Si algo preocupó a las personas en todo el mundo durante los primeros días que se comenzó a expandir la pandemia del COVID-19 era que pudieran tener acceso a los productos básicos de aseo y consumo. Allí vimos las noticias de muchos ciudadanos desesperados por adquirir artículos como papel higiénico y alcohol, así como cientos de tiendas con sus estantes vacíos por cuenta de las compras desenfrenadas de aquellos con incertidumbre por lo que podría suceder en el futuro.

Por el lado de las compañías que proveen todos estos elementos, sonó la alarma de emergencia por saber si estaría en sus manos reabastecer a tiempo y con celeridad los almacenes. La demanda de alimentos, implementos de aseo y elementos de bioseguridad no cesa, por lo que las empresas que producen este tipo de insumos han empezado, desde hace algunos meses, la tarea maratónica de cubrir las necesidades de millones de personas alrededor del mundo.

Ese abastecimiento de productos de primera necesidad es un trabajo arduo, que ha puesto a varios sectores de la economía a repensar el funcionamiento de sus negocios. Tener una logística coordinada y una infraestructura a prueba de fallos son tareas clave a la hora de enfrentar una coyuntura como la que vive el país con la pandemia del COVID-19. Pero ¿cómo garantizar un flujo de trabajo que asegure que los productos llegarán a las estanterías y luego, al consumidor?

Hoy, la tecnología se ha convertido en aliada de este tipo de situaciones. Por medio de modernas plataformas en la nube, las empresas pueden gestionar su cadena de suministro en tiempo real y tener control de cualquier etapa del proceso, desde la adquisición de materias primas, la fabricación, la distribución de los productos terminados a cada uno de los clientes y consumidores, e incluso con la posibilidad hasta de predecir la demanda.

Aquí vemos que herramientas de software empresarial que cubren estas áreas, se convierten en pieza fundamental de las organizaciones para resolver diversas problemáticas de manera eficaz. Sabemos, por ejemplo, que en las compañías de manufactura es esencial la planificación, la gestión y la optimización de la producción para llegar a tiempo al mercado y maximizar ingresos; que de un inventario claro viene una adecuada atención al cliente; y que con la reducción de riesgos e incertidumbres a lo largo de la cadena de suministro se puede garantizar una óptima respuesta a las demandas de los consumidores y una oferta de acuerdo con las necesidades del sector.

Todo estos son beneficios asociados a la implementación de plataformas de gestión en las organizaciones, a los que se suman otros como optimización de recursos productivos y de personal, cumplimiento de fechas de entrega y acuerdos de nivel de servicio, incremento de la satisfacción de los clientes por el aseguramiento de calidad tanto del producto como de los servicios, reducción de costos e información de valor gracias a analíticas predictivas y tecnologías como machine learning.

De acuerdo con una investigación hecha por la firma de investigaciones Gartner, el gasto en software para gestionar la cadena de suministro alcanzó un estimado de 13.000 millones de dólares en 2018. Además, dice la compañía, los ingresos totales por software en el mercado de administración de la cadena de suministro aumentarán en 6.000 millones para 2021, teniendo en cuenta que cada vez más las empresas están buscando mantener el ritmo en la era digital y aún más en coyunturas como las que vivimos hoy.

La situación actual que vive el mundo entero generará que la tecnología en las cadenas de suministro se convierta en un aliado para cientos de empresas. Es evidente que este tipo de inversión ayuda a mejorar la visibilidad de extremo a extremo y el control de los bienes, desde la orden de compra hasta el destino final, descubriendo nuevas formas de impulsar la eficiencia y reducir los costos en tiempos de crisis.

Por Guillermo Brinkmann
Presidente de SAP Región Norte de América Latina