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Este fin de semana se realizará en Medellín una de las carreras atléticas más queridas por los colombianos: Corre Mi Tierra. Así que quise conocer más detalles relacionados con Jorge Orozco y Cristy Martínez, la pareja de emprendedores que hace posible un evento que congrega a miles de personas en diferentes ciudades. Y fue una experiencia increíble en la que aprendí un montón.
Cristina Martínez y Jorge Orozco son los creadores de Corre Mi Tierra. Foto cortesía.
Fue una visita que disfruté al máximo. Desde que entré esa residencia, en La Loma de Los Balsos en El Poblado (Medellín) me generó confianza gracias a un letrero en la puerta, en la que entregan la familia a Dios. Ese pequeño hecho me anticiparía que se trata de un hogar espiritual que además genera un alto impacto social en el mundo empresarial.
Lo primero que hay que contar es que trabajan juntos desde el principio, cuando se ennoviaron en la Universidad Eafit en un momento en que ella iniciaba su carrera y él ya estaba en proceso de graduación.
Pasaron varios años haciendo eventos, que es algo que les apasiona a los dos. A Jorge también le atraía el tema de las franquicias a tal punto que subían hasta el aeropuerto José María Córdova, de Rionegro, a conseguir la revista Ideas y negocios, que llegaba a Colombia seis meses después de que circulaba en España, el país donde la producían.
En esa época crearon JAO. En sus inicios manejaban la logística del Hipódromo Los Comuneros, ubicado en Guarne. Fue allá donde conocieron a Jaime Alberto Álvarez, el dueño de Estudios de Moda, sin saber que se convertiría en un ángel para ellos porque les abriría las puertas al mercado internacional.
“Nuestra vida empresarial está muy ligada a ellos. Nuestro ADN viene del mismo ADN de varias compañías internacionales con las que trabajábamos porque íbamos a ciudades como París y Londres a ver los lanzamientos y luego los hacíamos nosotros en Colombia, Venezuela y Ecuador, con marcas como Diesel y Marithe Francois Girbaud”, explica Cristy.
“Nuestro ADN viene de ahí, de una mentalidad disruptiva. Y nosotros crecimos aprendiendo de ellos”, agrega Jorge.
El tema de las franquicias
El hecho es que un día Jorge le dijo a Jaime: ¿Ustedes nunca han pensado en franquiciar?
A Clara Inés, la socia de Jaime, le sonó la idea y le pidió a JAO hacerles un proyecto al respecto. Para resumir, al año ya estaban franquiciando en Ecuador y Venezuela. Algo anecdótico es que después de que ya la marca estaba en varios mercados internacionales Clara le pregunta a Jorge: “¿Ve, y nosotros si te pagamos el proyecto de franquicias que nos montaste? Al saber que no había sido así, les emitieron de inmediato a JAO un cheque bastante jugoso que les cayó muy bien.
Como Jorge ya estaba terminando la especialización en mercadeo internacional en Eafit y ya la pareja había ayudado a crecer otros negocios como Offcorss y el área financiera de GM, ya ellos también querían convertirse en una firma internacional y el camino era hacerlo con el modelo que ya conocían bastante bien: las franquicias.
Entonces en el año 2003, después de estudiar el modelo en varios países, compraron una franquicia que una empresa española experta en el tema de consultoría.
Una quiebra con muchos aprendizajes
Y llegó lo inesperado. Para el 2005 estaban absolutamente quebrados. Cuando Jorge y Cristy analizan las razones, infieren que es porque los europeos estaban acostumbrados a asesorar a las pymes con un modelo copy paste (copie y pegue). Ellos en cambio hacían un acompañamiento riguroso y personalizado, y además con este contexto: “los pequeños empresarios no podían ejecutar las estrategias propuestas y tampoco tenían capacidad de pago. Para el año 2006 hubo momentos en que no teníamos ni con qué mercar”, recuerda la pareja.
