Organismos multilaterales como el Banco Mundial, el World Economic Forum, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) destacan que la innovación es necesaria para ayudar al país a diversificar su economía, impulsar la productividad en el ámbito de la agricultura, la manufactura y los servicios, y ayudar a las empresas a incrementar su competitividad en la economía global.

Si bien sabemos que la innovación es importante, existe un vacío en su implementación. Según el último informe de innovación de McKinsey se corrobora que el 84% de las organizaciones participantes del estudio consideran que la innovación es importante, pero tan solo el 6% está satisfecho con los resultados de esta.

Y es que gestionar la innovación dentro de una organización no es sencillo, se requiere conocer a profundidad sus fases, mecanismo, herramientas y mediciones para desarrollar capacidades dinámicas en la organización que le permitan llegar a tan anhelado resultado de crecimiento y diferenciación.

En efecto, es fundamental que, para el desarrollo de organizaciones y países, su fuerza laboral esté preparada y adquiera habilidades y conocimientos necesarios para liderar proyectos innovadores y aplicar metodologías disruptivas y efectivas en el mundo de los negocios.

Entre más agentes de la fuerza laboral estudien un posgrado en innovación, se maximiza la creatividad en el mundo de los negocios para generar crecimientos exponenciales a través del pensamiento estratégico, la segunda ley de Newton de acumulación de fuerzas corrobora esta visión. Además de ampliar la capacidad para desarrollar soluciones adaptadas a desafíos complejos que permitan a las organizaciones adaptarse a un mundo en constante evolución.

América Latina, necesita más personas formadas en innovación, con las habilidades, el conocimiento y las conexiones necesarias para abordar desafíos específicos de la región, así como para competir a nivel global en un entorno empresarial retador. Esto no solo puede beneficiar a los individuos en su desarrollo profesional, a las organizaciones, sino también a la región en su conjunto en términos de crecimiento económico y progreso social.

Escrito por: Paula Echeverry Pérez, directora Maestría en Innovación Universidad Ean

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