Explorar Mesetas, Meta, es mucho más que descubrir un destino turístico; es abrirse al latir vibrante de una región que mezcla naturaleza indómita, aventura pura y hospitalidad cálida. Una combinación que hace que cada semana miles de turistas de todo el mundo la visiten y se enamoren de ella. Y eso fue lo que nos pasó a un grupo de ocho periodistas y creadores de contenido, que llegamos a esa zona de los Llanos Orientales por invitación de Fontur, Mincomercio y la Alcaldía de Mesetas, con el fin de conocerla y divulgarla ante Colombia y el mundo. Hoy en este blog les contaré la primera parte del viaje.

Navegamos 17 kilómetros por el Cañón del Güejar. Foto Jesús Elías Franco, guía.


La llegada del primer día fue al restaurante Maderos, donde su propietario Alejandro Maderos, nos atendió con una amabilidad única y contándonos que quiere su restaurante sea muy diferenciado con los demás del municipio, con un servicio cercano y cálido y con sabores y combinaciones únicas. Fue así como, en mi caso, me dejé convencer de almorzar un delicioso Amarillo a la Monseñor, un bagre exquisito que me sumergió en la gastronomía de la zona.

A partir de ese momento me embarqué en un viaje inolvidable para poder relatarles a ustedes lo que significa vivir la magia de este lugar.

Nuestro primer desafío, al día siguiente, fue el Cañón de Güejar. Es un escenario perfecto para el rafting, más específicamente un recorrido de 17 kilómetros por el río del mismo nombre.

Hubo un momento que pensamos que la actividad se iba a cancelar por causa de unos fuertes aguaceros y tormenta eléctrica de la noche anterior. Pero gracias a Dios nos dieron la noticia de la confirmación de la travesía.

Depués de ponernos los chalecos salvavida y recibir los remos, tuvimos una charla técnica con unas indicaciones de seguridad muy precisas y rigurosas para evitar cualquier posible accidente.

Nombres curiosos para los rápidos

Al adentrarnos en sus aguas, se nos reveló un río caprichoso, adornado con formaciones rocosas que cuentan historias de millones de años.

Más que un río parece una ruleta rusa, con unos momentos de calma y de repente aparecen los llamados rápidos, con olas que estremecen la embarcación en la que vamos ocho personas. Los guías les tienen nombres a los rápidos, con nombres como Viernes Santo o El Mañanero, La catapulta, El cafre, Mala línea y La garganta, para solo mencionar algunos.

Más que leer un relato hay que vivirlo, para poder entender la adrenalina que se vive al bajar por un río que va tranquilo y que, de un momento a otro, se vuelve agitado. Y nos obliga a remar rápidamente siguiendo las instrucciones del guía Jesús Elías, que ya se conoce al detalle el río y la región, de tantos recorridos que hace cada semana con turistas de todas las nacionalidades.

Este es el grupo de periodistas y generadores de contenido que visitamos Mesetas, en el Meta. Foto Rianrelo.


Una cueva escondida

Los remolinos y corrientes del río Güejar nos pusieron a prueba, pero también nos recompensaron con vistas majestuosas. Hubo un momento en que paramos, nos bajamos de los botes y nos adentramos por el agua entre una grieta rocosa para descubrir una hermosa cascada oculta, con paredes cubiertas de musgo. Ahí estuvimos un buen rato conectados con la naturaleza, en un momento de reflexión y gratitud con Dios. Y aprovechamos para hacer los registros en fotografía y video de ese lugar cargado de buena vibra, que nos dejó renovados en cuerpo y espíritu.

Así que al hacer el recorrido es infaltable visitar al menos una de las tres cuevas que hay en el trayecto: El Ángel, La Escondida y La India.

El rafting aquí es mucho más que una actividad; es una conexión visceral con el entorno. Mientras remábamos, Jesús Elías Franco nos hablaba del pasado de la región y de cómo sus comunidades han transformado este territorio, antes golpeado por el conflicto, en un paraíso para el ecoturismo.

Cabañas con vista al paisaje llanero

Tras el cansancio de la aventura, encontrar refugio en el Glamping Brisas del Güejar fue una recompensa para los sentidos. Este lugar, a unos diez minutos del casco urbano de Mesetas, nos ofreció un descanso lleno de lujo y naturaleza.

Desde mi cabaña, con vistas a las montañas de la sierra, pude contemplar el amanecer que pintaba el cielo con tonos naranja, mientras el canto de las aves daba los buenos días. Y eso complementado con un rico desayuno para iniciar una nueva jornada, para visitar la primera cascada, Arenales, de la cuál les contaré detalles en una próxima publicación.

Cada rincón de este viaje nos recordó el poder transformador del turismo sostenible y la resiliencia de las comunidades que abrazan su entorno como motor de desarrollo. Mesetas es un llamado a descubrir, disfrutar y cuidar; un ejemplo vivo de cómo la naturaleza, el turismo y la cultura florecen juntas. Gracias Fontur por una experiencia que siempre llevaré en mi corazón.

Datos útiles para visitar Mesetas y hacer rafting por el Cañón del Güejar

Cómo llegar:

Alojamiento:

La actividad de rafting:

Qué llevar para el rafting:

Consejos prácticos:

  1. Reserva con anticipación, especialmente en temporada alta (diciembre a enero y mitad de año). Para familias que quieren el río más reposado y cristalino, se les recomienda hacer la visita los primeros meses del año, entre enero y abril.
  2. Escucha al guía: los rápidos pueden ser impredecibles, y seguir las instrucciones es clave para disfrutar con seguridad.
  3. Llega hidratado y bien alimentado: aunque se ofrecen snacks al final de la actividad, el esfuerzo físico requiere energía.
  4. Si tienes equipo de fotografía impermeable o cámaras deportivas como una GoPro, llévalo para capturar los momentos. En mi caso llevé el Xiaomi 14 T Pro, recién lanzado, que se puede sumergir en el agua (Protección IP68).

Acá les comparto este video de Pablo Trujillo Travel, que muestra en imágenes varios de los mejores momentos del viaje.

Otras actividades recomendadas en Mesetas:

Muy pronto les tendré otro artículo con las otras experiencias del viaje, como las cascadas Arenales y Telares de Cristal.

Agradecimientos al equipo Fontur: Julián Escobar y Diana Rojas, quienes siempre son excelentes anfitriones en estas actividades. Gratitud también para Angie Baquero, gerente de Batour; Anderson Tapiero, gerente de Güejar Llanos; y los guías Duverney, Angelina Toledo (cantante) y Paula Sánchez. Mención especial a quien le puso mucho humor y buena vibra al viaje: Andrés Gámez López, de Monte Adentro Cycling Adventures.


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