Cuando entrevisté a Gonzalo Pérez, presidente de Suramericana, para mi libro Historias de Negocios Altamente Inspiradoras me contó una anécdota que me gustó muchísimo porque constituye una ejemplar lección de ética, que deberíamos aplicar en todas las empresas.

 

Me contó Gonzalo que en la compañía hay una frase muy famosa que fue acuñada por Jorge Molina cuando fue presidente de Suramericana y sigue siendo recordada en diferentes juntas y reuniones de todos los niveles porque define una filosofía que ha trascendido por años: “En esta compañía dormimos en almohada de plumas”.

 

Así explica la frase Gonzalo Pérez: “Lo que quería decir este inspirador directivo es que la conciencia nuestra siempre está absolutamente tranquila, lo que garantiza un sueño placentero, el mismo que proporciona una deliciosa almohada de plumas. Es la analogía de la suavidad y liviandad de una conciencia limpia, sin remordimientos causados por decisiones inmorales”.

 

Y agrega Gonzalo: “Llevo más de 30 años de empleado de Suramericana y puedo decir que mi labor acá no me ha quitado el sueño. Obviamente hay temas de mucha responsabilidad, también momentos más o menos difíciles, la verdad nunca muy difíciles. Y pienso que hemos sido afortunados, porque nunca hemos tenido algo que nos quite el sueño. Cuando a uno le dicen en esta compañía: “Dormimos en almohada de plumas”, el gran significado que yo le veo es que no necesariamente vamos a ser siempre los más inteligentes, o los más acertados; puede que algunas veces seamos impropios, desde el punto de vista del lenguaje, pero tenemos la tranquilidad de que nunca seremos impropios desde el punto de vista ético en nuestro actuar corporativo”.

 

Gran lección, digna de aplicar para que tengamos compañías fieles a los principios y valores correctos, que permiten un crecimiento sostenible y en armonía con la sociedad.

 

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