Frente a la actual coyuntura, todos los sectores educativos han tenido que reinventarse, asumir el reto de salir de su zona de confort y dar un salto disruptivo, pasando de la presencialidad en el salón de clases a nuevas experiencias en escenarios innovadores, pero no habituales o poco explorados como es la modalidad virtual.

El proceso de aprendizaje de un nuevo idioma no ha sido ajeno a esta situación; docentes y estudiantes han tenido que asumir nuevos desafíos en la implementación de innovadoras metodologías de enseñanza y aprendizaje, que se ajusten al modelo interactivo que exige la actualidad.

En ese sentido, por un lado, es necesario establecer el rol del docente, el cual renuncia a la relación jerárquica profesor – estudiante y pasa a desempeñar un papel de facilitador y diseñador de un ambiente de aprendizaje nuevo, que acompaña y apoya al estudiante en la construcción del conocimiento, buscando orientar colaborativamente un proceso de aprendizaje significativo.

«El aprendizaje de lenguas extranjeras de manera virtual sí es posible, pero requiere una serie de compromisos del estudiante».

Por otro lado está el rol del estudiante, quien deja de recibir pasivamente el contenido, convirtiéndose en un autogestor y responsable activo de su proceso de aprendizaje; para ello, debe cumplir con los siguientes compromisos:

Autonomía: juega un papel fundamental para adquirir las diferentes competencias en la lengua objetivo y se potencializa a través de la curiosidad del estudiante. Esto no quiere decir que no necesite de un tutor o profesor, ni de sus propios compañeros, puesto que en esta metodología es fundamental que el estudiante tenga un grupo, en el cual realice trabajo colaborativo y desarrolle sus habilidades comunicativas activas.
Automotivación y confianza: el estudiante debe tener claro por qué aprende determinado idioma, además es necesario establecer objetivos a mediano y largo plazo, para lo cual es importante que crea en sí mismo y en el proceso de aprendizaje fuera del aula tradicional.
Habilidad tecnológica: debe ser capaz de apropiar e implementar diferentes recursos tecnológicos que le contribuyan al desarrollo de competencias y habilidades en la lengua extranjera.
Tiempo: se debe dedicar el tiempo necesario al aprendizaje del nuevo idioma e identificar el ritmo y canal de aprendizaje. Aquí radica el éxito o fracaso en la adquisición de una lengua extranjera.
Comunicación: es indispensable que se comuniquen las necesidades, preocupaciones y dudas. Nadie nace aprendido y se debe aplicar la regla fundamental del aprendizaje de lenguas: no hay preguntas tontas, así que pregunte.

Por lo anterior, no se debe creer en ‘cuentos chinos’ sobre ofertas de cursos virtuales para dummies, donde se aprenden idiomas en dos meses sin esfuerzo ni dedicación.

El aprendizaje de lenguas extranjeras de manera online sí es posible, pero requiere una serie de compromisos del estudiante: ser consciente de que en esta modalidad es el centro del proceso, por lo tanto, es muy importante que adquiera una mayor disciplina, genere mecanismos de autorregulación y metacognición; en otras palabras, diseñar y cumplir un cronograma de estudio según sus necesidades y ritmo de aprendizaje, el cual se ajustará a la medida que implemente diferentes tipos de estrategias que va a ir identificando a lo largo del proceso formativo.

Juan Carlos Romero Rincón
Coordinador de Lenguas Extranjeras
Universidad Ean