Ayer el Banco de la República prestó plata a diferentes plazos, algo que yo nunca había visto; lo usual es que él preste a un día, casi siempre a la tasa de referencia que es el 4.25%, pero ayer lanzó convocatoria a 91, 63, 30, 14 y 7 días, para luego terminar prestando a 91 y a 14, ¿a qué tasas? Al 4.30% y 4.26%, respectivamente. Para quien necesite, por ejemplo, recursos a 91 días, es una gran ayuda para evitar el trámite operativo diario de estar cancelando y volviendo a constituir. Eso se gestó por el lado de liquidez, además hubo subasta de bonos Davivienda y si quieren saber a cómo corta un título de deuda privada, sepan que a 36 meses corta al 6.29% y a 120 meses corta al IPC + 3.64%.
El párrafo anterior estuvo ahíto en tecnicismos numéricos. Promediémosle algo vivencial, ¿qué les parece? Vi que acaban de rodar el Episodio IX de La Guerra de las Galaxias y se me vienen pensamientos sobre tal vez una disminución en el interés en esta saga, diría yo que son rendimientos decrecientes. En mi opinión ya son tantas que todo se esfuma. De hecho, el campo de las películas y las series anda bastante descuidado, ha sido desplazado por otros artes que tal vez me reconfortan más, donde se puede crear en vez de solo digerir. El sentimiento va mutando.
De hecho, ayer me preguntaron si andaba llorando. Yo juré que no, no estaba llorando, dije que tal vez bostecé y me había salido una lágrima. Entonces me quedé pensando en que las lágrimas pueden venir de un bostezo, pueden venir de donde sea; al fin y al cabo son lágrimas. Por lo tanto sí lloré.