¿Dónde están las propuestas y los resultados de emprendimiento en el país, que ya se siente en las puertas de la OCDE?

Hace poco participé en el World Incubation Summit en Canadá, lugar donde se reunieron los mejores ecosistemas de incubación de empresas en el mundo para discutir sobre las nuevas tendencias en emprendimiento.

Allí tuve la oportunidad de recibir, en nombre de la Universidad EAN, el reconocimiento a nuestra incubadora, EAN Impacta, como una de las mejores del mundo y la número uno en Colombia, y de hacer parte de un panel de discusión sobre el gran momento de la incubación de empresas en Latinoamérica, identificado en una investigación realizada por UBI Global, entidad sueca dedicada a hacer benchmarking de las mejores prácticas en incubación de nuevos negocios.

Allí, se partió de un recorrido por la evolución latinoamericana en emprendimiento e innovación, del cual destaco los siguientes hitos:

¿Qué pasó con Colombia? En ese momento, continuó con sus políticas tradicionales con programas muy tímidos hacia el emprendimiento de alto potencial y crecimiento. Ya durante el anterior Gobierno (primer periodo de Juan Manuel Santos) se crearon entidades como Innpulsa y se elevó a departamento nacional a Colciencias.

Sin embargo, también se crearon elefantes sin trompa, entidades sin un liderazgo claro y con poco presupuesto, fortines políticos resultantes de un discurso muy romántico y atractivo como es el de promover el emprendimiento, pero sin una estrategia clara de largo plazo.

 

“En Colombia se crearon elefantes sin trompa, entidades sin un liderazgo claro, fortines políticos resultantes de un discurso muy romántico como es la promoción del emprendimiento, pero sin estrategia de largo plazo”.

 

En nuestro país, el gran esfuerzo lo han hecho las universidades y las organizaciones privadas y, en parte, el SENA, que han asumido la ingente tarea de financiar con recursos limitados y el riesgo de incubar negocios innovadores en el país, lo cual, obviamente, no genera masa crítica para mover sustancialmente los indicadores.

Con este panorama, el próximo presidente tiene la gran labor de no solo promover la creación de empresas, sino de diseñar un sistema nacional de incubación de empresas, compuesto por las universidades e instituciones con experiencias exitosas para que los emprendedores muestren todo su potencial y creen organizaciones que verdaderamente generen empleo de calidad y que, junto con otras políticas de fomento a la productividad, impulsen la economía hacia la vía de la innovación, condición necesaria, entre otras, para ingresar al grupo de la OCDE.

 

Jairo Alonso Orozco
Profesor Instituto para el Emprendimiento Sostenible
Universidad EAN