Si usted no es el que opta por el precio más bajo, sino que se detiene, analiza y decide a la hora de comprar… ¡bingo! Usted podría hacer parte de este selecto grupo.

 


Los tres primeros meses siempre son definitivos para el bolsillo de los colombianos. Año tras año, durante esta época, nos sorprenden las nuevas políticas gubernamentales y los ajustes de las empresas, así como el porcentaje de aumento de nuestro salario.

Son este tipo de circunstancias externas las que nos llevan a buscar alternativas para que nuestras decisiones de consumo sean lo más acertadas posible, mientras nos alejamos de los hábitos previamente adquiridos.

Una de esas alternativas es preguntarnos si hacemos parte de la categoría de “consumidores inteligentes”, sin que con ello me refiera a los que optan por el precio bajo, sino a aquellos informados y conscientes al momento de invertir su dinero.

El acceso a Internet ha permitido que los consumidores seamos más astutos en la búsqueda de información y en la evaluación de opciones para resolver problemas de consumo. Cada vez más se pone a prueba nuestra sagacidad para negociar, para comprar, e incluso para dejar carritos de compra con artículos seleccionados.

Así que revise estos cinco comportamientos y evalúe si realmente es usted un consumidor inteligente.

1. Conoce la dinámica de consumo

Existen mercados poco diferenciados que se vuelven predecibles para los consumidores inteligentes. Solo es cuestión de recordar las actividades comerciales recurrentes de esas marcas y atinará. Los ‘aniversarios’, la temporada de vacaciones o Navidad facilitan la tarea, para que saque provecho en términos de descuentos.

2. Programa sus costos y gastos

Puede sonar repetitivo, pero saber cuándo hay que cubrir una obligación permitirá que se pueda anticipar un ahorro. Si usted se programa para las matrículas, los útiles escolares, los seguros o los impuestos, que ya tienen una fecha fija, evitará sobreendeudarse.

3. Es suspicaz con lo que le ofrecen

Muchas marcas aprovechan temporadas para que usted se comprometa con el producto o servicio y lo pague después. Por ejemplo, en diciembre le permiten que pague en febrero, mes crítico en el que seguramente no tiene el mismo flujo de efectivo. Un consumidor inteligente no cae en la trampa y paga lo que puede en el momento, sin comprometer ingresos futuros.

4. Compara

La realidad es que hoy es mucho más fácil encontrar información sobre productos y servicios. A veces lo que se percibe como una ganga puede no serlo y generar más costo debido a que la calidad no corresponde con la esperada, o a que el producto ofrece menos valor que otras alternativas. Compare sin temor. Aunque tardará unos minutos más, le ayudará a tomar una decisión más acertada.

5. Lee y se informa

El consumidor inteligente se detiene en la letra pequeña y se toma el tiempo para obtener más información. Se llena de razones y argumentos para preferir una marca sobre otra.

 

Sadoth Giraldo Acosta
Director Departamento de Mercadeo de la Facultad de Estudios en Ambientes Virtuales
Universidad Ean