No es la primera vez que el consulado colombiano en Moscú no mueve un dedo para apoyar a jóvenes estudiantes que cursan allí diversas carreras universitarias. En días pasados Sebastián Romero Beltrán necesitó pedir un cambio de ciudad para cursar sus estudios. Ese trámite solo requería de un visto bueno de “no oposición” de la Embajada para poder trasladarse de San Petersburgo a Voronezh, en el sur del país. Ese trámite nunca se ejecutó, pese a la insistencia del joven y a las constantes llamadas de su papá desde Colombia, el periodista Mauricio Romero.
“La carta jamás se le entregó a mi hijo y el argumento de la cónsul, Luz Mery Lozano, fue que no se le podía entregar al interesado porque era un documento de carácter diplomático. Por ello jamás nos llegamos a enterar si se hizo o no la gestión, pues lo cierto fue que los rusos jamás le dieron el cambio de ciudad a mi hijo y se quedó viviendo en Voronezh”, denuncia el colega.
El único requisito que pide el Ministerio de Educación ruso a los estudiantes es la mencionada carta de la embajada colombiana, con la cual procede a dar trámite positivo a la petición del alumno. Pero la embajada siempre tiene un NO como respuesta.
Las denuncias también tienen que ver con la manera despectiva y arrogante con que la cónsul Lozano atiende y discrimina a los estudiantes colombianos, pues solo tiene en cuenta a los que tiene becas con el Icetex. Son varios los alumnos colombianos becados en Rusia que han visitado por diferentes razones a la Embajada de Colombia y se quejan de que jamás les atienden sus peticiones si no son becados por el Icetex.
En este país hay muchos estudiantes becados por varias entidades diferentes al Icetex y que tienen relación directa con el Ministerio de Educación de ese país, como por ejemplo Incorvuz, Colciencias y la Asociación de Exalumnos de la Unión Soviética.
Desde hace dos años los estudiantes de estas entidades vienen denunciando que la Embajada no atiende sus solicitudes, que solo consisten en dar una carta ‘de no oposición’, ya sea para el cambio de carrera o de ciudad, o a la retoma de una beca, obviamente ya otorgada.
Anteriormente la Embajada colombiana expedía una carta y el alumno la llevaba personalmente al ministerio ruso para apersonarse de su proceso, sin ninguna complicación. Ahora resulta que por orden de la embajada los estudiantes colombianos tienen prohibida la entrada al Ministerio de Educación ruso cuando quieren averiguar sobre sus procesos educativos, cosa que no sucede con estudiantes de ninguna otra nacionalidad.
Y esto se debe, según la Cónsul, a que “todo se tiene que hacer por intermedio de la embajada”. No obstante, la representación de Colombia en Moscú ha resultado ineficiente, a juzgar por el hecho de que ningún estudiante colombiano que no sea becado por el Icetex ha recibido respuesta positiva ante sus solicitudes.
La ley rusa permite que los estudiantes que hayan interrumpido o reprobado sus estudios por motivos de fuerza mayor, como salud, problemas familiares o falta de adaptación, se les permita retomar la beca una vez hayan aprobado el año interrumpido o perdido (pagado del bolsillo del estudiante).
Lo que la embajada argumenta para no emitir la carta es que le estarían quitando la oportunidad a un nuevo joven en Colombia para tomar dicha beca, desconociendo así que esas becas ya están asignadas a estos alumnos, que el pago total de las carreras ya se efectuó y que si no la retoman, se pierde la beca y la plata.
Uno de los casos fue el de Viviana Alfonso, una colombiana que llegó a Rusia en el 2011 y quien por motivos de salud no pudo terminar satisfactoriamente su año de preparatoria. Para retomar sus estudios, cobijados por la beca otorgada por la entidad Incorvuz (una asociación de egresados de la antigua Unión Soviética) y con la aprobación del Ministerio de Educación ruso, la universidad requería un aval de la embajada y pese a que tanto el decano como otro directivo de la universidad donde estudia emitieron una carta para la Embajada en la que decían que ellos no tenían inconvenientes para que la estudiante retomara la beca, la negativa de la embajada fue total.
