(fuente: www.lacuellar.com)
A lo largo de la vida me doy cuenta de algo: siempre habrá críticas. Y creo que las hay entre más cosas hago, es natural. Porque ponen muchas tareas o porque no ponen nada. Habrá críticas si este blog es largo o si es muy corto; o si alguien pensaba que debía ser más financiero, que debía ser más solemne y se encuentra con mil ridiculeces fatuas sobre literatura y música, cosas que no son importantes; o si les hablan en chino cuando se mencionan finanzas, argumentando que las finanzas no es su tema. Criticarán siempre a quien no lee nada pero también al que solo piensa en devorar libros. Criticarán si ponen muchas capacitaciones pero también criticarán si no promueven el conocimiento. O cómo así, cómo es posible que un hombre se pinte las uñas de negro, absurdo.
Nada florece más que una crítica. La crítica es la planta más fértil del planeta tierra: se da sola, no necesita de agua ni de químicos, surge por generación espontánea, nace en tierra fría o caliente. Que qué música tan rara, qué es música de niñitas esa de Blackpink o de Twice o de Ateez, porqué la oye él, qué es esa música que solo suena chispum, es de aeróbicos, qué mérito tiene esa música house que es hecha en un computador. No tiene mérito esa música, dicen. Críticas. Seguro no conocen el Ableton.
No critiquemos, más bien apoyemos. Y les tengo dos cosas, dos eventos, dos hechos los cuales recomiendo totalmente. A ojo cerrado.
Apoyemos, apóyenme, apoyémonos, apóyala. Es un verbo que debemos conjugar en todas las personas.
1. Tengo dos restaurantes que amo: Ocio y La Urbana. Esta vez quiero hablar de La Urbana, sitio que frecuentaba cuando iba presencial a la oficina y donde me sentía como en casa. De hecho siempre me quedaba dormido, mientras oía música, hacía crucigramas o leía. Son los mejores almuerzos del universo entero, siempre me acuerdo de las yuquitas y del salmón, en fin, se me hace agua la boca. Ahora están haciendo anchetas y platos navideños como el que les pongo ahí. Vayan a instagram a @laurbanacocina y verán todo lo que hay. En serio es lo mejor del universo.
2. Tengo un parcero que es fotógrafo, se llama Luis Alejandro Cuéllar y vende sus fotos, bien engalladas y en papel súper profesional, para decorar así como si fuera un cuadro. Se ven hermosas así gigantes en la pared. Aquí pueden ver la info y encargarle si les interesa:
De hecho él me tomó una foto en París y muy probablemente la usaré cuando me publiquen mi libro. Seguro que sí.
Gracias
(en mi instagram @kemistrye verán más proyectos)