En la vida de oficina existen unas operaciones llamadas subastas, en las que el gobierno consigue dinero con las entidades financieras pero a cambio de eso les emite unos títulos que ya no existen en físico sino desmaterializados, antes sí existían físicos y se transportaban en motoneta; unos títulos llamados Tes. Ayer, por ejemplo, adquirieron entonces deuda a 2023, a 2027 y a 2035 en unos títulos que no son tasa fija sino indexados a la Unidad de Valor Real, o UVR. En total se endeudan en 350 mil millones, les entra la plata y entran los títulos al mercado, títulos que son luego comprados y vendidos, bien sea por teléfono, por brókers mujeres, por brókers hombres, por pantallas, por softwares de calce y así se suben, se bajan, perdemos, ganamos, nos enamoramos, nos desenamoramos, nos reproducimos y morimos.
Mientras tanto ocurren otras cosas. Ayer, mientras se producían amenazas de aranceles, desfallecimientos, firmas de levantamientos de restricciones a niños, polémicas japonesas e inventos como los “vino-culares” en Rusia, degusté una delicia: un chocolatín de Cacao Hunters, esta variedad era 53% Tumaco Leche, sweet and spicy, en verdad delicioso. Casi no se consiguen, eso es lo malo, sin embargo les recomiendo todo lo de los cacao hunters (suena como una serie policiaca ochentera) para que mariden una buena tarde o noche de romance y locura de uplifting trance.
Ayer los títulos cerraron la jornada siendo vendidos, con una tasa de los julios del 2024 del 6.19%. Es extraño, no sé porqué ocurrió eso, tal vez alguien comió mucho cacao hunter, ni idea.
Recuerden que en mi instagram está todo @kemistrye …….