Por Catalina Sánchez Caballero – Investigadora Junior Observatorio de Moda RADDAR – Inexmoda

Hace unos días se celebraron los 50 años del primer modelo de chaquetas de denim confeccionada por Levi’s, esto me hace pensar como una prenda tan icónica y aún más como un material tan noble, ha servido como dinamizador de oferta en el país, y cómo hoy nos convertimos en líderes productores de un artículo el cual para muchos o pocos no es tan querido.

Este producto de agrado de unos y odio de otros al que me refiero es el jean levantacola, el cual, hoy en día es vendido a nivel mundial y exportado en su mayoría por Colombia. Es verdad, que no se pueden mezclar peras con manzanas y que la relación entre Levi’s y cualquier marca de jeans colombiana o de levantacolas no existe; pero es obvio también que el vínculo lo hace el material del cual están hechas estas prendas.

 El denim, es elaborado en su mayoría en algodón y particularmente su tratamiento y producción textil es de las más complejas; sin embargo en el país tenemos 2 productores del textil y que además cumplen con labores de tratamiento para el material. Para empezar a hablar de este mercado, es necesario hablar desde la oferta inicialmente, por lo cual mencionó aquello de los fabricantes. Es verdad que no ha sido un buen año para la industria y que por ello uno de los fabricantes de denim en el país, tuvo que detener sus operaciones por un tiempo; pero más allá de eso en términos generales los productores se encuentran enfrascados en una lucha contra el estado, la cual tiene sus bases en el proteccionismo.

 Aunque esto no es necesariamente malo, si lo es cuando podemos, los que estamos fuera del núcleo, ver que los componentes tecnológicos, de innovación y diseño son lo que priman a la hora de hallar falencias dentro de la industria; ya que aun cuando no nos podemos inventar ninguna prenda nueva, ni un impráctico pantalon de tres piernas; si es necesario invertir en aquellas características que podrían dinamizar la oferta e impulsar finalmente el consumo, no solo de prendas terminadas sino de productos textiles.

Por el lado de la demanda, el consumidor promedio ha intentado hacer lo suyo en la categoría en lo corrido del año; ya que a pesar del entorno negativo en términos económicos y sociales; este ítem en general ha sido de los pocos que se mantiene creciendo en lo corrido del año y más específicamente el mercado de jean continúa su expansión, si es verdad que lo hace lento pero lo hace, y aunque se debe fuertemente al alivio de los precios para los hogares; la intención de compra también ha jugado un papel fundamental.

 Partiendo de las cifras el gasto de los hogares en jeans alcanza los 1,149 billones de pesos y en promedio estamos comprando 3,7 piezas de jean más que el año pasado; siendo el mercado masculino el que más peso tiene dentro del gasto total en estos artículos.

 De esta forma el jean juega un papel muy fuerte, no solo dentro del gasto, sino del diario vivir de un consumidor promedio; lo cual nos devuelve al uso de este y sus “presentaciones” ya que como les mencione, el fuerte de nuestra industria es un producto que tiene identidad propia y que particularmente no le gusta a todos.

 No solo por ser un mercado en expansión e importante, es válido hablar del denim y del levantacola, sino porque es de los pocos productos que a nivel mundial tiene reconocimiento de «Made in Colombia»; cosa que hemos venido rescatando y que se ha convertido en un gatillo de compra para muchos.