Ayer el día empezó con analogías grandiosas. A media mañana oí grandilocuencias referentes al manejo del país, a las propuestas sobre el manejo del dinero y demás temas que nos competen a todos, pero creo que la mejor analogía es la de la necesidad de aplanar la cancha para jugar; por ahí la oí y se refiere a que hay que crear condiciones para que se den las cosas: hay que aplanar la cancha. Yo ya aplané la mía, ¿y usted? (sería un buen eslogan).
Luego del cierre del dólar a 2.784 y de los Tes de Corto plazo al 4.433%, de estos imberbes que se vencen en marzo de 2019, fui a la entrega de los premios de la revista La Barra. Hubo muchos galardonados, dentro de los cuales quiero felicitar a un chef de Popayán muy bueno, Pablo Guzmán, de Terra Inca. No sé si recuerden pero en enero yo mencioné un mítico salmón con uchuvas, un salmón que generó muchas historias, ese me lo comí allá, es muy bueno. Esto hace parte también de una invitación a que visiten Popayán.
La gente de la revista La Barra muy querida. Hubo mini hamburguesas de paté, galletas dulces, buen tequila, croquetas, bolitas de pollo con salsa teriyaki, algo hojaldrado por ahí y un buen ambiente. Segundo quedó como mejor restaurante de Bogotá, oí ganar a Wok y también oí a Home Burgers. Buena por Terra Inca y por La Barra, de verdad.
Así cerró un día de aforismos, premios, dividendos, milhojas. El sabor delicioso en días inolvidables, todos los días lo son.