por Juan Pablo Sánchez Bustos
Gerente de Operaciones RADDAR CKG
El 2016 fue un año atípico, y a su vez, retador para el comercio y para las industrias porque los hogares se vieron fuertemente presionados por el alza de los precios; la incertidumbre generada por el paro caminero, el proceso de paz y la reforma tributaria. Estos factores afectaron las decisiones de compra de manera muy notoria para los colombianos.
El año pasado se caracterizó porque el gasto de los hogares en los primeros 6 meses creció a muy poca velocidad debido al aumento del costo de vida, en contraste con el segundo semestre del año donde los precios empezaron a ceder. El gasto de los hogares se instaló entonces en terrenos negativos, básicamente por un sin número de incertidumbres, que no permitieron que este reaccionaran positivamente en sus gastos. El freno del gasto llego a su punto más bajo en Septiembre con una caída real del -1,3%, situación que es relativamente similar con lo ocurrido en diciembre de 2008, donde el aumento de los precios freno al consumo de manera importante, pero con la diferencia que en 2016 el freno fue menor, pese a que la inflación fue menor.
La inflación registrada fue la más alta de los últimos 16 años y tiene algún parecido con la de 2008, con la particularidad que son dos épocas en las que los compradores estaban acostumbrados a cambios de precios moderados o inexistentes y al llegar el alza, el comportamiento de los compradores debe cambiar y ajustarse a las nuevas condiciones.
Sin lugar a duda el freno en el gasto en el último año generó que los hogares restructurarán su mentalidad en el momento de realizar sus compras, debido que tuvieron que empezar a buscar soluciones al alcance de sus posibilidades, es decir no solo realizaron una sustitución de productos; que en algunos casos no era posible; sino que además modificaron sus lugares de compra. Nuevos formatos mucho más sencillos y cercanos, donde la rapidez y poca importancia de la marca, en algunos casos, jugó un papel fundamental al momento de realizar la compra.
De los 8 grandes grupos que componen la canasta de los hogares al cierre del año, podemos observar que sin lugar a duda el tema de los precios presionó fuertemente el crecimiento de las categorías de alimentos en términos reales, mientras que en vivienda el cierre del año dejo ver una leve recuperación del gasto. Particularmente en categorías como muebles para el hogar y algunos electrodomésticos de línea blanca, esto, como una anticipación de que en el 2017 estos productos verán un aumento del 3% vía IVA. Así mismo, la categoría de educación en el último mes del año registro crecimientos muy positivos en productos escolares, donde los hogares decidieron anticipar la compra de productos de la temporada escolar; buscando que el aumento del IVA no golpeara la capacidad de compra en estos productos en el nuevo año.
Entretenimiento fue el grupo que durante el 2016 marco un buen ritmo en gasto, ya que evidencio que los hogares si disponían de dinero para realizar compras en categorías diferentes a las categorías de gasto frecuentes; las condiciones económicas, políticas y culturales no fueron impedimento para que los hogares gastaran en entretenerse en gran parte del año.
Los grupos de alimentos junto a Vivienda fueron los grupos que perdieron participación en el bolsillo durante el último mes al año, esto debido particularmente a que por temporada de fin de año los hogares debieron realizar un mayor esfuerzo en la compra de categorías como vestuario, entretenimiento, salud y educación.
La restructuración positiva que se dio en vestuario fue efecto directo del aumento en el gasto de la demanda por temporada de fin de año. Educación mostró un crecimiento importante debido a una anticipación del gasto en los productos escolares; entretenimiento se sigue consolidando como una categoría cada vez menos negociables en el bolsillo por su versatilidad de ofertas y su capacidad de recompra en un mismo mes.