(el hombre de hojalata…..cortesía: twitter.com)
Continuando aquí con el eterno ritual diario de las peroratas acerca de los diversos temas que circundan mi mente y mi ser, debo hacer un alto en el camino y promover un brindis por ella. Ayer la vi, me detuve un rato para apreciar toda su contextura, su cuerpo y ella me hizo acordar del hombre de hojalata del Mago de Oz. También se me vinieron alegorías a robots, a androides, a cómo hace sesenta años nos imaginábamos que serían los robots: un cuerpo largo de aluminio, con varios botones, mangueras, salidas y entradas, un poco torpe. Sí, le hago una oda a ella, aquí va un pequeño homenaje de viernes.
A medida que iban siendo comprados los Tes, de hecho ayer bajó muchísimo su tasa, o en otras palabras subió mucho su precio; sí, a medida que eso pasaba, me volaba unos segundos para hacer mi pausa activa y la iba a visitar. Miraba su cuerpo y luego volvía a mi puesto de trabajo contingente. Veía cómo al 6.285% cerraban los julios del 24, en un día que aparentemente iba a estar quieto. Veía también un dólar a 2.912 pesos. Y sí, la veía a ella, que proporciona esa bebida energizante, a veces un poco amarga, algo arábiga y ancestral. A veces con sabor a aluminio, a arrabal, a androide, a naves espaciales. Ese tinto que nos proporciona todos los días.
Sí, lo anterior es una oda y un homenaje a la greca. Mi robot. Y bueno, viene el fin de semana, con varias películas que quiero verme. Quiero verme otra de Rita Hayworth, puede ser Gilda o Ángeles sobre Broadway, no sé. También quiero ir a cine a verme Valerian y la ciudad de los mil planetas. De pronto veo por ahí una greca.
Fin de semana de grecas sesenteras y robóticas.
Buena suerte para hoy!