Hoy les traigo la historia de tres jóvenes que crearon una agencia de publicidad y marketing, conquistaron el continente americano y ahora sueñan con llegar a las grandes ligas de Asia y Europa.
Estos son los tres jóvenes líderes de la compañía: Jorge Gil, Juan Esteban Arango y Juan Gabriel González. Foto: Samuel Zuluaga @elotrosamuel.
Muy recientemente la revista Forbes en sus ediciones de Colombia, México y Centroamérica destacó ampliamente a Blue Design Worldwide como una de las agencias de publicidad colombianas que quiere ser respuesta para las marcas en medio de la crisis. Entonces me surgió la pregunta: ¿cómo tres jóvenes que crearon una pequeña empresa en Medellín lograron en tan pocos años ampliar la operación hasta tener clientes en quince países y convertirse en ejemplo de liderazgo? La respuesta surge de mi conversación con Jorge Gil, quien es oriundo de Abejorral – Antioquia, el municipio donde también me crie, por lo cual conozco a su familia.
Tras varios proyectos fallidos y retirarse de un trabajo fijo en Aulas Amigas, Jorge le dijo a Juan Gabriel González, un Sanrocano del corregimiento Cristales, que montaran empresa y la respuesta fue un sí inmediato, sin pensarlo mucho. En medio de las deudas acumuladas por su vida de empleados, iniciaron su camino por el maravilloso e incierto mundo del emprendimiento. Con mil pesos en el bolsillo, nacería una de las agencias de marketing más pujantes del país, con toda la intención de conquistar otras geografías.
“Empezaron a llegar clientes pequeños. Estábamos tan necesitados que nos pegábamos de un avión fallando. En ese “recibir al que llegara” aprendimos que hay que analizar muy bien a quién se le vende y saber hacer contratos con peso legal. En esa época nos sentimos utilizados por nuestro desconocimiento. Conocimos varias personas de las que aprendimos lo que no hay que hacer en el negocio”, rememora Jorge.
Y entre aprendizaje y aprendizaje, llegó el primer cliente grande de la naciente agencia publicitaria: una firma de mensajería que les solicitó hacer una campaña para una de sus marcas con expansión nacional. Empezaron con un contrato cercano a los 50 millones de pesos, unos 20 mil dólares de la época, que era una cifra bastante más grande de la que manejaban en su vida cotidiana.
Terminaron endeudados y con grandes aprendizajes
En ese primer proyecto alcanzaron a tener doce empleados y se convirtió más en un padecimiento que en un disfrute. Con ese cliente tuvieron dos grandes aprendizajes: que es común que el emprendedor novato se emocione con un gran proyecto y ponga a participar a mucha gente del dinero, con lo cual el negocio deja de ser rentable. Y el otro: “Es mejor ser prudente y no hablar tanto. Lo ideal es tomar el cliente y que los resultados sean los que hagan ruido”.
Así que al entregar el proyecto terminaron endeudados. Sin embargo, gracias a los aprendizajes y experiencia acumulados pronto llegaron empresas de alta categoría, entre los que se cuentan hoteles, restaurantes, entidades bancarias y empresas de consultoría, entre otros.
Por esa época, uno de sus clientes seleccionó a la empresa como apoyo para trabajar con grandes firmas como el Grupo Nutresa y Bancolombia, pero bajo acuerdos que no eran muy favorables porque los jóvenes emprendedores aún no sabían valorar bien su trabajo a la hora de pasar una cotización o hacer una negociación.
Un cliente muy grande que atendieron quedó de pagarles a 30 días, luego les dijo que a 60, luego 90 y finalmente a 120. Ellos ya estaban a punto de reventar porque debían cumplir con la nómina de sus empleados. La situación llegó al punto crítico que Jorge tuvo que buscar artículos personales para vender y hasta le cortaron los servicios de la casa.
“Con clientes así, cuando la plata llegaba se debía toda. Un aprendizaje es decir no si uno no es capaz de solventar. Es saber cuándo un contrato no es para uno por el monto o las condiciones de pago. Y en esos casos no tomarlo”, me explica Jorge.
Un nuevo comienzo, con un nuevo integrante
Empezaron desde cero. Operando desde casa. En este punto se sumó Juan Esteban Arango, ‘Juanes’, otro Abejorraleño. Y como la persistencia y la disciplina siempre tienen un premio, recibieron una llamada desde Suiza. Era un alto ejecutivo de un laboratorio internacional. Necesitaban una campaña digital para público latino en Estados Unidos. Jorge estaba escéptico, arisco por la experiencia reciente con clientes grandes. Se debió notar en el tono porque el ejecutivo de esa compañía le dijo que venía a Colombia para que se reunieran y formalizaran el negocio. Y así fue.
“Nos sentamos con él y cerramos el trato. Y detrás de él llegaron otras empresas, como de una forma misteriosa. Ahí aprendimos que si uno actúa bien, le va bien. Luego llegó Coca Cola España. Y empezamos a trabajar con ellos”, agrega este joven ejecutivo.
