
Una de las formas que está tomando el mercado de trabajo, es la economía gig.
Suelo conversar con los conductores de UBER para conocer, ¿cómo llegaron a trabajar con dicha aplicación? Es interesante conocer que, en muchos casos, son profesionales que vienen de otras actividades, muy lejanas a conducir para terceros. Generalmente, fruto de crisis en ciertos sectores o, crisis sistémica en la economía de sus países. Es decir, UBER se ha convertido en una fuente de ingresos para resolver condiciones de desempleo o subempleo. En América Latina es una de las salidas ante la falta de empleo de calidad, la economía gig. Este tipo de nuevas relaciones de trabajo requiere de ciertas reflexiones a medida que se incorporan a la vida de las personas.
¿Qué es la economía gig?
El mercado de trabajo está experimentando una transformación sin precedentes impulsada por la tecnología, la globalización y las expectativas de los propios trabajadores. A medida que nos adentramos en la era digital, el mercado laboral se enfrenta a nuevas dinámicas y desafíos. Las tendencias emergentes están redefiniendo cómo trabajamos, dónde trabajamos y qué significa ser un empleado. La economía colaborativa o como se le conoce más «economía gig» es uno de los principales impulsores de este cambio, con un crecimiento acelerado que ofrece tanto oportunidades como desafíos significativos.
¿Trabajadores web o gig? Un ejemplo de los trabajos web serían los mercados digitales de trabajadores autónomos como diseñadores gráficos o consultores profesionales (Upwork o Amazon Mechanical Turk), mientras que un ejemplo de los trabajos gig serían los servicios de transporte o alojamiento (Uber o AirBnB). Fuente: BID
La economía gig, caracterizada por trabajos temporales o independientes realizados por trabajadores freelance en lugar de empleados permanentes, ha ganado popularidad mundialmente. Plataformas como Uber, Airbnb y Upwork han demostrado el potencial de este modelo, permitiendo una flexibilidad laboral sin precedentes. Según un informe de McKinsey, hasta el 20-30% de la fuerza laboral en Estados Unidos y Europa está involucrada en algún tipo de trabajo independiente. Este modelo promete beneficios atractivos tanto para las empresas como para los trabajadores. Las empresas pueden reducir costos, mientras que los trabajadores pueden disfrutar de horarios flexibles y trabajar desde cualquier ubicación.
No todo es color de rosa en la economía gig
Sin embargo, la economía gig también presenta riesgos significativos de explotación laboral. La falta de protecciones tradicionales para los trabajadores puede llevar a situaciones de abuso, donde los individuos trabajan largas horas sin acceso a beneficios esenciales ni una estabilidad financiera. Un ejemplo de tales problemas se observa en los conductores de aplicaciones de transporte privado, que a menudo enfrentan condiciones de trabajo imprevisibles y compensaciones inadecuadas.
La Comisión Europea ha expresado su preocupación acerca de cómo estas nuevas formas de empleo afectan los derechos de los trabajadores y ha señalado la necesidad de establecer marcos regulatorios que protejan a estos individuos. Muchos de los choferes con los que he conversado, son conscientes de la inestabilidad de la relación con UBER. Les preocupa el futuro y, en muchos casos, ven esta actividad como temporal. Es decir, a las propias plataformas debería preocuparles esta situación en el mediano y largo plazo.
Algunas soluciones a los desafíos
En vista de estos desafíos, ¿cómo debemos fomentar un entorno laboral más justo y equitativo? La clave está en encontrar un equilibrio entre la flexibilidad que ofrece la economía gig y la protección necesaria para evitar la explotación.
- Desarrollo de nuevos marcos regulatorios: Los gobiernos y las organizaciones internacionales deben trabajar juntos para desarrollar regulaciones que aborden las lagunas legales actuales en la economía gig. Esto podría incluir la creación de categorías laborales híbridas que reconozcan la naturaleza dual del trabajo independiente y ofrezcan protecciones similares a las que reciben los empleados tradicionales.
- Trabajar en la ética dentro del campo tecnológico: Las empresas deben asegurarse de que las plataformas tecnológicas que utilizan para conectar a trabajadores y clientes funcionen de manera justa. Esto podría implicar algoritmos transparentes que eviten prácticas discriminatorias y proporcionen tarifas justas. En cierta forma, significa colocar a las personas por sobre el algoritmo.
- Formación: Proveer a los trabajadores con recursos educativos y capacitaciones sobre sus derechos y oportunidades disponibles puede empoderarlos para tomar decisiones informadas y evitar situaciones de explotación.
- Promoción de la diversidad e inclusión: Asegurar que el entorno laboral sea inclusivo y que se respeten los derechos de todos los trabajadores, independientemente de su estatus laboral, es esencial para prevenir la explotación y fomentar una cultura corporativa inclusiva.
- Organización: Fomentar la organización de trabajadores para que puedan negociar de forma más adecuada con las grandes multinacionales tecnológicas, en mejores condiciones que beneficien a ambas partes. La representación y negociación colectiva es esencial que los trabajadores se organicen para tener una voz conjunta. Los sindicatos y otras organizaciones laborales siguen siendo relevantes en la economía gig, proporcionando un canal a través del cual los trabajadores pueden exigir condiciones laborales justas.
El impacto de la IA
Además de estas estrategias, es necesario considerar el impacto de la automatización y la inteligencia artificial en el futuro del trabajo. Aunque estas tecnologías prometen mejorar la eficiencia, también presentan el riesgo de desplazamiento laboral. Un informe del Foro Económico Mundial indica que para 2025, aproximadamente 85 millones de empleos podrían ser desplazados por máquinas, mientras que se podrían crear 97 millones de nuevos empleos adaptados a la nueva división del trabajo entre humanos, máquinas y algoritmos. Esta transición requerirá un significativo cambio en las habilidades de la fuerza laboral actual, enfatizando la necesidad de una capacitación continua y adaptable.
Las empresas, por tanto, necesitan invertir en el aprendizaje y desarrollo de sus empleados para prepararlos para las demandas del futuro laboral. Programas de reskilling y upskilling se vuelven críticos para asegurar que los trabajadores puedan desempeñarse efectivamente en roles que evolucionan rápidamente.
Eso que llamamos: futuro del trabajo, ya está aquí y presenta tanto oportunidades inigualables como desafíos significativos. La economía gig simboliza esta dualidad, ofreciendo una flexibilidad sin precedentes mientras plantea preocupaciones éticas y de explotación laboral. El reto no es fácil, muchas de las grandes empresas tecnológicas están lejos de las realidades locales. Por eso es necesaria la mediación de los Gobiernos para implementar políticas que equilibren la flexibilidad y la protección de los trabajadores. Además, deben prepararse para los avances tecnológicos, invirtiendo en la capacitación continua de su fuerza laboral. Solo a través de un enfoque colaborativo y ético, la sociedad puede asegurar que el futuro del trabajo sea inclusivo y sostenible para todos.
Fuentes:
McKinsey & Company. «Independent Work: Choice, Necessity, and the Gig Economy.»
Comisión Europea. «Protección de los trabajadores en la economía de plataformas.»
Foro Económico Mundial. «Future of Jobs Report 2020.»
Fuente de la imagen https://theconversation.com/economia-gig-autonomia-o-precariedad-196765
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