Hace algunas semanas me llamó una periodista de la revista Compensar para pedirme un testimonio sobre cómo elegir un buen socio en el momento de gestar un emprendimiento. Lo primero que le respondí es que escoger un socio se puede comparar con seleccionar un novio o una novia para casarse. Hay que hacerlo con mucho cuidado porque se trata de una situación trascendental en nuestra vida. Y, lo ideal es en ese momento pensar de una vez cómo sería una separación con esa persona en caso de que las cosas no funcionen.

Es como dicen por ahí: uno sabe con quién se casa, pero no sabe de quién se separa. También aplica para el emprendimiento.

Así que me puse en la tarea de recopilar diez conceptos claves para analizar a la hora de asociarse para crear un emprendimiento. Estas son mis reflexiones:

  1. Que ese socio sea una buena persona y que tenga el mismo propósito que quien lo invita, que ambos impulsen para el mismo lado. En mi caso no me gustan los socios capitalistas, que son los que solo aportan dinero. Prefiero una persona que se integre en el día a día de la compañía y aporte su tiempo, experiencia y conocimiento.
  2. Que el conocimiento que tenga ese socio sea complementario, de tal manera que es conveniente integrar al emprendimiento profesionales que sepan de administración, de mercadeo, de ventas. En mi caso, emprendí con comunicadores (o sea que sabían del mismo tema que yo) y al segundo año casi nos quebramos porque no teníamos una buena administración.

Otro caso de complementariedad: Por ejemplo, hay una persona que sabe mucho sobre su área, de ingeniería, y es muy introvertido. Le conviene traer un socio extrovertido que sea capaz de comunicar y vender bien el proyecto.
  3. Me parece súper clave que en el equipo emprendedor haya al menos una mujer. Ojalá más. Ese equilibro de géneros, de visiones, le aporta muchísimo a un emprendimiento.
  4. Un número impar de socios facilita las decisiones cuando hay que hacer votaciones. Por el contrario, cuando hay dos socios, con igual número de participación, se pueden dificultar algunos procesos.
  5. Muy importante establecer muy claramente las reglas de juegos desde el principio, los roles de cada uno. En ese punto hay que determinar cuánto tiempo le dedicará semanalmente cada socio a la empresa. A mayor dedicación, mejores probabilidades de buenos resultados, si trabajan con inteligencia. Todo lo que acuerden deberá quedar por escrito y firmado.
  6. Que el nivel de compromiso de ese socio invitado sea igual al de quien lo invita. En el emprendimiento siempre habrá retos duros, que inclusive harán pensar en tirar la toalla. Sin embargo, si el nivel de compromiso y la motivación son altos, cualquier obstáculo se puede superar y seguir adelante.
  7. Pensaría que ese socio que llegue debe tener una adecuada inteligencia emocional. Una persona que deja desbordar sus emociones genera roces en la sociedad, mal clima en la empresa y empieza a espantar a los clientes. Así que no es recomendable y mucho menos saludable invitar a alguien que genere conflicto de manera permanente.
  8. Es importante invitar a la sociedad a alguien conocido o, si no es posible, investigarlo muy bien. Quién es, qué pasado tiene, en qué tono habla en internet y en las redes sociales. En síntesis, verificar que sí tenga una buena reputación que aporte relacionamiento estratégico y negocios a la compañía.
  9. Otra opción es no tener ningún socio. A mi me encanta trabajar y construir en equipo, pero no todo el mundo tiene que tener socios. Hay personas que pueden simplemente vincular a otros y pagarles como empleados. Es una alternativa válida.
  10. En esa sociedad, deben tener como prioridad cuidar mucho la empresa. Que cada socio reciba una remuneración acorde con su trabajo. Y que tengan utilidades al finalizar cada año para garantizar que sí es dinero excedente después de la operación. Siempre es buena idea reinvertir en la misma empresa lo máximo posible para fortalecerla. Ojo, hay empresas en las cuales los socios se entregan previamente utilidades que no existen y eso hace insostenible la compañía.

Espero que estas recomendaciones vividas desde la experiencia les sean muy útiles y las compartan con otros emprendedores.

Ilustro este post con una fotografía en la que estoy con Paola Rueda López, como una forma de agradecimiento a quien fue mi socia por 13 años, y con quien siempre me entendí de manera fluida porque ambos teníamos un mismo propósito. Muchos éxitos en sus nuevos caminos.

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