Fueron cinco años muy largos, con varios momentos a punto de “tirar la toalla”, como reza el dicho popular. “Superamos los cinco años y muy bien. He aprendido que a un emprendedor exitoso no lo hace la cantidad de gente que lo rodea sino ser feliz con lo que hace y que tenga un impacto positivo sobre la vida de otras personas. Así que para ese momento éramos siete personas, con toda la energía y el amor, haciendo planes de marketing con un alto impacto internacional”.
Eso les dio la fe y la convicción. Eran poquitos y se pagaban poco por decisión propia porque consideraban que era la manera de fortalecer las finanzas de la empresa. “Nos contratamos por prestación de servicios para poder recuperarnos y aquí estamos. Hemos trabajado con firmas muy grandes del país, como Sura, BMW, Bavaria, Grupo Aval y Seguros Bolívar, para solo mencionar algunas”.
Su filosofía del amor es auténtica
Hoy cuidan mucho sus finanzas, sus clientes y proveedores. “La filosofía del amor que profesa Blue no es un cuento. Es la evolución de muchas vivencias. Aprendimos a valorar. A quienes creyeron en nosotros, al proveedor, al colaborador. El amor crea conexiones muy poderosas en todo el mundo”, añade.
La tercera etapa de Blue Design Worldwide fue internacionalizarse. “Ya que el negocio cubre sus gastos y pagos a los socios, tenemos la capacidad para tener clientes grandes. La idea no era quedarnos acá sino trascender a otras geografías. Lo estábamos pensando y Dios actuó. Así fue como llegó Claudio Tapia a nuestras vidas. Un empresario argentino que nos llegó al corazón”.
En esta parte de la conversación, Jorge resalta el talento colombiano en el marketing, la publicidad y las comunicaciones. “En Colombia tenemos una magia, existe una mística especial que hace que muchas empresas del exterior vengan a cotizar servicios. Más que un tema de precio es de creatividad”.
Así que con base en esa fortaleza, los emprendedores de Blue Design definieron continuar su estrategia de internacionalización. Empezaron abriendo oportunidades de negocio en diferentes países y así captaron varios proveedores que les permiten hoy en día atender clientes de diferentes nacionalidades. “En México empezamos a sembrar alianzas de servicios con un importante canal de TV, en Guatemala hicimos acuerdos donde conoceríamos a nuestros amigos y representantes Rodolfo Huard y Ernesto Herrarte. También mantuvimos relaciones con una importante marca de camiones de Perú. Hasta hubo una empresa de Israel que contrató servicios con nosotros para su sede de Costa Rica.”
Con un peso pesado de Rusia
Sin embargo, la cereza en el postre llegó desde Rusia por cuenta de una firma financiera. “Nos contrataron para hacerles despliegue en medios digitales con la marca que representaba en su momento el futbolista colombiano James Rodríguez”.
Y aquí me agrega: “Aprendimos bien la enseñanza, de que si quiere que los negocios prosperen ponga cuidado con quien se junta y lo que dice”. Y añade: “Son seis años muy luchados”.
Al preguntarle sobre el modelo que aplicaron para la expansión internacional, Jorge asegura que fue de prueba y error, en la búsqueda del mejor modelo. “Pensamos en estandarizar los procesos para así poder franquiciar la marca. Sin embargo, el modelo que mejor nos funcionó fue aliarnos con sectores ajenos al nuestro porque así nadie nos compite ni nadie nos quiere tomar ventaja. Ellos necesitan lo que nosotros tenemos. De esa manera somos un complemento para otros empresarios y otros sectores de negocio”.
Y me lanza una segunda clave: “Marketing de percepciones, es en lo que nos hemos focalizado durante los últimos años. Es puro marketing de rumor. Participamos en revistas y en redes sociales y eso crea un rumor positivo que extiende y posiciona nuestra marca”.
Es fundamental invertir en cada país
Y el paso tres es invertir en infraestructura intelectual y digital para tener una presencia fuerte en cada país. En este punto me aclara que han llegado a invertir más de 200 millones de pesos en ejercicio propio, compra de servidores, sitios web, social media, SEO y PR en cada nación en la que están operando.
El cuarto punto es la personalización del servicio, lo que implica la realización de una investigación de mercados en cada país. Es conocer de cerca qué falta y qué abunda para mirar cómo llevar una oferta potente y necesaria. Eso demanda una logística muy compleja por las necesidades de cada cliente dependiendo de su nacionalidad, lo cual también implica diferentes modos de comunicación, costumbres del país, el cambio de moneda, escalas de impuestos a nivel local, entre otros aspectos.
Así que estos tres jóvenes van por muy buen camino, bajo la filosofía del amor. Así que esperamos que conquisten su sueño de participar en los mercados asiático y europeo.
Quienes quieran leer la historia completa, la pueden encontrar en este link.
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