Las empresas, como las personas, pueden ser recordadas por una de dos cosas: trabajar de manera positiva, con responsabilidad social y empresarial, o tener como fin último el dinero, sin pensar en el bienestar de los públicos objetivos. En Xquadra decidieron transitar por el primer camino. Y sus buenas razones tienen. Bienvenidos a esta historia.
Gina Chavez y Diana Velásquez conducen a Xquadra (Foto Cámara Lúcida)
Al hablar de cómo empezó todo, Gina Paola Chávez, fundadora de la compañía, relata que “esto ha sido una historia de lucha, de dedicación, de tenacidad. Hemos sido muy rigurosos con lo que hacemos a diario, pero nos hemos encontrado con situaciones que no son tan afortunadas”. Con todo, han salido y siguen adelante.
Es como si el asunto fuera de nacimiento. “Viví la minería desde el vientre de mi madre”, dice Gina. Pero ese embarazo de su mamá no fue nada fácil: al parecer la bebé no estaba en la posición correcta, así que fue un proceso de alto riesgo. Sin embargo, gracias a la ayuda de unas parteras, pudo nacer sin ningún problema y con buena salud.
El talante también es de cuna: Gina heredó la tenacidad de sus abuelos. “En Puerto Nare viví con ellos, y gracias a ellos soy lo que soy como persona. Ellos criaron una familia con principios y me enseñaron que esos valores son el principal activo de una persona, y que el día en que se pierdan, ya todo está perdido”, relata Gina.
Una familia de vocación minera
La minería fue su arrullo, su salón de juegos. Los dos primeros años se la pasó entre las minas y la cabecera municipal de Nechí. Después se fueron a vivir a Puerto Nare, otro municipio antioqueño de tradición minera.
Su familia siempre tuvo vocación minera. Siendo una niña, Gina jugueteaba por las minas, hablaba con los mineros, se inquietaba por una cosa y por la otra. Entendió de qué se trataba el asunto, qué lazos afectivos se construían ahí. Supo que esta ha sido una actividad colonial que debe hacerse con amor y respeto.
Esa senda configuró su afortunado destino. En 2012 Gina creó Xquadra, empresa que ofrece soluciones a los requerimientos de los consumidores industriales en el mercado internacional de los metales preciosos, además de la operación minera con el cumplimiento de todos los requerimientos legales y, más allá de ello, creando impacto positivo con todas las personas, comunidades y empresas relacionadas.
El paso era obvio: en el camino entre la gestación, la cuna y el conocimiento acumulado por la experiencia, la ruta lógica era aventurarse en emprender por esos lados. “Siempre tuve el ADN minero”, resume Gina.
Contactos y amigos, como ángeles
Todo comenzó, claro, con un tanteo del terreno. “Antes de iniciar cualquier proyecto se debe hacer una investigación rigurosa de la viabilidad de la idea. De ahí se pasa a la ejecución. Saltarse ese paso casi que asegura un rotundo fracaso”, advierte a propósito Gina.
En ese proceso de investigación y consolidación de su emprendimiento tuvo algunas dificultades, sobre todo económicas. No obstante, dos personas que ya se habían cruzado antes en su vida, reaparecieron para darle alas a Xquadra.
Por un lado, estaba un amigo español que quería conocer sobre los minerales estratégicos en Colombia. En una llamada, él le expresó a Gina el interés de reunirse con ella en Bogotá para hablar de negocios junto a otros empresarios que venían de Europa.
Por supuesto, esa cita sería determinante para desarrollar su idea de negocio. Pero Gina no tenía el dinero suficiente para viajar a Bogotá. Pensó en hacerlo por tierra, pero era demasiado complicado, ya que el día de la llamada casi que fue el mismo de la cita. En bus no habría llegado nunca. El desespero y la angustia eran totales. Sin solución a la vista, llegó desolada a su vivienda.
Y ahí apareció su segundo ángel
“Recuerdo con mucho cariño el gesto que tuvo conmigo Nazareth Correa, una amiga con la que compartí apartamento durante el inicio de esta aventura. Ella tenía una alcancía en forma de marranito y la destapó para que yo pudiera ajustar para comprar los tiquetes a Bogotá”.
Gina recuerda con intensa emoción, casi en cámara lenta, el momento en que partieron la alcancía de barro en la que Nazareth hacía sus ahorros. «Con monedas que sacamos del marranito pude comprar mi tiquete para viajar y reunirme en Bogotá con estos empresarios», señala Gina con un brillo en sus ojos .
“Ese detalle no lo olvidaré nunca. Mi amiga fue fundamental para que las cosas salieran bien en ese momento. Esa fue una dificultad económica que se solucionó. En general, la ausencia de dinero en un emprendimiento se puede contrarrestar tocando puertas”, dice Gina.
La historia completa de Gina y Xquadra hace parte de la colección Historias de Negocios Altamente Inspiradoras, volumen 6, próximo a salir al mercado. El volumen 5 lo pueden conseguir en Librería Nacional o pueden conseguir el libro 3 en Panamericana. Y acá en este link de Amazon pueden adquirir el volumen 1.
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Los dejo con este video de nuestro programa de televisión Negocios en Tu Mundo en el que podrán ver a Gina Chávez y a Diana Velásquez hablando sobre Xquadra.
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