Hay un clásico de los clásicos: escribir sobre las fiestas corporativas. Todos los años lo publico, quienes me leen desde hace rato pensarán que yo otra vez con lo mismo, pero lo bueno del asunto es que hay siempre muchos nuevos lectores y también siempre hay aspectos para agregar. Ocurre que hoy viernes es mi fiesta corporativa, siempre es un gran momento para uno saludar a la niña de planeación que casi uno no ve, de saludar al abogado de la otra sede que por vicisitudes de la rutina nunca puede uno encontrárselo. Es inevitable hablar de tan magno evento, es inevitable no soltar una sonrisa. Es mejor, además, hablar de este tema en vez de leyes y de cosas financieras que se aprueban en la madrugada, así como las alboradas, las novenas a las cinco de la mañana. Son las cinco, firmemos, vayámonos ya que tengo una novena y se enfrían los buñuelos.

Hay una canción que creo solo oigo una vez al año. Se llama “A dormir juntitos” de Eddy Herrera. Suena una vez al año, y si suena es porque estoy en la fiesta corporativa, hoy la oiré, pónganle la firma. También sonará Mayonesa, Aserejé, Macarena, salsa choke, i gotta feeling de black eyed peas (que la gente la parafrasea con “hagan la fila”), titanium, despacito, Sufre Mamón y Me vale (la de Maná). Hago mención especial al YMCA hecho con los brazos.

“Ay porque estamos, durmiendo solos, y si nos seguimos queriendooo.. si nos seguimos amando no dejamos aal lado el orgullo al volvernos….”. Suenan los booms. En verdad me encanta estos momentos, es la mejor manera de integrar a la gente: la música y el baile, eso han hecho siempre las tribus. No creo que haya mejor manera, hablar tal vez no. Las fiestas son muy necesarias: así conocí a mi Valentine, así probablemente conocieron a su amado, amada, a su cuento, entuque, novia o clandestino. Felices navidades. y Aserejé e deje dejebe….