Una cosa es nacer y otra presentarse en sociedad. Antes, en la época victoriana de Orgullo y Prejuicio, por allá a finales de 1.800 y principios de 1.900, antes, cuando los nombres eran largos y las direcciones eran cortas, se usaba presentar a las hijas en sociedad para de inmediato conseguirles pretendiente. Traigo a colación este tema porque desde ayer tenemos un título nuevo. Es un Tes UVR emitido el 16 de junio de 2017, con vencimiento 16 de junio de 2049 (tiene 32 años de vida), tasa nominal del 3.75% y ayer cortó al 3.774%. Entonces tengamos en cuenta lo siguiente: nació el 16 de junio de 2017, esa es su fecha de emisión, pero entró en sociedad ayer 31 de enero.
Ya entró en sociedad. Cuándo llegue a entrar en saciedad, eso sí no lo sé. La otra vez pregunté yo en el Ministerio porqué si un título apenas salía ayer, porqué tenía una fecha de emisión tan lejana. Todo tiene su razón de ser, por ejemplo puede ocurrir que ellos tengan planeado en cada junio pagar intereses. Puede ser que así lo hayan distribuido previamente, esa fecha no es arbitraria.
Bueno, digo lo de las épocas de los nombres largos y las direcciones cortas porque hace 100 años yo conocía a alguien y se podía llamar María Dolores Zorreguieta de la Santísima Trinidad y vivía en la calle 3 con 4. Ahora es diferente: una niña se puede llamar Lulú, Majo o Yeyé y vive en la transversal 5ªBis con carrera 34ª, edificio 4, interior 3B apartamento 511-C.
De nombres largos y direcciones cortas…. a nombres cortos y direcciones largas.
Sí, los tiempos cambian. Los Tes UVR también.