Mucho se ha hablado del gran aporte del acuerdo de paz al sector turístico en Colombia. Aquí, la lupa sobre las verdaderas estadísticas.

¿Por qué visitar Colombia? Periódicos como el New York Times han señalado que el camino hacia la paz ha motivado a muchos viajeros a descubrir los numerosos rincones mágicos cargados de cultura e historia y los paisajes colmados de biodiversidad de nuestro país.

De acuerdo con el Boletín Nacional de Turismo de enero de 2018, elaborado por la Oficina de Estudios Económicos del Ministerio de Comercio Industria y Turismo, el año pasado ingresaron a Colombia cerca de 6.531.226 viajeros, 2.084.222 más que en el 2016, cuando el año cerró con un número total de 4.447.004. Comparando los meses de enero de 2017 y 2018, Colombia pasó de recibir 231.877 a 344.738 visitantes, un incremento del 48,67% que posiciona al país como un destino cada vez más codiciado.

Los visitantes extranjeros vía aérea fueron provenientes de América (2.668.453), Europa (491.353), Asia y el Pacífico (58.378) y África (3.757), según datos proporcionados por el mismo boletín, lo cual contribuyó al crecimiento de la industria turística, que para el 2017 reportó US$ 5.788 millones por concepto de divisas a nivel mundial y 300 mil nuevos empleos.

Tesoros que atrapan

Colombia ocupa el segundo lugar en biodiversidad y está entre las 12 naciones más megadiversas en el mundo. Es rica en ecosistemas y, a la vez, un gran pulmón planetario, gracias a sus páramos. Colombia es la casa de cerca de 54.871 especies registradas y, además, se ha convertido en un destino preferido para el avistamiento de aves. ProColombia, agencia gubernamental encargada de promover el turismo internacional en el país, calcula que en 10 días un viajero interesado en avistamiento de aves gasta un promedio de US$ 300 diarios y un paquete turístico que puede oscilar entre US$ 1.800 y US$ 4.000 durante su estancia.

 

“Se calcula que en 10 días un viajero interesado en avistamiento de aves gasta un promedio de US$ 300 diarios y un paquete turístico que puede oscilar entre US$ 1.800 y US$ 4.000”.

 

Por su parte, un viajero interesado en conocer de cultura e historia gasta un promedio de US$ 250 diarios y compra paquetes que pueden costar entre US$ 1870 a US $4000 para conocer nuestras ciudades, galerías, museos, alguna de nuestras 87 etnias o nuestros pueblos patrimoniales, en los mismos 10 días.

Colombia cuenta con aproximadamente 2.134 recursos culturales, entre monumentos, conjuntos históricos, tradiciones, folclor, expresiones musicales, cocinas tradicionales, gastronomía, artesanías, yacimientos arqueológicos, tradiciones orales, testimonios, mitos y leyendas, rutas históricas, personajes, festivales y ferias, espectáculos, espacios tematizados y eventos, dispuestos para un visitante ávido de vivir y narrar a sus amigos, familiares y cercanos nuevas y gratas experiencias.

Nuestra historia, nuestros embajadores y nuestro presente han motivado campañas que se acuñaron en el corazón para quedarse, como ‘Colombia, el riesgo es que te quieras quedar’ o ‘Colombia, realismo mágico’. Estas reflejan el sentir de colombianos y extranjeros que han encontrado en Colombia un gran destino, un país dispuesto a presentar sus rutas para la paz y la convivencia en el marco de la campaña Recorre Colombia – Seguro te va a encantar.

 

“Los extranjeros han encontrado en Colombia un gran destino, un país dispuesto a presentar sus rutas para la paz y la convivencia en el marco de la campaña Recorre Colombia – Seguro te va a encantar”.

 

Pero, ¿qué es Recorre Colombia? Es uno de los primeros resultados del Plan Sectorial de Turismo 2015-2018, Turismo para la construcción de paz, cuya estrategia es potenciar el turismo en diversas zonas del país y en todas las épocas del año. Y esto resulta más que conveniente, puesto que se logran descongestionar zonas que siempre han presentado una fuerte afluencia de turistas, como es el caso de Cartagena, que está en temporada alta prácticamente todo el año, generando en ocasiones detrimento para la misma ciudad.

Ahora bien, lo más rescatable es que algunos de los sitios contemplados dentro de las rutas presentaron, en el pasado, dificultades de acceso, bien por el conflicto armado o bien por falta de desarrollo e infraestructura. Sin duda, esta es la oportunidad de presentar un territorio libre de tensiones, donde también se tejen memorias cargadas de alegría, de empeño, de cultura, de tradición y de otros aires.

Claudia Patricia Rodríguez Zárate
Directora del pregrado en Estudios y Gestión Cultural
Universidad EAN