Ayer fue un día de respiro. Esos días en los que se ven compras en la pantalla, muy diferente a lo que había ocurrido días atrás. Aparentemente había incertidumbre en el mercado por una reforma a una ley, y también aparentemente todo ha ido aclarándose. Para no ser tan tecnicista, tan tecnócrata, solo me limitaré a describir como se lo describiría a un niño de 6 años, para que lo entienda un arquitecto, un cantante de rock o un paleontólogo: imaginen que en su casa quieren reformar una ley, para que se pueda mandarle más plata a los hijos, sobrinos, primos lejanos y familiares. Claro, está bien mandarles más plata a todos para que sacien sus necesidades, pero si tú no tienes plata, para poder cumplir con eso te toca pedir esa plata prestada. Y si eso se hace cada mes, cada año, por muchos años, claramente no habrá bolsillo que aguante. Para que aprueben toca hacer varias plenarias, y rápidamente mucha gente empezó a aprobar. Hasta que llega el jefe o la jefe máxima del hogar y dice “No, espere, cómo así que han aprobado esto, eso no se puede hacer de la noche a la mañana”. Una Ley para cambiar cómo se distribuye dinero a todas las regiones no es así porque sí. Además, no entra en vigencia aún y los efectos son a largo plazo. Entonces? bueno, mañana no sabremos nada, el hecho es que los Tes bajaron 4 puntos en su versión pesos y UVR. ¿Temor excesivo por algo que no ha ocurrido? No sé, solo narro y trato de delimitar un punto, una idea. Mañana puedo no estar, aprovéchenme.