El pasado viernes solicité precios de unos Tes tasa fija por medio del mercado financiero a viva voz. Recibí como respuesta que debido a un sorteo que se estaba haciendo, algo clave y esencial, aparentemente por eso no había disposición a asumir riesgos y aparentemente por eso la gente prefería no dar precios. Pregunté cuál sorteo, qué podía haber ocurrido para que la gente estuviera tan pendiente. Nunca supe. Luego al día siguiente vi en un titular a un ex deportista, no sé, tengo entendido que de los más famosos de la vida entera, mostrar un papelito rectangular que decía el nombre de mi país Colombia. Así fue la historia, o por lo menos así es como la recuerdo. Esa fue la dinámica de un sorteo en medio de la cotización de deuda pública un viernes antes del medio día.

 

Esta semana es de cuatro días hábiles. En algunas partes ya se hizo la fiesta anual, en otras falta por hacerla. Empezarán pronto las novenas y los villancicos, siempre la música adornando las creencias, los ritos y las tradiciones. Una música que, sea cual sea, pone a cada quien a bailar y a sentir, bajo su propio estilo.

 

Respecto a bailar y sentir, pues el sábado por la noche ya saben donde estuve: en el Sonar. No hay palabras, solo recuerdos e historias instagrammers. Diría que lo mejor de la noche, naturalmente aparte de Nina, fueron los zapatos de Dubfire, uno de los performers de la noche: Eran unos tenis de cuero negro y suela blanca. ¿cómo podría yo explicarles? Lo bueno es que tengo la foto. Es lo que estoy pidiéndole al niño Dios. Aun no los encuentro.