Caminando, viendo perritos callejeros y pensando en los aspectos de la vida, en lo efímero que es todo. Eso es lo que hice ayer en la vida de a pie, cogiendo buses, oyendo vivencias y usando las herramientas que nos da el entorno para desenvolvernos socialmente. Hubo té Hatsu de envoltura blanca y así, a eso de las once de la mañana, vi que hubo subasta de Tes de corto plazo al 4.864%.

 

Luego, viendo un análisis respecto a las últimas dos semanas, vi cómo la curva de Tes se ha empinado un poco. ¿esto qué quiere decir? Más o menos, dentro de todas las explicaciones posibles, puedo decir que las tasas de los títulos de más vencimiento (por ejemplo los de 2028 y 2032) se suben más que lo que se suben las tasas de los títulos cortos (por ejemplo 2022 y 2024). Entonces si imaginan la curva, pueden hacer la labor mental de visualizarla empinándose. La idea es esa. Eso lo monitorean siempre en todos los mercados de bonos, aquí y en Tailandia.

 

Pensaba, como les digo, en la vida y en el efecto valioso de la ridiculización. Es más, pienso que hacer el ridículo es el paso más alto en el amor propio. Es saber burlarnos de nosotros mismos. Es llegar a la madurez por medio de la inmadurez.

 

Y por último una reflexión: así como dicen que dar es mejor que recibir, me he dado cuenta que me da más satisfacción escribir que leer, mezclar música que solo oírla. Es generar valor, es meterle creatividad y sello personal. Es la constante ecuación de la creatividad.