Jorge complementa: “Cuando uno está quebrado todos los días son una pesadilla. No sabe uno ni para qué es bueno. Los domingos nos íbamos en el Metro hasta la estación de Santo Domingo Savio y nos comíamos un buñuelo gigante y dos gaseosas entre los cuatro, porque estábamos con nuestros dos hijos”.
En 2007, con un dinero que les ingresó del Hipódromo Los Comuneros se fueron a Estados Unidos. Viajaron con millas y la hermana de Jorge los recibió y les daba la comida. Y también los invitó a Disney en Orlando. Estando allá, Jorge oró a Dios: “Quiero empezar desde cero, pero en lo que a mí me apasione”.
Cuenta que viendo las atracciones y las actividades en ese parque definió: “Esto es lo que quiero, hacer más eventos y de grandes dimensiones”.
Luego fueron a Chicago y vivieron un festival espectacular donde las familias estaban reunidas en torno a una experiencia gastronómica y otras actividades. Cristina y Jorge se miraron y coincidieron: “A Medellín le faltan experiencias así”.
Nació Vibra Mi Tierra
Y por eso llegó el momento en que con Juanchi Vélez (Fundador de la marca 3 Cordilleras) crearon Vibra mi Tierra, que era un festival musical alternativo de familia, con cervezas, gastronomía, un mercadillo de emprendedores y zona infantil, entre otros atractivos. Para esa época ya Jorge y Cristy (como la conoce la mayoría) tenían tres hijos.
En 2011 juntaron Vibra mi tierra con una nueva creación: Corre Mi Tierra, un evento atlético que estaba diseñado para 300 personas. Recuerda Cristina que las inscripciones eran en una hoja de papel. Como llegaron 500 personas, les tocó prestar números a los organizadores de otra competencia. Al final Vibra Mi Tierra dio pérdidas y Corre Mi Tierra terminó, como se dice, ras con ras.
Al cuarto año de dar pérdidas Vibra Mi Tierra murió. Y Corre Mi Tierra quedó a cargo de JAO, que la llevó a convertirse en una actividad con 10 mil inscritos y para este próximo domingo se espera que la cifra suba a 15.000.
Los mismos patrocinadores pidieron extenderla a otras ciudades y fue así como llegó a Cali desde 2015 y a Barranquilla desde 2016. Este año se realizará por primera vez en Bogotá, el 26 de noviembre.
Un evento son sentido familiar
Jorge y Cristina mantienen firme el sentido de familia dentro del evento. Los niños no pagaban un solo peso por ir a correr con sus padres. “Nosotros hemos visto crecer los niños de la ciudad. Los que corrían pequeños con nosotros ahora son más grandes. Por eso, después de la pandemia los niños solo pagan un valor simbólico. Hemos tenido más de 1.000 niños participando”, dice Cristy.
La carrera cubre desde los aficionados, que recorren los 5 kilómetros, lo intermedios de 10 y 15 K y por supuesto los más profesionales, que hacen la media maratón, que son 21 kilómetros.
Para concluir la entrevista, Cristy resume lo que es para ella la carrera Corre Mi Tierra: “Es un evento que salió de lo más profundo del corazón. Llevamos 26 años en un camino espiritual, con los catecúmenos. Estamos seguros de que realmente lo más importante es Dios por encima de cualquier otra cosa. No somos unos berracos. No planeamos estar donde estamos”.
Y agrega: “Todo esto superó nuestras propias expectativas. Jorge y yo hemos estudiado carreras, especializaciones, MBA y toda clase de cursos. Y nada de eso es la clave del éxito de Corre Mi Tierra. Acá está Dios, que nos ha superado. Nos ha inspirado. Y nuestra filosofía es entregar lo mejor de nosotros”.
Cinco pilares de Corre Mi Tierra, descritos por Jorge Orozco
- Somos obsesivos con los detalles.
- Trabajamos bajo una metodología de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Se llama Flawless Execution, ejecución impecable, no perfección. Siempre buscando mejorar los procesos.
- Somos anfitriones por naturaleza. Es un modelo de servicio único.
- Siempre estamos orientados al resultado.
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