en esta entrada usaré ese mismo ejemplo para refutar esa idea y exponer la propia: entregar nuestros recursos no renovables a los extranjeros es un pésimo negocio.

Hablemos del ambiente.

Es cierto que se puede hacer minería responsable y eso no lo voy a refutar, pero debemos tener que el hecho de que se pueda hacer, no garantiza que se vaya a hacer, sobre todo en un país como Colombia donde el estado es débil y susceptible a la corrupción, el mensaje de Obredecht para la sociedad es claro en el sentido de que deja en evidencia que una empresa extranjera puede acomodar a su conveniencia el entorno político y si tenemos en cuenta que la minería responsable es menos rentable, el riesgo de que los extranjeros dejen un desastre ambiental es muy alto. En ese sentido la minería responsable no es un tema que solo se debe abordar desde la ciencia y la tecnología sino también desde la (¿) ética y la moral (?) del gobierno, porque es acertado afirmar que es la ciencia quien puede ofrecer técnicas responsables pero ¿Quién en un país como el nuestro puede garantizar que se van a usar? A pesar de esto, no seamos tan radicales, supongamos que los extranjeros vienen a hacer minería responsable, aun así, según mi opinión, sigue siendo una mala idea para el país.

El caso petróleo.

El que en un tiempo fue el “oro” negro, hoy viene siendo como el “hierro” negro y todos los países que en algún punto gozamos de bonanza petrolera hoy estamos pasando por condiciones económicas muy apretadas. En el caso de Colombia, una parte de las regalías se fue en corrupción (Ejemplo Reficar entre otras perlas), de la gran industria que el crudo dejó, hoy no hay mucho porque al venirse a pique el precio muchas empresas se quebraron; en términos de empleo muchos de los que se generaron, ya se destruyeron y aunque la tasa de desempleo permanece estable en el país, el ingreso per cápita disminuyó desde la crisis petrolera, lo cual sugiere un aumento del empleo informal para que dicha tasa se mantenga nivelada; En términos de infraestructura nos quedó maquinaria para sacar petróleo de pozos secos, en otras palabras chatarra. Si hacemos un resumen hasta aquí, no quedaron ingresos (se perdieron en corrupción), no quedó industria, no quedo empleo, pero sobretodo no quedo petróleo porque las reservas que quedan son para  cinco años y así encontrarán más ¿De qué sirven en un contexto de sobre oferta mundial? Según eso yo me pregunto ¿Dónde estuvo el negocio en el petróleo?

Colombia una economía a la deriva

Si este debate de la minería lo estuviéramos dando en un país desarrollado, probablemente no sería tan polémico y esto tiene que ver con que el hecho de que la explotación de materias primas, en estos países, no representan una proporción significativa de su PIB en muchos casos ni siquiera las tienen, las importan y las transforman en un producto con valor agregado y ahí es donde se marca la diferencia abismal entre ellos y nosotros. Mientras el PIB del primer mundo depende de bienes y servicios con valor agregado, nosotros dependemos de materias primas sin dicho valor, lo cual nos deja más expuestos a la volatilidad de sus precios en los mercados internacionales, por eso somos una economía a la deriva, si los precios de los “commodities” son altos las industrias alrededor de ellos prosperan, pero si los precios son bajos las industrias se quiebran y ceden todos los supuestos beneficios que han alcanzado en el corto plazo; ejemplo el petróleo y si pasó con el petróleo puede pasar con el carbón, el oro, etc. Al final de la historia nos quedamos sin el recurso y sin los beneficios, porque estos son de quien tranza nuestros recursos en el extranjero.

