(fuente: https://whimsicaleclecticist.wordpress.com/2013/08/24/tsundoku/)
Ayer, mientras veía unas fotos y mientras leía también unas reseñas a ciertos libros, entre ellos el nuevo de Hiromi Kawakami (Los amores de Nishino, luego hablo de esto), entre tantas cosas que investigaba y tanta música que oía, me encontré con un término que me encantó. No esperaba encontrarlo y eso hizo que fuera más valeroso. Es el término Tsundoku. Lo entendí como el hábito de comprar y acumular libros. El hecho de tenerlos por tenerlos, claramente sabiendo que será imposible leerlos todos. La satisfacción de ver por ahí regados en la sala, en la cama o en el escritorio todo tipo de material de lectura, desde revistas, folletos, cuadernos y, claro está, libros. “El profesor del Tsundoku”, me suena como un buen título de un libro hipotético.
Y bueno, pasando a los números, tuvimos ayer una subasta de títulos en tasa fija, de tres referencias: agostos de 2026, mayos de 2022 y junios de 2032. El mercado estuvo movido, operable y maleable. Eso produjo al final dos cierres: los julios de 2020 terminaron al 5.874% y los UVRs de 2019 al 2.58%. Tenemos un dólar que cierra a 2.981 pesos, niveles que lucen tentativa y aparentemente bajos.
Respecto a lo que escribía sobre el Tsundoku, son hábitos relativos. Uno puede decidir cómo gasta el estipendio, cómo gasta las monedas que recibe como emolumento producto del sudor de la frente. Pueden comprar criptomonedas, cuadros, revistas de techno alemanas, UVRs de 2021 volumeneables, libros de sagas también volumeneables, licores de alta estirpe o también opciones asiáticas con monedas de países orientales.
Es el libre albedrío. (también buen título para un libro hipotético).
Buena suerte para hoy!