Empezaré describiendo un ejemplo del comportamiento del inversionista ante una noticia. Son las 8:29 de la mañana y dentro de un minuto se publicará un dato: el de peticiones de desempleo. Son las 8:30, muy en punto sale el resultado: hubo 231 mil solicitudes en EEUU, más de las 220 mil que preveían. Entonces el inversionista necesita un dato, necesitamos un dato, una señal para justificar los actos, un pedazo de madera al cual aferrarnos. Entonces como salió más alto el dato, es una noticia mala.
En serio, a veces si analizo todo desde arriba, como un semidiós griego, encuentro todo digamos que curioso. Vimos que el dato es malo, así que es probable que bajen tasas o que no las suban, por lo tanto el inversionista compra Tesoros, se refugia en ellos, y así ocurre que se bajan del 2.88% al 2.86%. Así funciona a veces el mercado: nada ha cambiado sustancialmente pero hay que moverse para algún lado. You’ve got to Keep on movin’, bro.
Y así me moví yo ayer con mis marcadores. Empecé a dibujar en el tablero, escribí números con rojo, luego con verde y luego con azul. Unas palabras, letras, flechas, gráficos, ceros, ejes y paréntesis. Quedó una obra hermosa en el tablero. Parecía un cuadro impresionista, de esos de Monet. Le puse nombre, incluso no lo quería borrar. Se llamó “Amalgama de valoraciones bajo cielos grisáceos y tintas de marcador”.
Así fue mi día ayer. Y hoy es el día del DJ. Felicito entonces a Dubfire, a Charlotte de Witte, a Sasha, a Nina (hallo Nina), a MariaPaz, a Monika Kruse a John Digweed y me felicito a mí mismo. Seré siempre Kemistry.