«La historia de MAS Global es la muestra de que una visión clara, unos valores sólidos y un compromiso con la innovación y el impacto social pueden llevar a una empresa desde sus humildes comienzos hasta convertirse en un actor global en el competitivo mundo de la consultoría tecnológica». Esta frase es de Mónica Hernández, CEO de MAS Global Consulting y hace parte de mi libro Historias de Negocios Altamente Inspiradoras, Volumen 14, que salió al mercado en diciembre. Acá está un fragmento de la historia de esta visionaria.
Educación, visión y determinación son las claves
Mónica Hernández para transformar los retos con los que inició su camino. Las dificultades económicas, los desafíos sociales y la falta de redes de apoyo no fueron impedimento para dar vida a MAS Global Consulting, una empresa de servicios de desarrollo de software, datos e inteligencia artificial con sede en Estados Unidos y oficina en Medellín, Colombia.
Once años después de la creación de MAS Global, la fundadora busca repetir el modelo de becas universitarias que le permitió acceder a la educación superior en Colombia, para que otros jóvenes tengan la oportunidad que tuvo ella y poder transformar el futuro de muchas familias.
Mónica, nacida y criada en el barrio Manrique San Pablo, de Medellín, personifica ese talento y ese espíritu de superación de muchos jóvenes que en cualquier barrio en nuestro país se debaten entre los sueños y la escasez de oportunidades.
La educación como herencia
Sus padres no fueron a una universidad, pero fueron sus primeros mentores. «Mi papá León Darío, era cartero, árbitro de fútbol y líder comunitario. De él aprendí a conectar con la gente y hablar en público.
Mi mamá Ofelia, tenía un taller de confecciones. Con sus máquinas de coser, sabiduría y sacrificios, siempre quiso que nos enfocáramos en la educación. Nos mostró la importancia de ayudar, entrenando a otras mujeres cabeza de familia. Mi mamá me enseñó el valor del esfuerzo constante, la resiliencia ante los desafíos y la importancia de la excelencia en todo lo que hacemos», cuenta la empresaria.
«Gracias a eso fui muy disciplinada y logré ser #1 en los colegios donde estaba». Mónica obtuvo su graduación de bachillerato en el INEM de El Poblado, un colegio público ubicado en una zona privilegiada de la ciudad. Esto representó para ella su primer contacto con un mundo diferente al que conocía. Fue allá donde se enteró de una beca que ofrecían la ANDI y la Universidad EAFIT.
«Apliqué para la que sería la primera promoción de la beca ANDI EAFIT. Alrededor de 300 estudiantes aplicaron y escogieron cinco. El proceso incluyó visita a las familias en la casa, ya que esta beca estaba destinada a personas de bajos recursos económicos con excelente historia académica», relata.
El poder transformador de la educación
En EAFIT, Mónica se enfrentó a otro entorno desconocido. La mayoría de sus compañeros provenían de otros barrios, con historias y familias diferentes a la suya. Sin embargo, lo enfrentó con valor, enfocada en aprovechar esa oportunidad que nadie en su familia había tenido.
«Me lo tomé con mucha responsabilidad y determinación. Los primeros semestres no fueron fáciles, pero logré graduarme en ingeniería de sistemas con el mejor promedio y una experiencia de vida increíble», agrega Mónica.
En la recta final de su proceso universitario tuvo la oportunidad de realizar el periodo de práctica en Dallas, Texas, con una compañía en el área de manufactura que recuerda con mucho agradecimiento.
«Primera vez fuera del país, inicié como programadora y aprendí el poder transformador de la tecnología», recuerda Mónica.
La práctica en Dallas sembró la semilla de lo que más tarde se convertiría en su propia empresa. Comenzó a vislumbrar las posibilidades que ofrecía el mercado tecnológico estadounidense y cómo conectar el talento colombiano para competir a nivel global.
Regresó a Medellín a terminar su pregrado en ingeniería y recibió una oferta para regresar esta vez como gerente del departamento de sistemas en la misma compañía donde hizo la práctica. Esta oportunidad representaba decisiones difíciles, como dejar la familia y amigos, además de renunciar a una beca de maestría que EAFIT le otorgaba por sus logros académicos. Aceptó sabiendo que era una apuesta por un futuro mejor.
«Es importante tomar riesgos para alcanzar nuevos destinos, un recorrido en tecnología en Estados Unidos me dio la confianza y motivación para empezar mi propia empresa y representar mujeres en tecnología. Esto representó sacrificios, pero también me dio la posibilidad de apoyar a mi familia y conectar el talento colombiano con marcas globales», reflexiona.
Oracle, en las grandes ligas de consultoría
Después de finalizar su Maestría en Texas en Ciencias del Computador e Ingeniería, incluyendo una tesis en redes neuronales ahora conocido como inteligencia artificial, Mónica da el salto a Oracle, una de las compañías más importantes en tecnología en Estados Unidos. «Yo era consultora, asesorando a compañías muy reconocidas en todo el mundo en iniciativas digitales».
Esta experiencia fue crucial para entender que tenía el conocimiento y la experiencia para emprender su propio negocio donde podía apoyar la transformación digital de empresas en Estados Unidos, con un modelo nearshore (tercerización en países vecinos) utilizando la calidad del talento en Latinoamérica.
El nacimiento de MAS Global
La idea surge de su deseo de retribuir a Colombia lo que le dio en su momento y crear oportunidades para más mujeres y latinos en el mundo de la tecnología. En conversaciones con su esposo Walter Morales, no mucho después de darle la bienvenida a su primera hija, Camila, como un verdadero equipo de vida y de negocios, iniciaron los primeros pasos en su emprendimiento.
Walter, quien también había terminado su maestría como Químico en Texas, renunció a su trabajo de investigación y desarrollo en Pepsi y juntos empezaron un nuevo camino. Walter se enfocó en crear las oficinas y la infraestructura necesaria, y Mónica en los clientes y contratación de los primeros ingenieros.
Así es como esta pareja empezó a hacer brillar, desde los Estados Unidos, a los ingenieros de software colombianos. Mónica y Walter pudieron concluir que la calidad de la educación en Colombia es de talla mundial y entendieron la ventaja competitiva de Colombia por estar en la misma zona horaria de Estados Unidos, proporcionando talento de alta calidad a costos competitivos, que pueden colaborar en tiempo real y adicionar velocidad a los proyectos digitales.
Además, sabían la capacidad creativa y proactiva de la cultura latina, aspecto clave para iniciativas de modernización digital y creación de productos innovadores.
Con esta visión, nació MAS Global. El nombre de la empresa refleja su identidad latina y su ambición global. Pronto consiguieron su primer cliente reconocido, se movieron a Milwaukee, Wisconsin, donde nació su hijo Santiago y cuando se expandieron decidieron mudarse a Florida para estar más cerca de sus equipos en Colombia y LATAM.
«En MAS empezamos ofreciendo equipos de desarrollo ágil, usando tecnologías como las de Microsoft, que es nuestro partner y cliente, y ahora también creamos productos de datos e inteligencia artificial. Nos hemos vuelto más innovadores, con una propuesta de alto valor que incluye nuestras propias herramientas de IA, por ejemplo agentes de inteligencia artificial para el sector financiero.
Para esta evolución es necesario fomentar una cultura de aprendizaje continua y una mentalidad en expansión entre nuestros empleados, siempre obsesionados con alto valor para nuestros clientes», explica Mónica.
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