Buenos días:
Cuando trato de acordarme de lo que ocurrió el viernes, en verdad no lo logro. Trato de pensar lo ocurrido, acordarme de cifras, pero en verdad no lo logro, la mente se me pone en blanco. Se yuxtapone lo ocurrido el fin de semana, bien sea bueno o malo, primordialmente lo bueno, y se me nublan los números. Debido a eso, ando con mi hoja mágica y mi cuaderno mágico. Quienes me conocen han visto que en la hoja anoto lo no perdurable, lo que se debe escribir en este informe diario, y en mi cuaderno anoto lo perdurable, las frases, citas y pensamientos que serán válidos hoy o dentro de 370 años, en alguna época cuando sea niño de nuevo.
Entonces a medida que iba ojeando la hoja (valga la redundancia fonética), leía que el petróleo bajó de 45,35 a 44,37 dólares. Se me vinieron flashes a mi mente, empecé a rememorar. Me acordé de un grito, del eterno chiste de “sálvese quien pueda” al ver subir el dólar a 3.089, de una empanada de carne, de una Coca Cola, de registros de futuros en el X-stream, de cierres de Tes al 6.43%, de libras de café a 1,49 dólares y así. Todo el rompecabezas se empezó a armar.
Y así todo vuelve a empezar, cada día con mi hoja en blanco al inicio y con palabras al final. Con mi cuaderno llenándose de frases y de recortes. Con cosas que se escriben aquí, otras que se escriben por otros lares y otras que nunca estarán escritas pero que de alguna manera lo forman a uno.
Ninguna palabra ni ninguna lectura es en vano.
Buena suerte para hoy!