Por Mateo Alfaro – Investigador Junior RADDAR CKG

Gracias a las redes sociales y el internet entre las empresas y los consumidores se están creando relaciones más estrechas que nunca. Por medio de los canales digitales las empresas dan a conocer su “vida”, valores, principios y su historia, como lo hacen amigos o familiares.  De la misma manera, hoy en día los consumidores están generando millones de datos al día con los que las empresas tienen la capacidad de descubrir los cambios en sus necesidades y preferencias. En este entorno ha nacido un nuevo consumidor que es más informado y poderoso, un consumidor que día a día demanda productos innovadores y empresas a la vanguardia.

El flujo de información ha hecho a los consumidores más conscientes de su papel en la economía, revolucionando su concepto de valor. Los consumidores buscan que los productos no solo resuelvan sus problemas inmediatos, sino que adicionalmente estén conectados con su ética y su postura política, ambiental y cultural.

En este nuevo esquema de valor multifacético han surgido marcas que se diferencian por apoyar al medio ambiente y el comercio justo, como por ejemplo Veja, que utiliza materiales reciclados; vivobarefut, que promueve el crecimiento de comunidades locales al igual que Vhera Lucci o Paz Wear; o incluso emprendimientos cuya visión se enfoca en apoyar a las mujeres, como ABLE que vende joyas hecha a mano por mujeres de Perú y Etiopía que apoya a aquellas mujeres que abandonan el trabajo sexual. Esto también se ve reflejado en los esfuerzos de las empresas existentes por mostrar su apoyo hacia diferentes causas ambientales al mismo tiempo que respaldan políticas laborales de trato justo. Lo anterior se pudo evidenciar al inicio de año cuando muchos gigantes textiles tuvieron que cortar sus lazos con los productores de algodón de Xinjiang. Ciertamente, el flujo de información en las redes sociales y el internet ha aumentado la diversidad y el dinamismo del mercado, ampliando el conocimiento de los consumidores y facilitando la comunicación entre las empresas y los consumidores.

Al mismo tiempo, el cambio digital junto con las innovaciones en logística ha promovido el surgimiento de empresas con esquemas de venta Direct To Consumer (DTC), pues pueden tercerizar el back-end a un costo razonable, hacer publicidad focalizada y efectiva por redes sociales a un bajo costo en comparación con lo que solía costar una campaña publicitaria, y evita que las empresas recurran a los grandes minoristas para poder comercializar sus productos.  Por otro lado, las nuevas empresas también pueden recurrir a plataformas como Amazon o Mercado Libre y tener acceso a millones de consumidores de todo el mundo.  En resumen, hoy en día es más económico y sencillo que las empresas reciban los beneficios de las economías de escala y compitan con aquellas grandes marcas que por años han retenido una gran fracción del mercado y altos márgenes de ganancia. Esto también genera una nueva dinámica dentro del mercado en la que cada empresa debe crear estrategias innovadoras y desafiantes para contar una historia que sepa cautivar a un consumidor más consciente, informado y versátil.

Finalmente, la revolución digital nos esta abriendo las puertas de un mercado más dinámico, diverso y descentralizado. Los consumidores son cada vez más exigentes y los medios de comunicación nunca han sido tan oportunos como ahora para que los consumidores transmitan sus demandas a las empresas. Paralelamente, la revolución digital esta reduciendo las barreras de entrada para que las nuevas empresas que sean capaces de leer al mercado tengan la posibilidad de competir.