“..La señal de la distancia le dio indicios para generar nuevas y futuras cercanías..”
La anterior frase podría no significar nada o podría ser solo una bella frase, así tal cual, si la miramos aislada de las demás, aislada de su contexto. Si la transcribo aquí es porque es una de las tantas ideas que van entrelazadas y entramadas en mi proyecto; básicamente muestra cómo la distancia debe y puede motivar la búsqueda del acercamiento, de cómo un problema planteado sirve para hallar una solución o una nueva idea que no hubiera surgido en condiciones normales o ideales. La adversidad también en algunos casos es el caldo de cultivo para sacar lo mejor, lo que estaba guardado ahí.
Ya van dos velas de Adviento, o sea del periodo previo a la navidad, las hay de colores bellos como el morado, ayer hubo novenas colegialas y les voy a hacer una confesión: no conocía bien la historia de Santa Clara de Asís, no la tenía en mi radar. Y no se las mencionaré: solo diré que en una obra de teatro ayer la mencionaron y bueno, aprendí sobre ella. El mercado financiero, por otro lado, siguió muy parecido en sus valoraciones de la renta fija, está todo el tema de incertidumbre política, un Brexit embolatado y una Francia ajetreada.
Luego volví a Voodoo. Buenas hamburguesas, buena mostaza y ¿saben algo? Hay buena música ahí siempre, eso me encanta de un buen sitio. La otra vez sonó un género muy inglés e industrial como el drum and bass, eso ya es rescatable. Ayer hubo algo de disco-house: sonó “My family” de Loshmi.
Por último tomé un buen café y para ello les comparto otra fase de mi proyecto en construcción: tomé un tinto con carácter de adulto maduro.