«La pandemia a nosotros nos permitió fortalecernos, crecimos, nos consolidamos, y pasó imperceptible», confiesa el Pbro. Diego Luis Rendón Urrea, rector general de la Fundación Universitaria Católica del Norte.
Padre Diego Luis Rendón Urrea, rector de la Fundación Universitaria Católica del Norte. Foto cortesía.
Parece una declaración traída de los cabellos, como si fuera de una época o un planeta distinto. Escucharlo -o leerlo como en este caso parece increíble, pero cuando uno mira a los ojos al padre Diego Luis, y nota esa transparencia segura y muy seria, entonces no le queda de otra que empezar a creer.
«Nosotros no tuvimos que despedir empleados, antes contratamos. Tuvimos que recibir estudiantes, porque se experimentó un fenómeno de migración de la presencialidad hacia la virtualidad en la educación superior», asegura el rector de la UCN.
¿Una historia de crecimiento en tiempos de pandemia? Se puede estar preguntando usted que lee esto en este momento, y sí, es posible, por supuesto que lo es, tiene que serlo, pues es un sacerdote quien nos lo está diciendo y no solo esto, quien nos habla, es el rector de una de las universidades que más prestigio y reconocimiento ha ganado en los últimos años, entre las instituciones de educación superior de la región.
«No tuvimos emergencias ni grandes discusiones sobre: ¿qué haríamos con la cafetería? ¿Qué haríamos con los ingresos al campus? ¿Cómo haríamos con la parte sanitaria? Porque en la virtualidad vivimos otra experiencia diferente a la que vive todo el mundo», declara y con esto nos aclara el panorama el Pbro. Diego Luis.
Una apuesta a algo que no existía
Hay varias discusiones sobre el nacimiento de la Internet, aún se debate si fue un desarrollo de Estados Unidos o europeo, sin importar mucho esta asignación, en lo que sí estamos claros es en que el mundo es otro desde que en 1991 nació el World Wide Web (WWW).
«La Internet es un elemento fundamental, es como la sangre de la educación virtual, cuando nosotros empezamos no se había terminado de inventar, apenas se asomaban las posibilidades y aquellos que tenían visión sí alcanzaron a ver que esto iba a cambiar el mundo de un todo y por todo», narra el padre Diego.
Cuando en Colombia muchos apenas estaban conociendo a Altavista, a Yahoo y a un desconocido Google como buscadores de cosas maravillosas, extrañas y una que otra tontería divertida, unas mentes soñadoras y visionarias, con más ganas e intuición que conocimiento, se propusieron hacer algo en lo que nadie habría pensado.
«Para todo pionero es muy difícil romper camino. Nosotros tuvimos muchas cosas en contra, como la misma legislación del país, mira que para 1998 no existía la palabra virtualidad en la legislación educativa y solo hasta el 2021 con el decreto 13/30 es que se ha ido incorporando», comenta con un tono entre el asombro y la incredulidad el rector.
Esto hace visible el por qué la titánica labor realizada por estos emprendedores soñadores de la educación ha sido la apuesta más venturosa jamás hecha, en pos de la democratización de la educación en el país, porque nadie creía en un principio en ella y hoy por hoy, es la visión reconocible en todo el mundo como, ya no el futuro sino el presente de la educación.
Una opción sin contraargumentos
Aún sin el mundo estar preparado para visualizar y mucho menos comprender qué era eso que se traían entre manos estos emprendedores de la educación, en esta época en la que la palabra virtual se usaba peyorativamente para señalar cosas que no existían, o eran imaginarias, se lanzan al ruedo con un rótulo que tendría que luchar contra viento y marea para ser verificado con el tiempo.
«Nosotros nos declaramos como una institución de educación virtual en 1998 y todavía no hemos encontrado a nadie que nos contraargumente lo contrario», declara el presbítero Diego Rendón.
Esta idea innovadora en el contexto colombiano, tenía unos referentes en otras partes del mundo en donde ya estaba rodando, y había una en especial que traía un modelo muy singular que les mostraba el camino.
«La universidad Oberta de Cataluña fue la primera universidad del mundo que se acercó a la virtualidad educativa como es concebida hoy, y al ver su modelo nos dimos cuenta de que era la que más se acercaba, no a lo que queríamos, sino a lo que necesitábamos en Colombia», asegura el rector de la UCN.
El objeto de implementar una educación de este tipo obedeció a una necesidad latente de ofrecer educación superior de calidad, a un segmento de población que por sus condiciones sociales y geográficas, no podía acceder a universidades convencionales de educación presencial.
Este fragmento corresponde a la historia de la Fundación Universitaria Católica del Norte, en el libro Historias de Negocios Altamente Inspiradoras -Tecnología e Innovación-, que será lanzado este miércoles 27 de julio de 2022 en Ceipa Business School, Sabaneta. Es un libro con principios, valores, buenas prácticas y mucho aprendizaje.
El libro es de mi autoría en equipo con Vianette Monsalve y un equipo de redactores apasionados por contar buenas historias: Andrés Toro Carvalho, James Alzate, Daniel Santa, Laura Pulido y Marcelo Montoya, (con diseño de Johan Paniagua) a quienes agradezco su dedicación para sacar un libro muy potente y cargado de inspiración.