La fórmula ya funcionó. Permitió salvar a Drogas La Rebaja, cadena que estuvo a punto de ser liquidada en medio de un proceso de extinción de dominio por haber pertenecido a los Rodríguez Orjuela.
La propuesta la soltó en un trino el colega Ignacio Greiffenstein, quien advierte que bajo este modelo solidario La 14 quedaría en manos de los trabajadores, como pasó con La Rebaja, y que de esta manera se justificaría el salvamento que quiere hacerle el presidente Iván Duque.
Y en efecto, en el caso de La Rebaja el modelo cooperativo permitió a sus trabajadores, agremiados en Copservir, asumir la sustitución patronal de la empresa tras presentar un plan de pago y de adquisición de los establecimientos comerciales en varias ciudades del país.
Durante estos 15 años, La Rebaja ha generado 6.800 empleos directos que aportan un porcentaje de sus ingresos a la cooperativa, mientras que sus puntos de venta se multiplicaron al pasar de 461 a 945. Su patrimonio, entre tanto, se estima hoy en día en unos 60.000 millones de pesos.
Para el presidente de la Confederación de Cooperativas de Colombia (Confecoop), Carlos Acero, la empresa cooperativa sería el modelo más adecuado para salvar a La 14 de la liquidación, mantener la cadena en marcha y salvar los más de 2.000 empleos directos que genera.
“Son 2.000 empleados con los cuales la empresa tiene acreencias laborales que podrían sumar más de 10.000 millones de pesos. Recursos, que sumados al apoyo que anuncia el Gobierno para financiar un plan de salvamento, y con el acompañamiento necesario, se podría implementar un modelo cooperativo que les permita a los empleados convertirse en dueños de la empresa, rescatarla y mantener sus empleos”, sostiene.
Acero advierte que ante la incertidumbre global que nos ha impuesto la pandemia, es necesario recordar que el modelo cooperativo ha mostrado su mayor capacidad de adaptación a las crisis derivadas de los desastres naturales o los conflictos sociales o bélicos que otro tipo de organizaciones.
Otro caso que funcionó fue el de Hilanderías del Fonce, en San Gil Santander, que tras quebrar sus empleados se asociaron en una cooperativa y se volvieron dueños de la empresa que hoy se llama Coohilados del Fonce. Se trata de una cooperativa multiactiva que ya cumple 18 años produciendo empaques, telas, cordeles y sogas de fique y fibra natural 100% biodegradable.
Pero en el mundo hay cientos de casos. Acero nos recuerda que tras la crisis de 2008, entre el 2009 y el 2012 en Europa unas 4.000 compañías se transformaron en empresas de propiedad cooperativa, las cuales se mantienen activas en el mercado hasta el sol de hoy.
Para no ir tan lejos, nos recuerda que en España, por ejemplo, tras la crisis de la pandemia, 400 empresas lograron recuperarse y sobrevivir gracias a que asumieron este mismo modelo.
“Miles de empresas entrarán en crisis severas, muchas de ellas insuperables e irán hacia la quiebra. Antes de que ello ocurra, existe la posibilidad de considerar, si la actividad es económicamente viable, que se conviertan en cooperativas de propiedad de los trabajadores, inclusive con la participación de los anteriores dueños”, sostiene el dirigente cooperativo.
Aún estamos a tiempo para salvar no solo a La 14 sino a muchísimas empresas más a través de este modelo de economía solidaria que ha demostrado a través de los años que funciona, que democratiza la propiedad, que genera equidad y en donde todos los empleados se benefician por igual de una empresa que les pertenece.
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