Yo pensaba que era muy consciente de la importancia de cuidar nuestro planeta. En esa reunión me di cuenta de que el asunto era más serio de lo que yo me imaginaba. Fue en un evento académico sobre huella de Carbono, en el cual fui moderador por invitación de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín (UPB).
Después de esa reunión, absolutamente conmovido con la situación, asumí algunos compromisos personales y familiares para dejarle un mejor planeta a las nuevas generaciones, entre ellos a mis nietos (que espero tener algún día).
Hoy les voy a compartir esas nuevas pautas, pero antes les contaré lo que hablé con el profesor Andrés Emiro Diez, docente investigador de UPB, quien fue uno de los ponentes que más inquietos y cuestionados dejó a los asistentes al foro.
Lo primero que hizo fue mostrarme el sitio web TrillionthTonne.org que muestra en línea la emisión de gases en el planeta y me explicó que si seguimos como vamos, el 10 de marzo de 2037 sería la fecha de acumulación de un trillón de toneladas.
Por ningún motivo debemos permitir que ese número de toneladas se acumule en la atmosfera, porque ocasionaría un incremento de temperatura de 2 grados centígrados, punto más crítico establecido por los expertos del panel de cambio clímatico. Sería el inicio de un fin muy cercano.
Así que el reto que tenemos como planeta es reducir la emisión mundial de gases de efecto invernadero, a una tasa de 2.8 % anual, valor que podríamos considerar una especie de tasa de usura climática del planeta.
Qué hacer entonces?
Para contribuir a esa causa, mi primer compromiso a partir de ese momento fue empezar a dejar la comodidad del carro particular varios días a la semana y usar transporte público, además de caminar más para algunas reuniones. Lo he venido haciendo con regularidad, lo cual también ha tenido una incidencia positiva en mi salud.
En mi casa y empresa ahora somos más conscientes de apagar las luces cuando no sean necesarias y desconectar equipos electrónicos que no estemos usando. También utilizamos bombillos ahorradores, que tienen un consumo menor.
Algunas veces con mi hija en la noche jugamos a “cazar vampiros”, juego que consiste en ir a buscar por la casa luces rojas, que indican equipos que están conectados de manera innecesaria. Y los desconectamos de inmediato. Si muchas familias lo hacemos, vamos aumentando la contribución en ahorro de energía. Y es una forma divertida de ayudar.
Por lo menos una vez cada quince días hacemos la hora del planeta de forma voluntaria. Apagamos todas las luces y en familia nos reunimos en la sala a contar historias de las mismas que escuchábamos de nuestros abuelos. Un plan muy divertido, con beneficio ecológico.
A la hora de comer, cada elección también tiene su efecto en el medio ambiente. Me contó Emiro que en aspectos de dieta, la carne de res es la de mayor huella ecológica y de carbono, casi triplicando la carne de cerdo. Así que cada vez que elegimos una carne diferente a la de res, el planeta nos lo agradece.
Más contribuciones a la Tierra
Y me enseñó que “el sentido común es buen aliado de la medida de huella ecológica y de carbono. Basta pensar en el espacio ocupado por la ganadería, muchas veces sustituto de bosque, y en el metano que libera la boñiga (con 25 veces más efecto climático que el carbono) para descubrir como pollos y cerdos son los favoritos de dietas de bajo carbono”.
Otra contribución domiciliaria, con buenos réditos en la disminución de la huella de carbono de la familia, consiste en sustituir la cocina y los calentadores de gas natural, por cocinas y calentadores eléctricos de alta eficiencia, de inducción, o al menos vitrocerámicos.
Finalmente, una decisión más drástica que tomé es cambiar mi automóvil para usar uno más amigable con el medio ambiente y con menor consumo de combustible. Se que el planeta, y mis nietos (espero tenerlos) me lo agradecerán.
Con estos propósitos me uno a la campaña que impulsa Fenalco Solidario en medios y redes sociales con el numeral #YoPrefiero.
Y cuáles son tus compromisos con el medio ambiente? Espero tus respuestas en este blog y en mis redes sociales: Linkedin, Facebook, Twitter e Instagram. También te espero en mi correo electrónico juany@agenciastm.com