Por Daniel Castro, Líder de Soluciones de valor para la región norte de SAP.

La forma en la que las organizaciones y sus colaboradores trabajan se transformó en los últimos cuatro años por cuenta de la pandemia. Los equipos tuvieron que adaptarse al trabajo remoto y ahora, en un entorno normalizado, estamos viendo nuevas tendencias en las preferencias de trabajo. La sostenibilidad, la analítica avanzada, la cadena de suministro sostenible, las organizaciones orientadas a la toma de decisiones con datos, los modelos flexibles y enfocados en la innovación son algunas de estas fuerzas que están impactando la forma en la que las empresas crean sus modelos organizativos.

Por otra parte, el boom de la inteligencia artificial generativa, incluyendo el Large Language Model (LLM), ha abierto una puerta que está llevando la productividad a un nuevo nivel.  La posibilidad que las herramientas de IA generativa le ha dado a los colaboradores de reducir tareas repetitivas, analizar datos o hacer seguimiento a los compromisos de trabajo ha probado el poder de esta tecnología para aumentar la productividad.

Se estima que entre un 40% a 60% de las actividades actuales puedan ser automatizadas, lo que permitirá una transformación en la forma de trabajar y colaborar con la tecnología, lo que se traduce en un espacio de escalabilidad y la creación de nuevas rutas para hacer las cosas.

A su vez, a través de la tecnología y mediante la creación de plataformas Low Code o no Code, las organizaciones han venido transformando sus procesos en áreas como recursos humanos, finanzas, mercadeo o atención al cliente o cadena de suministro. Este nuevo escenario está dando espacio para que los colaboradores puedan concentrarse en tareas que aporten valor.

A partir del uso de estas herramientas en espacios de trabajo, las organizaciones, las empresas tecnológicas detrás de estos desarrollos y los mismos usuarios han empezado a identificar la manera en la que la colaboración entre la IA y el ser humano genera mejores resultados.

Una investigación publicada por Harvard Business Review concluyó que las empresas que despliegan estrategias de IA principalmente para desplazar a los empleados sólo verán ganancias de productividad a corto plazo. “En nuestra investigación, en la que participaron 1500 empresas, descubrimos que las organizaciones consiguen las mejoras de rendimiento más significativas cuando los humanos y las máquinas trabajan juntos”, señala la publicación.

De esta manera, la colaboración entre humanos y tecnología genera resultados en áreas como liderazgo, trabajo en equipo o creatividad. Los ejemplos de los resultados que se obtienen al poner la tecnología en función del ser humano se pueden evidenciar día a día en los entornos laborales.

Hoy en las reuniones virtuales es posible que haya una minuta y una posterior asignación de tareas, todo de forma automática, gracias a herramientas tecnológicas como la IA. Esto implica que liberamos a una o varias personas de ese tipo de tareas mecánicas, para que se enfoquen en tareas que aumenten la productividad.

En medio de las prevenciones que ha generado el avance de este tipo de tecnologías, más allá que una amenaza, en la IA hay una oportunidad. Un asistente que puede facilitar la vida de los trabajadores, una herramienta con capacidades de análisis y respuesta que llega a cambiar el paradigma de la productividad.

Herramienta para el conocimiento

Además de una herramienta para facilitar muchas tareas en las organizaciones, la IA también es vista como una solución para generar un ambiente de constante crecimiento, evolución e innovación. Existe un cambio en la forma en la cual interactuamos con la tecnología que le permite a los colaboradores y líderes sacar provecho y mejorar su proceso creativo y su toma de decisiones.

Esa misma oportunidad de encargar a la IA de tareas de análisis o recolección de datos abre la puerta para que las empresas y los equipos de trabajo identifiquen áreas en las que se necesita reforzar el conocimiento, algo que también se puede hacer a través de la tecnología. De esta manera, los colaboradores pueden aumentar sus capacidades y trasladarlas al beneficio de la organización.

En un escenario en el que la IA cobra cada día más importancia en el mundo empresarial, el consejo para las empresas es que identifiquen las áreas en las que pueden beneficiarse del uso de la IA, e inviertan en el desarrollo de estrategias que integren esta tecnología disruptiva que ya está transformando el mundo de los negocios.