Siempre será un deleite conversar con Carlos Raúl Yepes, expresidente de Bancolombia. Es un hombre que puedo definir con una palabra: Coherente. Sentarse a conversar con él es aprender, reflexionar y divertirse (sobre todo cuando habla de su Atlético Nacional del alma).

Y qué bueno que haya dedicado tiempo para escribir su libro, que se convierte en un texto obligado para los empresarios y emprendedores porque, como él mismo lo dice, “Por otro camino, de regreso a lo humano” no es un libro de administración de empresas, ni de estrategia ni tampoco se trata de la historia de Bancolombia.

Es un libro que narra una experiencia personal pero va más allá: propone un cambio de mentalidad en las relaciones entre las personas, basadas en el respeto y en la confianza, para que se produzcan resultados superiores cualitativos y cuantitativos.

Para invitarlos a leer el libro,  que ya ha vendido más de 20 mil ejemplares en Colombia, hoy les quiero compartir un fragmento que muestra la persona que es Carlos Raúl y que se convierte en una invitación a tratar a los demás con respeto y dignidad, sin importar las circunstancias.

“Un día, un empleado fue despedido por robar. Teníamos una política de cero tolerancia con el fraude, que concordaba con nuestros valores, porque si estábamos basando nuestras relaciones en la confianza, no podíamos defraudar de ninguna manera a un cliente diciéndole que le habían robado “su” dinero.

A pesar de que él ya no trabajaba en la organización, me pidió una cita. Me aconsejaron no verlo, me dijeron que no tenía nada que decirme ni yo a él. Aún así, fiel a la política de calidez y cercanía, acepté. Quería escuchar lo que él tuviera que decir.

El muchacho entró acongojado y arrepentido. Me dijo que nos había traicionado y que no era capaz de mirar a los ojos a su esposa y sus hijos. Sabía que le había hecho un daño irreparable a su vida, y parecía genuinamente triste por ello. Aún frente al panorama terrible que tenía por delante, me dijo que lo peor de todo había sido la forma en la que su jefe lo había despedido. Aseguró que había reunido a toda la sucursal y que había sido humillado en público.

A medida que me hablaba, sentía que se me hacía un nudo en la garganta, porque él no había venido a decirme que lo volviera a contratar, ni siquiera había venido solo a pedirme perdón, sino que había venido a contarme que se había sentido humillado, y bajo cualquier circunstancia esas cosas no podían pasar.

Gracias a ese muchacho aprendí que ni siquiera cuando despedimos a alguien con justa causa tenemos derecho a tratarlo mal. Pensaba por ejemplo en los presos, que a pesar de estar en la cárcel siguen siendo personas, seres humanos, y por lo tanto mantienen su derecho a un trato digno, con acceso a la salud y a la alimentación. Nadie debe atentar contra la dignidad de nadie.

Teníamos que aprender que todas las decisiones deben aplicarse escuchando, conversando, sin emitir juicios y sobre todo controlando las emociones.

A partir de la enseñanza de ese muchacho, creamos un protocolo en la organización, donde explicábamos qué hacer y cómo proceder en caso de un despido. Cómo debía ser nuestro entendimiento de la situación, comprenderla, respetar a nuestro interlocutor, preparar de antemano la conversación y buscar una buena oportunidad para hacerlo. Una decisión de este tipo nunca es fácil, y a mí, particularmente, me afectaba mucho y me dolía tener que tomarla, pero al hacerlo también había que obrar con responsabilidad, con seriedad y con mucha humanidad”.

Mi charla más reciente con Carlos Raúl Yepes fue sobre el libro y la grabamos para el programa de televisión e internet Negocios en Tu Mundo y para este blog. Los dejo con el video de esa conversación, que a mi me generó muchas reflexiones interesantes y espero que a ustedes también.

Espero sus comentarios sobre el tema en este blog y en mis redes sociales: LinkedinFacebookTwitter e Instagram. También los espero en mi correo electrónico juany@agenciastm.com

Postdata: Un agradecimiento muy especial a Hibox por incluirme en el Top 10 de los Influencers de Colombia en temas de Liderazgo. Me genera un gran reto y compromiso.