La muchacha envió un derecho de petición donde explica el caso a la perfección pero aún no hay respuesta pese a la premura de la estudiante, más si se tiene en cuenta que en Rusia no hay un flujo importante de colombianos como para demorar un trámite sencillo tanto tiempo.
En iguales condiciones se encuentran los alumnos Elvis López, estudiante de preparatoria en el municipio de Tver, quien por motivos de fuerza mayor no pudo terminar el primer año. Juan Felipe Velasco Bejarano y Diana Rey, estudiantes en Moscú (becados por la Asociación Colombiana de Egresados de Rusia, Asia Central y Europa del Este, Acer-Soyuz); César Veloza y Arnold Figueroa, también estudiantes en Moscú (becados por Incorvuz).
Encima de todo, los estudiantes colombianos en Rusia ya no pueden visitar libremente su embajada, sino que tienen que pedir cita previa. En mayo del 2012, el estudiante Juan Felipe Velasco, siguiendo el conducto regular, pidió cambio de carrera llevando su carta a la embajada. El muchacho tiene en su poder la carta que el Ministerio de Educación ruso le expidió, en la cual la entidad se compromete a devolverle la beca una vez realice la preparatoria correspondiente a la carrera elegida (ingeniería de petróleos), año que debería ser pagado por el estudiante.
Una vez realizado el año de preparatoria, el estudiante procedió a realizar el proceso para la retoma de la beca pero la embajada no le ha querido expedir la carta de “no oposición”. La respuesta de la embajada es que “no estaba dando cartas para ningún asunto” con lo cual se le está coartando el derecho fundamental a la educación y a la representación de su embajada en el exterior como ciudadano colombiano.
Por otro lado, hace unos meses, por iniciativa de una estudiante colombiana de doctorado radicada en San Petersburgo (norte de Rusia), una abogada particular contactó a por lo menos 50 o 60 alumnos colombianos en Rusia con la promesa de tramitar un estipendio ante el gobierno colombiano para los estudiantes becados en la Federación Rusa.
Sin embargo, después de que varios padres se contactaron con la abogada, tanto la estudiante de doctorado como la mencionada abogada dijeron que iban a tramitar el estipendio solo para los becados por el Icetex, dejando por fuera de esa posibilidad a los becados por otras entidades. Aclaro que esta fue una iniciativa privada y que no tiene nada que ver con la embajada, pero deja de manifiesto que lo que no sea con el Icetex no vale en muchos casos.
Más allá de lo que puedan hacer particulares, sería ideal que el gobierno colombiano les diera un estipendio o dinero de ayudas de manutención a todos los becados en Rusia, independientemente de si son becados o no por el Icetex, pues estos jóvenes han tenido que soportar periodos de adaptación a una cultura, un clima y un idioma completamente distintos a los de Colombia y mediante sus altas calificaciones mantienen sus becas y el buen nombre del país en el exterior.
Hay que decir que países suramericanos como Venezuela y Ecuador sí les reconocen a los jóvenes estudiantes un dinero que oscila entre los 500 y los 1.000 dólares mensuales para su manutención.
En resumen, muchos padres están preocupados por la nula representación que tienen sus hijos en ese país, si no son becados por el Icetex.
En todo este asunto, no se sabe si lo del Icetex es una orden del gobierno colombiano, como lo sostiene la cónsul Lozano, o si es simplemente una excusa para no prestar los servicios. Hay que tener en cuenta que en cualquiera de los dos casos estaríamos hablando de una medida inconstitucional que vulnera los derechos fundamentales de igualdad y derecho a la educación y desdibuja las funciones de cualquier embajada en el mundo. Por ello, habría que ver si esto es un tema de intereses políticos o económicos en relación con el manejo de las becas y de dónde puede proceder dicho interés.