La solución

La minería responsable debe ser un negocio nacional que busque proveer de materias primas a industrias nacionales que sean capaces de transformarlas, exportarlas y/u ofrecerlas en el mercado local con algún valor agregado, el 100% de los ingresos que se obtengan por explotar nuestros recursos no renovables deben permanecer en el país para invertirse en Ciencia Tecnología y otras industrias que pueden aportar al PIB en el momento que las materias primas se agoten.  Es increíble que las diferencias entre los países desarrollados este tan marcada y sea tan evidente y el gobierno no sea capaz de adoptar políticas que promuevan el desarrollo del país; ante la caída de las materias primas a nivel mundial específicamente el petróleo y el entorno de corrupción el gobierno es incapaz de encontrar fondos para impulsar el desarrollo de Colombia, el país generó tal dependencia de esa industria que en estos momentos son pocos los sectores donde hay crecimiento. Además de no hacer nada frente al oligopolio de los bancos que impide a las empresas buscar recursos en la bolsa de valores, a un menor costo y con menos castigo a la liquidez de las mismas, estos dos factores combinados (dependencia de materias primas y Oligopolio de los bancos) nos anclan en el subdesarrollo.

¿Debemos prescindir de la inversión extranjera?

Por supuesto que no, más con el atraso que tiene el país en prácticamente todo, sin lugar a duda necesitamos recursos adicionales que pueden provenir del extranjero, pero según mi opinión, no pueden venir de contraer más deuda ni de la minería. Hablemoslo en un lenguaje más simple ¿Usted que prefiere que yo le ponga dinero en su bolsillo, qué le saque dinero o que lo endeude? Si es una persona racional pasara de entregarme dinero así como de endeudarse conmigo, podríamos afirmar que la opción más lógica es recibir algo. En términos de un país, endeudarse es emitir más bonos, dejar que le saquen algo con un beneficio de corto plazo es permitir a los extranjeros extraer nuestros recursos hasta que se agoten ¿Entonces cómo les sacamos dinero a ellos sin que se lleven los recursos?  Hay muchas opciones para recibir y no entregar o al menos quedarse con la mayoría de la inversión en nuestro territorio, a pesar de esa voy a nombrar dos. La primera es la inversión de portafolio o la inversión de capitales directamente en las empresas, sin embargo a mí me gusta ser realista y en estos momentos es descartable, por un lado tiene que ver con que gran parte de nuestra industria no es competitiva y por el otro el oligopolio de los bancos, que ya mencione, no permite a las empresas y los inversionistas contactarse a través de la bolsa. La segunda que es una opción más viable y es la inversión extranjera a través de concesiones de infraestructura. Los ingenieros civiles tienen casos celebres como el túnel de la línea o el metro de Bogotá, dónde si se hubieran entregado las concesiones a los extranjeros, las obras no solo ya estarían terminadas sino que ya serían del país. Ahora, no se trata de llorar sobre la leche derramada, lo importante de una concesión de infraestructura es que cuando la concesión termina, los extranjeros no pueden llevarse lo que construyeron, si el metro subterráneo de Bogotá se construyera mediante esta  modalidad, al terminar la concesión no se van a llevar los vagones o los túneles, por el contrario nos van a entregar un empresa 100% operativa con todos sus empleos, organizada, rentable y con ingeniería de punta, de esa que no tiene el país.

Otras ventajas de las concesiones

En este país los pilares del desarrollo están rezagados, hay déficit en la salud, la cobertura de educación es pésima y la infraestructura no les llega ni a los talones a países como Alemania o Japón; tercerizar la infraestructura implica congelar el endeudamiento externo, generar activos e industrias de largo plazo, tener muchos más proyectos al tiempo de los que se podrían generar con recursos propios y concentrar los ingresos de la nación en Salud, Educación, Ciencia y Tecnología, siendo estos últimos esenciales  para desarrollar industria que sea capaz de producir bienes y servicios con valor agregado y aunque algo como esto no se puede empezar de la noche a la mañana, debemos tener en cuenta que la tempestad política del mundo y la extensión del movimiento alcista de los mercados internacionales están generando migración de capitales desde estos países hacia emergentes y refugios, es decir, que este es el momento propicio para empezar a atraer inversionistas extranjeros ¿Será que los colombianos no seremos capaz de presionar al gobierno para que atraiga esos capitales a la infraestructura? Le dejo la inquietud mí querido(a) lector(a) y veremos cómo se desarrollan las políticas de inversión extranjera en los próximos años, pero ya es hora de dejar de depender de los “commodities” y tomar el rumbo de Colombia en nuestras manos.

Jarek Duque

Inversiones y Consultorías

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