‘A Dios rogando y con el mazo dando’.  Este adagio popular le cae por estos días como anillo al dedo al Gobierno que tiene ‘encaletados’ más de 2 billones de pesos en los bancos y en el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo (FONADE), y que se debieron haber ejecutado durante el 2012. Pero la cifra puede ser aún mayor.

 

Lo chistoso es que en días pasados el ministro de Vivienda, Germán Vargas Lleras, hizo un enérgico llamado de atención al gobierno de Casanare para que de una vez por todas resuelva el problema del acueducto de Yopal, pese a que el departamento tiene en los bancos más de 170.000 millones del Plan de Aguas.

 

Lo paradójico del asunto es que pudimos establecer en Negocios y Movidas que varias entidades del Estado tienen en los bancos, precisamente, invertidos en CDTS  725.000 millones de pesos que se debieron haber invertido o gastado durante el 2012. De ese monto, 706.000 millones están metidos en bancos privados.

 

En otras palabras, el sector financiero es el único que se está beneficiando con la ineptitud del Estado que no ejecuta, pues dichos recursos debieron haberse inyectado en diversos sectores de la economía nacional durante el 2012. Sin embargo solo están engordando las utilidades de los bancos.

 

Pero eso no es todo, otro grupo de ineficientes ministerios y entidades oficiales tiene ‘congelados’ en Fonade 1,6 billones de pesos que también se debieron haber gastado durante el 2012.  El truco consiste en trasladar estos recursos a este fondo y registrar la ‘movida’ como si se tratara de una ejecución. Patrañas !!!

 

De ese monto, el Fonade se queda con 85.000 millones de comisión, recursos que se debieron haber invertido en educación, salud, vivienda, vías o seguridad.   

 

Lo más increíble de todo es que el Departamento para la Prosperidad Social tiene congelados allí recursos por más de  475.000 millones de pesos y que el año pasado se debieron haber invertido en programas como Familias en Acción, Desarrollo y Estabilización, Subdirección de Seguridad Alimentaria y Nutrición, Familias en su Tierra,  Infraestructura y Hábitat y el Programa Especial para Desarraigados.

 

De la falta de ejecución, es decir de liderazgo, no se salva ni siquiera el Ministerio de Hacienda, que debiera dar ejemplo, pues tiene congelados en Fonade 81.000 millones de pesos. El Fondo TIC, entre tanto, también tiene encaletados en Fonade otros 93.000 millones que se debieron haber invertido en programas y proyectos para la modernización de las nuevas tecnologías de la información en los más apartados rincones de Colombia.

 

Por eso creo que los organismos de control como la Procuraduría y la Contraloría General de la Nación deberían investigar todas estas cuentas y contarnos a los colombianos cuánta plata tiene el gobierno realmente engavetada en bancos y fondos como Fonade y Findeter, entre otros. Tenemos derecho a saber.

 

Y que el Gobierno, en cabeza del presidente Santos, nos explique por qué no se ejecutan esos recursos, por qué no se invierten como ordena la Constitución y por qué van a parar al sistema financiero.

 

Amanecerá y veremos.