Por Camila Ortiz Gómez. Investigadora RADDAR CKG

Sabemos que el Covid-19 ha afectado principalmente aquellos bienes y servicios que representan un significativo número de personas, por ende los viajes, las idas a cine, a un bar o a un restaurante, estuvieron restringidas por aproximadamente 6 meses.

Actualmente, con el nuevo aislamiento inteligente, estos servicios por fin tuvieron una apertura, pues lo necesitaban urgente, debido a las fuertes caídas que presentaron, dónde por ejemplo el turismo presentó un declive mundial superior al 90%. Está situación llevo a este sector a ser uno de los más afectados y con una recuperación mucho más lenta que los demás sectores de la economía. 

Sin embargo, al abrir vuelos, hoteles, parques temáticos, se evidenció el auge del turismo, pues aunque muchas personas le temen al virus, son muchas más las que están desesperadas de estar en casa durante tantos meses y necesitan cambiar el ambiente hogareño por uno nuevo. El eje cafetero y las playas del país han sido las principales testigos de esta dinámica, pues ante la apertura de vuelos nacionales e internacionales, la movilidad aérea fue significativa y pese a que aún contamos con altas tasas de contagio los hoteles y demás servicios turísticos cuentan presentan un alto nivel de reservas.

Pese a que esta situación era necesaria para el sector, el acaparamiento de tantas personas de diversas procedencias ha generado un significativo aumento de casos. Por ejemplo el eje cafetero, está llegando al pico anticipadamente, pues aunque se preveía para inicios de enero, este ya va llegando y la capacidad de UCI está superando el 80%. Es importante mencionar que esta región es geográficamente pequeña, por ende su población no es mucha y la capacidad de sus hospitales está diseñada para esta, por ende al contar con una llegada masiva de turistas, el sistema podría colapsar de una manera estremecedora. 

Ahora bien, la idea no es volver a cerrar, sino tener controles, ya que gran parte de la población no entiende la magnitud del problema, y por ende se avalancha a viajar sin medidas. Un ejemplo de ello, fueron las visitas al pueblo turístico Salento, donde en uno de los primeros fines de semana de apertura registró una entrada de más de 4 mil turistas, pasando de no tener un caso a registrar más de 30. 

Son necesarios los controles y una ciudadanía consciente, y aunque las actitudes del presidente de Estados Unidos que 3 días después de anunciar que estaba contagiado sin el uso del tapabocas y diciendo que ya estaba bien, no deja un muy buen ejemplo para la sociedad, las personas no pueden confiarse y pensar que es un gripa más, y aunque puede considerarse cómo tal y la cual la mayoría la supera, el hecho de no cuidarse si puede causar un colapso a sistemas de salud que no están en la capacidad de atender ni a la población local ni a la foránea, y allí llegaría el problema del que tratamos de huir y es ¿a quién dejamos morir?

Debemos ser consientes que la reactivación es necesaria, pero la apertura total, sin restricciones, control y conciencia por parte de la ciudadanía , tan sólo generará una cura peor que la enfermedad.